De vez en cuando le gusta remarcar los cambios que conseguimos. Hoy, la tasa Tobin. Dice que antes era cosa de radicales, y que esto demuestra que hay que creer que es posible. Se me hace un nudo en el estómago. Nudo de tristeza. Inevitable. Pero consigo reponerme y le contesto que sí, que claro, que siempre hay que intentarlo.
No podemos permitirnos el lujo de dejar de intentarlo.
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