jueves, 19 de septiembre de 2013

OITNB, bisexualidad y cosas mías

Orange is the new black es la serie de moda. Tanto, que ya tiene su correspondiente abreviatura: OITNB.

Yo la vi de golpe hace... no sé cuanto. He perdido la noción del tiempo en los últimos meses. Supongo que hace eso, mes y medio o dos meses. Después de que algunas personas me la recomendaran insistentemente. Y aun la tengo atragantada. Tengo claro que es una de las mejores series que he visto. Casi puedo asegurar que me gustó e incluso que me gustó mucho. Y aun así, aun no he sido capaz de procesarla. Me quedó cierta angustia asociada a la serie que aun no he conseguido ni descifrar ni aliviar, y tampoco estoy muy segura de si eso es bueno o malo.

Me propongo hacer lo único que creo que va a ayudarme: escribir. Mentalmente lo estaba haciendo hace un rato y me he encontrado con una dificultad importante y es que me disperso un montón. Hay TANTO a tratar, tantas implicaciones políticas y personales, que veo imposible hacerlo de una tacada, así que iré escribiendo según pueda y según vaya saliendo.

Aviso de que vienen spoilers.

De entrada me quedaré en terreno conocido: la bisexualidad de la protagonista, Piper Chapman (si es que puede llamarse así cuando ella en ningún momento se etiqueta). Posiblemente sea la faceta de ella con la que más me identifico. Y observé ampliamente, muy ampliamente, la constante bifobia del entorno en el que se mueve. Creo que de ser yo, no hubiera tardado mucho en mandar a la mierda a mis dos amantes... En la serie queda muy bien reflejado lo que es la bifobia, aunque desgraciadamente, creo que no se le hace la crítica que merece, no hay ni un solo elemento de contrapunto, ni una sola persona que argumente contra los comentarios bífobos, por supuesto tampoco por parte de ella.

Ejemplos. Larry (el novio) está preocupado por si a ella le da por ponerle los cuernos... Y esto lo verbaliza hablando de si a ella se le ocurrirá "volver a cruzar de acera". Como si fuera cambiando, como si no fuera siempre la misma persona con los mismos gustos.

Y ella (Alex Vause)... Tropecientos comentarios tirándole en cara que se "volviera hetero". Y la amante de la amante, en algún momento llega a decir "las heteros son así, no puedes fiarte de ellas". Supongo que podría decir que esto es "heterodesignación". Me limitaré a comentar que este es el problema de tener una identidad con tan mala prensa incluso entre los sectores con mala prensa. Las personas que deberían usar su identidad para protegerse, la evitan, así que no les queda más remedio que ser consideradas alternativamente cosas que no son: o lesbiana o hetero, no hay más opciones. Y esto las hace (nos hace) más vulnerables a los ataques de ambos lados.

Por otra parte, aquí me toca hablar de privilegios. Del privilegio hetero y de mujer-como-debe-ser. (Y también blanca y también cisgénero, pero de esto escribo más otro día). Privilegios de los que la protagonista se aprovecha conscientemente, por lo menos de entrada. Sobre esto, varias cosas.

- Qué subidón cuando se decide a renunciar al privilegio hetero. A lo grande, discurso (suicida) incluido.

- Y segundo. Lamentablemente, con esta parte también me identifiqué un montón. El privilegio hetero está ahí...

Esto me cuesta especialmente reconocerlo porque a menudo es usado en nuestra contra, en contra de las personas que considerándonos no-heterosexuales, seguimos siendo leídas como heterosexuales en algunos contextos. A mí personalmente es un tema que me ha provocado muchas dudas en muchos momentos y aun no he conseguido encontrar una respuesta a todo. Asumo que si fuera heterosexual sería peor, pero creo que en ese caso no tendría la sensación de traicionar a lxs míxs. O no tanto.

El hecho es que quiera o no, me gustara o no, lo hubiera pedido o no, yo tuve esos privilegios, y en parte los sigo teniendo. Y aquí viene algo peor aun: yo he podido elegir. Odio escribir esto, y creo que he argumentado en contra de ello cientos de veces, pero tal y como ahora veo las cosas, no puedo defender lo contrario.

Argumentaba, por ejemplo, que una no elige de quien se enamora. Pero por otra parte... una sí elige con quien mantiene una relación, o a qué personas quiere tener cerca (quizá una no pueda decidirlo sola, pero es una parte importante de la decisión). Yo elegí durante una temporada estar con un hombre en una relación monógama. Yo puedo saber que la relación no fue tradicional en todos los sentidos, pero también sé que desde un punto de vista exterior, nuestra relación parecía tradicional. Que lo pareciera es suficiente como para tener todos los privilegios de pareja heterosexual. Y yo lo sé, porqué también me he movido por la calle mostrándome como lesbiana (siendo leída como lesbiana) y sé que es completamente distinto, que es mucho más desagradable, que una siente muchísimo más su espacio invadido, su intimidad inexistente.  Una siente más el miedo. Ir por la calle con un hombre es como ir con un comodín de inmunidad contra acosadores. Ir con una mujer es lo opuesto, es como "ir provocando".

Cuando empecé a salir con D. (hombre blanco cisgénero y leído como heterosexual, aunque no lo sea) tuve muchas dudas sobre esto. Llegué a plantearme terminar con la relación solo por esto. Como manera de renunciar a estos privilegios (aunque entonces no lo hubiera expresado así). No lo hice, me pareció absurdo renunciar a estar en una historia que me apetecía solo "solo" por esto.

Incluso aunque lo hubiera hecho... yo habría tenido la posibilidad de elegir. El hecho de que me lo planteara lo demuestra. Tener la posibilidad de elegir ES en sí mismo un privilegio.

A la prota le pasa esto. Llega un punto en el que renuncia a su privilegio heterosexual y pasa a ser leída como lesbiana. Y lo que sucede es que se "gana" la furia de lxs vigilantes del género. Porque tener la posibilidad de permanecer dentro del Sistema y elegir salirse de él es un atentado peor que estar fuera ya de entrada.Y sin embargo esto no anula los privilegios.

Resumiendo, que me alegró mucho ver un personaje principal que fuera no-monosexual (ni hetero ni homo). Que me faltó que fuera un poco más protestona ante los abusos bífobos, que a mí se me hicieron duros de ver por lo reales que son (aunque tengo serias dudas de que a la mayoría de gente esto le haya importado nada). Y que en ciertos sentidos fue como darse de bofetones contra el espejo.

Me faltan un montón de cosas por comentar. Como el choque que me supone enfrentarme a toda una cultura basada en la monogamia, y lo absurda que me parece tantas veces. Como el machismo, tanto de Larry, como de las reclusas (las relaciones que se crean entre ellas), como el generalizado. Y el tema racial, que me chocó que no se tratara con algo más de sensibilidad, aunque no sé si fue solo paranoia mía (necesito leer). Y el tema del género, y no solo por la presencia de un personaje transexual. Y de rebote posiblemente me vaya a otras series y a historias reales... O posiblemente se me olvide buena parte de esto. Y el tema de la locura.... Son taaaantas cosas.

1 comentario:

  1. Muy interesante todo lo que dices... Me resulta curioso que vi la serie OITNB con mi esposa bisexual, que a veces se ha quejado de la bi-fobia que sufrió en el pasado (por parte de su hermana lesbiana, sin ir más lejos), y se le escaparon esos detalles que tú señalas. O quizás no se le escaparan, quizás está tan acostumbrada a ellos que no valía la pena ni mencionarlos.

    Otra cosa... El discurso del privilegio quizás no sea muy productivo. ¿De qué sirve señalar los privilegios de otros, cuando uno mismo tiene tantos? Claro que yo, como hombre heterosexual de clase media alta de un país desarrollado, estoy en la cúspide de esa especie de cadena alimenticia. Tengo algunas cosas en mi contra: soy poli y BDSMero y emigrante, lo que me podría meter en algún lío si no tengo cuidado. Pero, en fin, me parece absurdo renunciar a un privilegio si eso no va a beneficiar a nadie. Creo que en vez de hablar de privilegios habría que hablar de soluciones a problemas reales que tiene la gente. Identificarse con una minoría u otra tiene sus pegas, si tenemos en cuenta que el objetivo final es acabar con todos los guetos.

    ¡Me encanta Jenji Kohen! Supongo que habrás visto Weed, la serie que lo disparó a la fama.

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