Estoy en crisis con el feminismo. Aún poníendolo en plural: feminismos. Estoy harta de ver cómo se maltrata todo lo que sale de su norma. Harta de ver cómo se me maltrata a mí.
Algunas corrientes, como gran cosa, aceptan que las mujeres trans son mujeres, siempre y cuando consigan un passing razonable. Muchas corrientes parece que aceptan a hombres trans y a personas no binarias asignadas mujer (especialmente si siguen siendo leídas como mujeres). Me dan ganas de pediros que os dejéis de rodeos y lo digáis claramente: en vuestros espacios son aceptadas las personas que vosotrAs leeis como mujeres. Cuál sea el género de la otra persona os da igual con tal que de vosotrAs la leais mujer.
Me encanta lo que hacen algunas feministas con el tema de la teoría queer y de los géneros no binarios. Hacemos como que sí que nos mola un montón, y performamos drag kings y hacemos cosas de esas de deconstruir el género y nos echamos unas risas, pero luego si vemos a una persona que leemos como tío todo eso nos da igual. "Es que se nos cuelan machirulos". Así que negaremos a cualquier persona que leamos como hombre su identidad de género si no concuerda con nuestra lectura.
Y quizá no os habéis dado cuenta... pero eso también significa que a las personas no binarias asignadas mujer tampoco se les(nos?) está respetando su identidad.
Hace poco vi por primera vez una descripción de espacio no mixto que dejaba también a los hombres trans fuera. Y me encantó (no solo por esto, pero también por esto). He oído mil veces el miedo de algunas personas hacia los penes, a veces justificado por agresiones sexuales sufridas. Pero creo que aun no he oído ninguna lo que me sucede a mí: miedo a lo masculino, especialmente a los tíos, incluídos los trans.
Pero aquí me olvidaba otra vez que los espacios supuestamente seguros (casi) nunca se hacen pensando en personas como yo (rara por tantas razones), sino en mujeres cis, preferiblemente heteros, y si no, lesbianas. Yo estoy en la otredad para vosotras.
Últimamente solo me apetece relacionarme con personas que respeten lo no binario, tanto de género como de sexualidad/afectividad.
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sábado, 16 de abril de 2016
jueves, 20 de agosto de 2015
Agua
El derecho al agua es uno de tantos sobre los que no suelo escribir y que son fundamentales. Estando en Nicaragua fue uno de los temas sobre los que aprendí un poco más (no mucho). Estuve en una reunión de un grupo de los que intentan autogestionarse el acceso al agua, con aportación de ONGs varias. Para acceder a estas aportaciones tienen que comprometerse a pagar el mantenimiento posterior. Una cantidad que según los estándares europeos parecería una miseria. Y sin embargo este era el punto sobre el que discutían, cómo conseguir que todas las personas de cada grupo pagaran su parte. Y los problemas que se derivan del impago: el riesgo que supone que una de las personas del grupo ponga el dinero que falta confiando en que quienes no han pagado lo acabaran haciendo. La solución que buscaban era crear personas jurídicas con capacidad de endeudarse, y el siguiente problema: quién hace los trámites y quién los paga.
Luego estuve hablando con M. sobre toda esta historia, y ella decía que en realidad sería mucho más útil invertir dinero (por parte de las ONG) en pagar todo el proceso legal para demandar al estado y exigir que garantice el acceso al agua para todas las personas, y que lo mismo sucede en tantos otros lugares.
El acceso al agua intersecciona con "todo". Es obviamente una cuestión de riqueza, clase, y también, de género. Prácticamente en todo el mundo son las mujeres las que se ocupan de conseguir agua. Es uno de esos temas que el feminismo blanco demasiado a menudo olvida. Luego, por supuesto, también intersecciona con la opresión racista y tantas otras. Al final todas las opresiones tienen consecuencias en el acceso a los recursos y a la vida misma.
En esa reunión sobre cómo conseguir constituir personas jurídicas por parte de personas cuyo único interés es tener agua se vieron reflejadas muchas de estas opresiones paralelas. Empezando por el lenguaje y las formas. Una presentación formal, medio presentación de empresa, medio clase para criaturas. Elitismo y paternalismo. También, algunos comentarios machistas, alguno de los cuales fue contestado por una de las pocas mujeres presentes. Y presunción generalizada de que quien no paga es porque no quiere. Y que a esas personas lo mejor es cortarles el agua y así ya verás que sí que pagan.
Marché hace meses y aun no sé. Es lo único que conseguí concluir: no sé.
Luego estuve hablando con M. sobre toda esta historia, y ella decía que en realidad sería mucho más útil invertir dinero (por parte de las ONG) en pagar todo el proceso legal para demandar al estado y exigir que garantice el acceso al agua para todas las personas, y que lo mismo sucede en tantos otros lugares.
El acceso al agua intersecciona con "todo". Es obviamente una cuestión de riqueza, clase, y también, de género. Prácticamente en todo el mundo son las mujeres las que se ocupan de conseguir agua. Es uno de esos temas que el feminismo blanco demasiado a menudo olvida. Luego, por supuesto, también intersecciona con la opresión racista y tantas otras. Al final todas las opresiones tienen consecuencias en el acceso a los recursos y a la vida misma.
En esa reunión sobre cómo conseguir constituir personas jurídicas por parte de personas cuyo único interés es tener agua se vieron reflejadas muchas de estas opresiones paralelas. Empezando por el lenguaje y las formas. Una presentación formal, medio presentación de empresa, medio clase para criaturas. Elitismo y paternalismo. También, algunos comentarios machistas, alguno de los cuales fue contestado por una de las pocas mujeres presentes. Y presunción generalizada de que quien no paga es porque no quiere. Y que a esas personas lo mejor es cortarles el agua y así ya verás que sí que pagan.
Marché hace meses y aun no sé. Es lo único que conseguí concluir: no sé.
domingo, 19 de julio de 2015
"Mujeres"
¿Qué es una mujer? ¿A qué nos referimos cuando hablamos de "mujeres"? Con o sin comillas.
No lo planteo para filosofar, sino porque no sé cómo hablar de determinados grupos. El rollo de "mujeres, lesbianas y trans" no me gusta por muchos motivos. El que me toca más directamente: no sé en qué apartado estoy y cada vez que leo esa frase me encuentro a mí misma entrando en un bucle de dudas que nunca se resuelve. Lesbiana seguro que no, que bastante me he currado lo de mi identidad política bi/pan. Trans no me parece apropiada porque tengo demasiados privilegios cis. Entonces... ¿mujer? ¿Una lesbiana no es una mujer pero yo sí?
Pero no es solo con esta referencia de "mujeres, lesbianas y trans" con la que tengo problemas. ¿Qué hay del grupo "mujeres que tienen sexo con mujeres"? Que se usa, por ejemplo, para hablar de ITS. ¿De quién estamos hablando aquí? ¿Se incluyen las mujeres trans en esta categoría? ¿Se incluyen las lesbianas si no son mujeres? ¿O sólo a las que sí se consideran mujeres? ¿Se me incluye a mí?
Otra razón práctica. Estoy en un grupo que hace algún tiempo se consideraba "de lesbianas", pero luego quiso ser inclusiva con las "mujeres" bisexuales, y más tarde también con otras orientaciones/identidades no monosexuales. Cuando hablamos del grupo solemos hacer esto, poner comillas en "mujeres", porque algunas no nos sentimos cómodas con la palabra mujer tal cual. Pero cada vez me planteo lo mismo, ¿de quién estamos hablando en esas comillas? Varias opciones: personas que son leídas como mujeres, personas que han sido socializadas como mujeres, personas que se identifican como mujeres... Ninguna por sí sola sirve para incluir a todas las personas a las que nos referimos. Por ejemplo, una persona puede ser leída como mujer y no serlo en absoluto (quizá es un hombre o una persona no binaria) y sería ofensivo que se usara esta palabra con ella (por transfobia). Una persona puede ser una mujer porque se identifica así y no haber sido socializada como mujer. Una persona puede no identificarse como mujer, pero aceptar esta etiqueta en algunos contextos, como cuando se habla de opresión machista, porque ha sido socializada como mujer y sigue siendo leída como mujer (y quizá para esa persona esto es suficiente en este momento).
No sé, quizá con una definición que ocupe un párrafo entero podríamos decir claramente a quien nos referimos. Pero lo curioso es que intuitivamente tenemos claro a quien nos referimos. Digo que el problema es que no tiene sentido hablar de mujeres en cuanto a género que sale de un binario artificial, pero a la vez sabemos que sí tiene sentido hacerlo en cuanto a grupo de personas que sigue recibiendo una opresión específica. Y si lo interseccionamos con la orientación, tiene sentido por lo mismo. Siento que necesito este espacio, y a la vez, me siento incapaz de nombrar claramente el espacio al que me refiero.
"Mujeres lesbianas, bisexuales y pansexuales". Nos meto a todas en la categoría "mujeres" (pero lo hago por igual), y me dejo un montón de orientaciones que no son la heterosexualidad y que están tan o más oprimidas que las que nombro.
"Lesbianas y mujeres de identidades no monosexuales", nos meto a todas a todas las que tenemos identidades no monosexuales dentro de mujeres, pero no a las lesbianas, lo cual es un agravio comparativo, y me siento mal conmigo misma. Además, poca gente sabe a qué me refiero con identidades no monosexuales.
"Mujeres lesbianas, bisexuales y de otras identidades plurisexuales/no-monosexuales". Parece que "lesbiana" sea una identidad plurisexual, lo cual es absurdo. Además, volvemos a ser todas mujeres.
"Personas que pueden sufrir lesbofobia", me olvido del resto de opresiones y discriminaciones específicas, como la bifobia y el monosexismo que sufren tantas "mujeres" y que tiene particularidades por la intersección con el género.
Por ahora no tengo solución para hablar o escribir de este grupo.
Es una crisis parecida a la que tengo con "orientación sexual". He escrito varias veces estas palabras en esta entrada, pero el concepto mismo de "orientación" viene de un paradigma heterosexista, monosexista, cisexista y binarista, especialmente tal y como se usa actualmente aquí. ¿Por qué se tiene que hacer referencia al propio género? ¿Por qué el género de las personas que te atraen es una característica tan importante como para marcar públicamente tu identidad mientras otras características de esas personas resultan anecdóticas? ¿La orientación depende solo de la atracción sexual, solo de la romántica, o de otra? ¿La asexualidad es una orientación? Si hablamos de orientación e imaginamos una brújula, ¿dónde señala en personas asexuales o en bisexuales o en cualquiera que no sea monosexual? De nuevo, como el género, la orientación es un concepto artificioso que tenemos que seguir usando (aunque podamos replantearnos cuales son las palabras más adecuadas) porque existen las opresiones asociadas.
Y ahora vuelvo al tema "mujeres, lesbianas y trans". Realmente lo que se busca es excluir a los hombres cis, y supongo que no se dice así por un par de razones: que queda feo hablar de excluir o no admitir, y que la mayoría de hombres cis no saben que lo son. Además, si basamos el género y el sexo en la autoidentificación, decir "no incluimos a X" tiene el inconveniente de que necesitas que X se identifique como X, es decir, que se autoexcluya.
La otra gran razón por la que no me gusta este conjunto de palabras ("mujeres, lesbianas y trans") es que hacen referencia a cosas distintas. Leyéndolo no me queda claro, por ejemplo, si quien lo ha escrito considera que las mujeres cis son mujeres y las mujeres trans son trans, lo cual sería transfóbico. No me queda claro si quien lo escribe considera que *todas* las personas que se identifican como lesbianas son de un género distinto a mujeres, o solo algunas, y por qué cree que "trans" es un paraguas donde caben (entiendo que) todas las identidades no binarias *excepto* a las lesbianas que tampoco son mujeres. ¿O quizá no usa "trans" como paraguas?
Creo que prefiero hablar de "mujeres, hombres y personas no binarias", y luego de "cis y trans", y si eso, de si su expresión de género es femenina, mezcla, masculina, andrógina, etc. Creo que preferiría un grupo que se dirigiera a "mujeres y personas no binarias" o a "mujeres, personas no binarias y hombres trans".
No lo planteo para filosofar, sino porque no sé cómo hablar de determinados grupos. El rollo de "mujeres, lesbianas y trans" no me gusta por muchos motivos. El que me toca más directamente: no sé en qué apartado estoy y cada vez que leo esa frase me encuentro a mí misma entrando en un bucle de dudas que nunca se resuelve. Lesbiana seguro que no, que bastante me he currado lo de mi identidad política bi/pan. Trans no me parece apropiada porque tengo demasiados privilegios cis. Entonces... ¿mujer? ¿Una lesbiana no es una mujer pero yo sí?
Pero no es solo con esta referencia de "mujeres, lesbianas y trans" con la que tengo problemas. ¿Qué hay del grupo "mujeres que tienen sexo con mujeres"? Que se usa, por ejemplo, para hablar de ITS. ¿De quién estamos hablando aquí? ¿Se incluyen las mujeres trans en esta categoría? ¿Se incluyen las lesbianas si no son mujeres? ¿O sólo a las que sí se consideran mujeres? ¿Se me incluye a mí?
Otra razón práctica. Estoy en un grupo que hace algún tiempo se consideraba "de lesbianas", pero luego quiso ser inclusiva con las "mujeres" bisexuales, y más tarde también con otras orientaciones/identidades no monosexuales. Cuando hablamos del grupo solemos hacer esto, poner comillas en "mujeres", porque algunas no nos sentimos cómodas con la palabra mujer tal cual. Pero cada vez me planteo lo mismo, ¿de quién estamos hablando en esas comillas? Varias opciones: personas que son leídas como mujeres, personas que han sido socializadas como mujeres, personas que se identifican como mujeres... Ninguna por sí sola sirve para incluir a todas las personas a las que nos referimos. Por ejemplo, una persona puede ser leída como mujer y no serlo en absoluto (quizá es un hombre o una persona no binaria) y sería ofensivo que se usara esta palabra con ella (por transfobia). Una persona puede ser una mujer porque se identifica así y no haber sido socializada como mujer. Una persona puede no identificarse como mujer, pero aceptar esta etiqueta en algunos contextos, como cuando se habla de opresión machista, porque ha sido socializada como mujer y sigue siendo leída como mujer (y quizá para esa persona esto es suficiente en este momento).
No sé, quizá con una definición que ocupe un párrafo entero podríamos decir claramente a quien nos referimos. Pero lo curioso es que intuitivamente tenemos claro a quien nos referimos. Digo que el problema es que no tiene sentido hablar de mujeres en cuanto a género que sale de un binario artificial, pero a la vez sabemos que sí tiene sentido hacerlo en cuanto a grupo de personas que sigue recibiendo una opresión específica. Y si lo interseccionamos con la orientación, tiene sentido por lo mismo. Siento que necesito este espacio, y a la vez, me siento incapaz de nombrar claramente el espacio al que me refiero.
"Mujeres lesbianas, bisexuales y pansexuales". Nos meto a todas en la categoría "mujeres" (pero lo hago por igual), y me dejo un montón de orientaciones que no son la heterosexualidad y que están tan o más oprimidas que las que nombro.
"Lesbianas y mujeres de identidades no monosexuales", nos meto a todas a todas las que tenemos identidades no monosexuales dentro de mujeres, pero no a las lesbianas, lo cual es un agravio comparativo, y me siento mal conmigo misma. Además, poca gente sabe a qué me refiero con identidades no monosexuales.
"Mujeres lesbianas, bisexuales y de otras identidades plurisexuales/no-monosexuales". Parece que "lesbiana" sea una identidad plurisexual, lo cual es absurdo. Además, volvemos a ser todas mujeres.
"Personas que pueden sufrir lesbofobia", me olvido del resto de opresiones y discriminaciones específicas, como la bifobia y el monosexismo que sufren tantas "mujeres" y que tiene particularidades por la intersección con el género.
Por ahora no tengo solución para hablar o escribir de este grupo.
Es una crisis parecida a la que tengo con "orientación sexual". He escrito varias veces estas palabras en esta entrada, pero el concepto mismo de "orientación" viene de un paradigma heterosexista, monosexista, cisexista y binarista, especialmente tal y como se usa actualmente aquí. ¿Por qué se tiene que hacer referencia al propio género? ¿Por qué el género de las personas que te atraen es una característica tan importante como para marcar públicamente tu identidad mientras otras características de esas personas resultan anecdóticas? ¿La orientación depende solo de la atracción sexual, solo de la romántica, o de otra? ¿La asexualidad es una orientación? Si hablamos de orientación e imaginamos una brújula, ¿dónde señala en personas asexuales o en bisexuales o en cualquiera que no sea monosexual? De nuevo, como el género, la orientación es un concepto artificioso que tenemos que seguir usando (aunque podamos replantearnos cuales son las palabras más adecuadas) porque existen las opresiones asociadas.
Y ahora vuelvo al tema "mujeres, lesbianas y trans". Realmente lo que se busca es excluir a los hombres cis, y supongo que no se dice así por un par de razones: que queda feo hablar de excluir o no admitir, y que la mayoría de hombres cis no saben que lo son. Además, si basamos el género y el sexo en la autoidentificación, decir "no incluimos a X" tiene el inconveniente de que necesitas que X se identifique como X, es decir, que se autoexcluya.
La otra gran razón por la que no me gusta este conjunto de palabras ("mujeres, lesbianas y trans") es que hacen referencia a cosas distintas. Leyéndolo no me queda claro, por ejemplo, si quien lo ha escrito considera que las mujeres cis son mujeres y las mujeres trans son trans, lo cual sería transfóbico. No me queda claro si quien lo escribe considera que *todas* las personas que se identifican como lesbianas son de un género distinto a mujeres, o solo algunas, y por qué cree que "trans" es un paraguas donde caben (entiendo que) todas las identidades no binarias *excepto* a las lesbianas que tampoco son mujeres. ¿O quizá no usa "trans" como paraguas?
Creo que prefiero hablar de "mujeres, hombres y personas no binarias", y luego de "cis y trans", y si eso, de si su expresión de género es femenina, mezcla, masculina, andrógina, etc. Creo que preferiría un grupo que se dirigiera a "mujeres y personas no binarias" o a "mujeres, personas no binarias y hombres trans".
martes, 3 de febrero de 2015
De necesidades y revisiones
¿Qué hacer con la necesidad? Revisamos muchos conceptos en nuestras vidas, revisamos el amor, las relaciones humanas en general, el "no es no", los límites, el consentimiento, los prejuicios, las estructuras de poder, cada una de las diferencias humanas. Lo revisamos todo y nos encontramos con una gran sopa de ideas con las que intentamos montar algo con sentido.
Cada vez que miro internet, la mismas páginas que solía abrir, me choca la cantidad de temas sexuales. A veces tengo la impresión que es lo único de lo que se habla. Leo una entrevista, interesante en muchos sentidos, que pone al mismo nivel la necesidad de comer y la necesidad de sexo. Me escandalizo por momentos. Quien opina así, ¿conoce de las hambrunas que hay en el mundo? Puede que sí, puede que aun conociéndolas le parezca que está al mismo nivel. Pero a mí se me revuelven las tripas y se me revuelve el cerebro con esa comparación. ¿Debería revisarme también por esto o está bien que no me guste?
¿Qué hacer con la necesidad? ¿Qué hacer con la necesidad de afecto? He escrito sobre esto tantas veces ya... Sigo pensando en ello. La teoría del poliamor está muy bien y suena genial. Y yo quiero eso, y más. Yo quiero todo. Quiero no sentir este deseo que parece insuperable por momentos y que me bloquea entera. Me bloquea las palabras, el pensamiento, el sentir de cualquier otra cosa. Quiero no enamorarme o hacerlo de otra manera. Quiero que me baste con lo que reciba, aunque sea poco. Pero no funciona solo con pensarlo, solo con racionalmente llegar a la conclusión de que sería mejor, no va así.
Extrapolo este sentir mío a otras personas en situación de necesidad afectiva. Que son más o menos, todas las personas que viven en el margen. Cada una con sus particularidades.
Luego pienso en el bulling y otras forma de presión social excluyente, algunas de ellas con violencia física incluida. Y pienso en nuestra super solución para arreglar los problemas del mundo, hablar hablar y hablar. Y lo mezclo también con mi experiencia con criaturas varias, y el ideal de una educación con perfecta paz, harmonía, buenos sentimientos y valores feministas.
Creo que el feminismo que me gusta se olvida sistemáticamente de las criaturas. Habla de adultismo, pero lo practica mientras lo hace.
Igual que se olvida de la pobreza, incluso mientras la sufre. Como si no fuera con nosotrxs, como si la exclusión por pobreza no fuera una realidad. Las personas que mueren de hambre ¿necesitan el sexo tanto como la comida? ¿Necesitan el afecto tanto como la comida? Me da la impresión que necesitan afecto, pero no tanto el sexo. Quizá soy yo que soy rara, lo asumo, es así, no soy una muestra representativa de la sociedad. He llegado a desear el contacto sexual con otra persona hasta el punto de sentir dolor físico, pero sigo pensando que el afecto y la comida son más importantes.
Leo sobre adicciones, leo con sorpresa una noticia en la que quien escribe se sorprende de descubrir que las adicciones tienen una componente emocional importante, que dependen de su situación personal. Lo que me sorprende es su sorpresa, ¿no es evidente esta conclusión? Me pasa a menudo, asumo que todo el mundo sabe lo que yo sé, pero no. Igual que yo no sé tantas cosas. La gente no suele tomarse bien cuando me sorprendo de que no sepan las cosas, y yo lo siento, no es con mala fe.
Las adicciones se superan mucho mejor con una buena situación personal y emocional. Bien, pero, ¿cómo llegamos a ella? ¿Nos dedicamos a "rescatar" a la gente? Eso no nos gustaba, porque es paternalista y el paternalismo no nos gusta. Es como lo de la pobreza, con 50 euros no voy a arreglar nada, y yo también estoy (teóricamente) por debajo del humbral de la pobreza, así que no hago nada. Hay tanta gente con tantas carencias afectivas que ¿cómo cubrir las necesidades de todas? Y más ¿cómo voy a hacerlo yo que también tengo grans problemas de carencias afectivas?
Yo no hubiera hecho nada con mi vida si no me hubieran ayudado, sería una sombra en vida o habría muerto. Cuando hablamos de dependencias y de capacidades siempre lo tengo presente. Yo también me siento discapacitada, solo que no de manera visible. Cada vez que veo a alguien hablando del tema "diversidad funcional" en parte me siento aludida, aunque a la vez me doy cuenta de que la persona que habla no me incluye en ese grupo. Es uno de mis cortocircuitos mentales cuando me muevo por el mundo, especialmente en espacios feministas. En cuanto a leído mujer, y a menudo, leída lesbiana, tengo un espacio para mí, pero luego se espera que me comporte de manera sociable. O quizá no se espera, pero lo siento así. ¿Cómo evitar eso? ¿Cómo hacer que todas las personas, con sus infinitas variaciones, se sientan aceptadas e incluídas?
En temas de poliamor, consentimiento y feminismo en general se dice eso de "pregunta". Yo pregunto mucho, pero entonces la gente se me queda extrañada. Me dicen que por qué pregunto tanto. Supongo que pregunto cosas evidentes, pero es que para mí no son evidentes. Pensaba, por ejemplo, en que cada vez que llegue el momento de "darse dos besos" debería preguntar. Y luego he pensado que nadie lo va a entender. O muy pocas personas. Y me pregunto qué sentido tiene que yo, que tengo inmensos problemas de sentir rechazo social, haga lo que para mí es un esfuerzo titánico como preguntar verbalmente algo que me parece tan intimo o tan contrario a las normas sociales, sabiendo que lo que más encontraré será rechazo. Y sin embargo, muchas personas dan dos besos sin querer hacerlo, sintiendo rechazo hacia el contacto físico a cualquier nivel. La única razón por la que lo haría es porque creo que soy de las pocas personas que se dan cuenta de ello.
Hay personas que sienten rechazo hacia cualquier contacto físico, y hay personas que si no son abrazadas y tocadas continuamente no se sienten acogidas. La única solución es preguntar, pero preguntar genera agotamiento, y a algunas personas, nos cuesta especialmente hacerlo. También a algunas nos cuesta más que a otras contestar cuando nos preguntan algo. ¿Cuantas veces debo haber sentido durante un instante que me iba a estallar la cabeza después de recibir una pregunta? Y me quedo callada durante un momento (antes solía ser bastante más tiempo), para poder gestionar mi agobio por una parte, y para poder ordenarme las ideas por otra (el problema es que me aparecen demasiadas posibles respuestas y no puedo darlas todas a la vez). Yo necesito recibir paciencia y ver muestras claras de interés en la otra persona para poder sentirme a gusto, y sin embargo, hay gente muy impaciente. A veces yo también lo soy. A veces pedirle a mi cabeza que deje de correr tanto para darle tiempo a hablar a otra persona, mientras me concentro para no dejar de prestarle atención ( y especialmente, que no note que mi cabeza quiere irse divagar sobre otros asuntos que no le incluyen), a veces me parece un esfuerzo sobrehumano. ¿Cómo se combinan ambas necesidades? Incluso en un mundo ideal sería difícil. En este, totalmente imposible.
Creo que el feminismo que me gusta a veces se pasa de optimista. Lo queremos todo y lo queremos ya. Así que por una parte pretendemos acabar con las normas sociales y por otra intentamos que todas las personas se sientan incluidas sin darles unas referencias (normas sociales) de guía. Lo que resulta es que se dan consignas que se van difundiendo hasta que aparecen ("se crean colectivamente") otras supuestamente mejores y se intenta que reemplacen o complementen las anteriores.
Un lío.
Y además, un lío que se da dentro de un sector de la población minúsculo.
Volviendo al principio. Más o menos todas las filosofías de no-monogamia con principios incluye un punto de partida que es una red afectiva. Se supone que es la garantía para aguantar todo el resto. Esas redes afectivas son las que se supone que compensan esa necesidad de que hablo, se supone que cubren la necesidad de afecto e incluso quizás otras, como la económica o la sexual.
El tema es... ¿quien forma parte de esas redes afectivas? En las representaciones que he encontrado hay básicamente cuerpos normativos, a menudo con bastante dinero. A veces son cuerpos con cierta disidencia de género, a veces son no blancos, pero poco más. Si las redes afectivas son, a efectos prácticos, un grupo de amigxs, creo que no se está cumpliendo el objetivo de acabar con la exclusión.
(Voy a publicarlo tal cual, aunque seguramente requiere bastante revisión y también me gustaría incluir algunos enlaces, pero ahora no tengo tiempo y no sé cuanto tardaré en tener tiempo y ganas de hacerlo)
Cada vez que miro internet, la mismas páginas que solía abrir, me choca la cantidad de temas sexuales. A veces tengo la impresión que es lo único de lo que se habla. Leo una entrevista, interesante en muchos sentidos, que pone al mismo nivel la necesidad de comer y la necesidad de sexo. Me escandalizo por momentos. Quien opina así, ¿conoce de las hambrunas que hay en el mundo? Puede que sí, puede que aun conociéndolas le parezca que está al mismo nivel. Pero a mí se me revuelven las tripas y se me revuelve el cerebro con esa comparación. ¿Debería revisarme también por esto o está bien que no me guste?
¿Qué hacer con la necesidad? ¿Qué hacer con la necesidad de afecto? He escrito sobre esto tantas veces ya... Sigo pensando en ello. La teoría del poliamor está muy bien y suena genial. Y yo quiero eso, y más. Yo quiero todo. Quiero no sentir este deseo que parece insuperable por momentos y que me bloquea entera. Me bloquea las palabras, el pensamiento, el sentir de cualquier otra cosa. Quiero no enamorarme o hacerlo de otra manera. Quiero que me baste con lo que reciba, aunque sea poco. Pero no funciona solo con pensarlo, solo con racionalmente llegar a la conclusión de que sería mejor, no va así.
Extrapolo este sentir mío a otras personas en situación de necesidad afectiva. Que son más o menos, todas las personas que viven en el margen. Cada una con sus particularidades.
Luego pienso en el bulling y otras forma de presión social excluyente, algunas de ellas con violencia física incluida. Y pienso en nuestra super solución para arreglar los problemas del mundo, hablar hablar y hablar. Y lo mezclo también con mi experiencia con criaturas varias, y el ideal de una educación con perfecta paz, harmonía, buenos sentimientos y valores feministas.
Creo que el feminismo que me gusta se olvida sistemáticamente de las criaturas. Habla de adultismo, pero lo practica mientras lo hace.
Igual que se olvida de la pobreza, incluso mientras la sufre. Como si no fuera con nosotrxs, como si la exclusión por pobreza no fuera una realidad. Las personas que mueren de hambre ¿necesitan el sexo tanto como la comida? ¿Necesitan el afecto tanto como la comida? Me da la impresión que necesitan afecto, pero no tanto el sexo. Quizá soy yo que soy rara, lo asumo, es así, no soy una muestra representativa de la sociedad. He llegado a desear el contacto sexual con otra persona hasta el punto de sentir dolor físico, pero sigo pensando que el afecto y la comida son más importantes.
Leo sobre adicciones, leo con sorpresa una noticia en la que quien escribe se sorprende de descubrir que las adicciones tienen una componente emocional importante, que dependen de su situación personal. Lo que me sorprende es su sorpresa, ¿no es evidente esta conclusión? Me pasa a menudo, asumo que todo el mundo sabe lo que yo sé, pero no. Igual que yo no sé tantas cosas. La gente no suele tomarse bien cuando me sorprendo de que no sepan las cosas, y yo lo siento, no es con mala fe.
Las adicciones se superan mucho mejor con una buena situación personal y emocional. Bien, pero, ¿cómo llegamos a ella? ¿Nos dedicamos a "rescatar" a la gente? Eso no nos gustaba, porque es paternalista y el paternalismo no nos gusta. Es como lo de la pobreza, con 50 euros no voy a arreglar nada, y yo también estoy (teóricamente) por debajo del humbral de la pobreza, así que no hago nada. Hay tanta gente con tantas carencias afectivas que ¿cómo cubrir las necesidades de todas? Y más ¿cómo voy a hacerlo yo que también tengo grans problemas de carencias afectivas?
Yo no hubiera hecho nada con mi vida si no me hubieran ayudado, sería una sombra en vida o habría muerto. Cuando hablamos de dependencias y de capacidades siempre lo tengo presente. Yo también me siento discapacitada, solo que no de manera visible. Cada vez que veo a alguien hablando del tema "diversidad funcional" en parte me siento aludida, aunque a la vez me doy cuenta de que la persona que habla no me incluye en ese grupo. Es uno de mis cortocircuitos mentales cuando me muevo por el mundo, especialmente en espacios feministas. En cuanto a leído mujer, y a menudo, leída lesbiana, tengo un espacio para mí, pero luego se espera que me comporte de manera sociable. O quizá no se espera, pero lo siento así. ¿Cómo evitar eso? ¿Cómo hacer que todas las personas, con sus infinitas variaciones, se sientan aceptadas e incluídas?
En temas de poliamor, consentimiento y feminismo en general se dice eso de "pregunta". Yo pregunto mucho, pero entonces la gente se me queda extrañada. Me dicen que por qué pregunto tanto. Supongo que pregunto cosas evidentes, pero es que para mí no son evidentes. Pensaba, por ejemplo, en que cada vez que llegue el momento de "darse dos besos" debería preguntar. Y luego he pensado que nadie lo va a entender. O muy pocas personas. Y me pregunto qué sentido tiene que yo, que tengo inmensos problemas de sentir rechazo social, haga lo que para mí es un esfuerzo titánico como preguntar verbalmente algo que me parece tan intimo o tan contrario a las normas sociales, sabiendo que lo que más encontraré será rechazo. Y sin embargo, muchas personas dan dos besos sin querer hacerlo, sintiendo rechazo hacia el contacto físico a cualquier nivel. La única razón por la que lo haría es porque creo que soy de las pocas personas que se dan cuenta de ello.
Hay personas que sienten rechazo hacia cualquier contacto físico, y hay personas que si no son abrazadas y tocadas continuamente no se sienten acogidas. La única solución es preguntar, pero preguntar genera agotamiento, y a algunas personas, nos cuesta especialmente hacerlo. También a algunas nos cuesta más que a otras contestar cuando nos preguntan algo. ¿Cuantas veces debo haber sentido durante un instante que me iba a estallar la cabeza después de recibir una pregunta? Y me quedo callada durante un momento (antes solía ser bastante más tiempo), para poder gestionar mi agobio por una parte, y para poder ordenarme las ideas por otra (el problema es que me aparecen demasiadas posibles respuestas y no puedo darlas todas a la vez). Yo necesito recibir paciencia y ver muestras claras de interés en la otra persona para poder sentirme a gusto, y sin embargo, hay gente muy impaciente. A veces yo también lo soy. A veces pedirle a mi cabeza que deje de correr tanto para darle tiempo a hablar a otra persona, mientras me concentro para no dejar de prestarle atención ( y especialmente, que no note que mi cabeza quiere irse divagar sobre otros asuntos que no le incluyen), a veces me parece un esfuerzo sobrehumano. ¿Cómo se combinan ambas necesidades? Incluso en un mundo ideal sería difícil. En este, totalmente imposible.
Creo que el feminismo que me gusta a veces se pasa de optimista. Lo queremos todo y lo queremos ya. Así que por una parte pretendemos acabar con las normas sociales y por otra intentamos que todas las personas se sientan incluidas sin darles unas referencias (normas sociales) de guía. Lo que resulta es que se dan consignas que se van difundiendo hasta que aparecen ("se crean colectivamente") otras supuestamente mejores y se intenta que reemplacen o complementen las anteriores.
Un lío.
Y además, un lío que se da dentro de un sector de la población minúsculo.
Volviendo al principio. Más o menos todas las filosofías de no-monogamia con principios incluye un punto de partida que es una red afectiva. Se supone que es la garantía para aguantar todo el resto. Esas redes afectivas son las que se supone que compensan esa necesidad de que hablo, se supone que cubren la necesidad de afecto e incluso quizás otras, como la económica o la sexual.
El tema es... ¿quien forma parte de esas redes afectivas? En las representaciones que he encontrado hay básicamente cuerpos normativos, a menudo con bastante dinero. A veces son cuerpos con cierta disidencia de género, a veces son no blancos, pero poco más. Si las redes afectivas son, a efectos prácticos, un grupo de amigxs, creo que no se está cumpliendo el objetivo de acabar con la exclusión.
(Voy a publicarlo tal cual, aunque seguramente requiere bastante revisión y también me gustaría incluir algunos enlaces, pero ahora no tengo tiempo y no sé cuanto tardaré en tener tiempo y ganas de hacerlo)
Etiquetas:
Alternativas,
Anarres,
Feminismo,
Poliamor
martes, 1 de julio de 2014
Vulnerabilidad
"pintándome esa expresión que las mujeres aprendemos a poner para convencer al mundo de que somos felices"
Tan necesaria. La posibilidad de enfrentarte al mundo fingiendo fortaleza para tapar la asfixiante vulnerabilidad que sientes.
Estábamos en una charla sobre cuerpos, gordofobia, divergencias corporales, muchos temas reducidos a eso, los cuerpos que se salen de la norma socialmente aceptada. Y cómo eso atraviesa a las mujeres o a las personas que no son hombres cissexuales. No sé ni de dónde salió el tema de la vulnerabilidad. Sentir la vulnerabilidad como un acto político. Racionalmente es una idea que aun se me escapa, pero hay un algo de mí que grita: "eso! es justo eso!"
[Mini spoiler de Juego de tronos] Sam dice "soy un cobarde". No quiere luchar, le da miedo sufrir, le da miedo morir. Y Jack entiende que se necesita un forma extraña de valor para llamarse cobarde a uno mismo. [Fin de los spoilers]
Cuantas veces leí/oí la expresión esa de "quitarme la armadura/coraza que me he ido poniendo con los años". Que suele ir acompañada de una breve de una breve explicación de lo mal que lo ha pasado la persona en cuestión. Leyéndolo una diría que es mejor no tener esa coraza, vivir sin ella. Pero cuando todo va mal necesitas poder fingir que todo va bien, que eres fuerte, con podrás con ello. Mostrar tu mejor sonrisa mientras te vas rompiendo. Aplacar la sensación de insoportabilidad con una gran sonrisa. "A mal tiempo, buena cara".
Si alguna vez reconoces que eres o has sido vulnerable, será cuando sientas seguridad. Sea porque ha pasado el peor momento, sea porque estás en un contexto en el que temporalmente puedes permitírtelo (por ejemplo, si estás con una persona con la que tienes especial confianza). Si cometes el error de mostrarte vulnerable cuando realmente estás (más) vulnerable, lo más fácil es que acabes mucho peor.
Ojalá alguien me lo hubiera contado así cuando era pequeña. Que no se trataba de "quitarse la armadura" sino de "encontrar espacios de seguridad". Y que encontrar esos espacios suele ser bastante más fácil si te proteges emocionalmente con una gran capa de superficialidad. Que no hay "personas con armadura porque lo han pasado muy mal" y "personas sin armadura porque han sido siempre felices", solo hay personas que se protegen la mayor parte del tiempo, porque no existen personas que no hayan sufrido. (Y con esto, estoy muy lejos de querer decir que todo el mundo ha sufrido por igual)
Creo que hablar de vulnerabilidad es político porque permite la creación de esos espacios de seguridad. Espacios donde compartir las penas y los dolores. Espacios en los que hay cuidados mutuos. Y también, espacios a partir de los que se puede dar la vuelta a las cosas, generar resistencias, pensar estrategias de supervivencia colectiva.
Tan necesaria. La posibilidad de enfrentarte al mundo fingiendo fortaleza para tapar la asfixiante vulnerabilidad que sientes.
Estábamos en una charla sobre cuerpos, gordofobia, divergencias corporales, muchos temas reducidos a eso, los cuerpos que se salen de la norma socialmente aceptada. Y cómo eso atraviesa a las mujeres o a las personas que no son hombres cissexuales. No sé ni de dónde salió el tema de la vulnerabilidad. Sentir la vulnerabilidad como un acto político. Racionalmente es una idea que aun se me escapa, pero hay un algo de mí que grita: "eso! es justo eso!"
[Mini spoiler de Juego de tronos] Sam dice "soy un cobarde". No quiere luchar, le da miedo sufrir, le da miedo morir. Y Jack entiende que se necesita un forma extraña de valor para llamarse cobarde a uno mismo. [Fin de los spoilers]
Cuantas veces leí/oí la expresión esa de "quitarme la armadura/coraza que me he ido poniendo con los años". Que suele ir acompañada de una breve de una breve explicación de lo mal que lo ha pasado la persona en cuestión. Leyéndolo una diría que es mejor no tener esa coraza, vivir sin ella. Pero cuando todo va mal necesitas poder fingir que todo va bien, que eres fuerte, con podrás con ello. Mostrar tu mejor sonrisa mientras te vas rompiendo. Aplacar la sensación de insoportabilidad con una gran sonrisa. "A mal tiempo, buena cara".
Si alguna vez reconoces que eres o has sido vulnerable, será cuando sientas seguridad. Sea porque ha pasado el peor momento, sea porque estás en un contexto en el que temporalmente puedes permitírtelo (por ejemplo, si estás con una persona con la que tienes especial confianza). Si cometes el error de mostrarte vulnerable cuando realmente estás (más) vulnerable, lo más fácil es que acabes mucho peor.
Ojalá alguien me lo hubiera contado así cuando era pequeña. Que no se trataba de "quitarse la armadura" sino de "encontrar espacios de seguridad". Y que encontrar esos espacios suele ser bastante más fácil si te proteges emocionalmente con una gran capa de superficialidad. Que no hay "personas con armadura porque lo han pasado muy mal" y "personas sin armadura porque han sido siempre felices", solo hay personas que se protegen la mayor parte del tiempo, porque no existen personas que no hayan sufrido. (Y con esto, estoy muy lejos de querer decir que todo el mundo ha sufrido por igual)
Creo que hablar de vulnerabilidad es político porque permite la creación de esos espacios de seguridad. Espacios donde compartir las penas y los dolores. Espacios en los que hay cuidados mutuos. Y también, espacios a partir de los que se puede dar la vuelta a las cosas, generar resistencias, pensar estrategias de supervivencia colectiva.
lunes, 16 de junio de 2014
Butch
Y ahora imagina a 50 mujeres saltando y cantando a pleno pulmón "soy una butch".
Adoro la música feminista.
miércoles, 21 de mayo de 2014
No es no
Hablamos sobre "no es no". Quiero llegar a explicar la idea del "sí es sí", pero no lo consigo, porque ni siquiera asume el primer paso, ni siquiera me acepta que "no es no". Discutimos durante horas. Dice que el problema no es él, sino ellas. Que si se creyera un no cada vez que lo recibe, no conseguiría ligar nunca. Me da un escalofrío. "El mundo es así", encogimiento de hombros, y a seguir con lo suyo.
¿Cómo alguien puede preferir estar con una persona que no marca sus límites antes que no tener nada? Supongo que esta pregunta solo demuestra mi infinita inocencia. Como cuando me quedé chocada porque él hubiera sido capaz de "pagar por ello".
Pero yo recuerdo esos momentos tan raros raros raros... Estar con una persona y no saber si quiere una cosa o la otra. Y el miedo (miedo a sobrepasar sus límites, miedo a que estuviera aceptando pasivamente lo que yo hiciera solo por no ofenderme y no porque realmente lo quisiera, miedo a no gustarle realmente). Y esta sensación desagradable. Asco. Creo que nunca le podré perdonar que me hiciera sentir así.
Me da miedo que tuviera algo de razón. Me da miedo que las personas que dejan claro lo que quieren y lo que no, sean más la excepción que la regla.
Creo que le problemas que tenemos como sociedad con el respeto hacia el consentimiento tienen mucho que ver con esto también.
Y el origen es el mismo. ¿Cómo reaccionas cuando sabes que le gustas a alguien? ¿Cómo reaccionas cuando le gustas a alguien que no te atrae? ¿Crees que es algo de lo que esa persona debe avergonzarse? Creo que asumimos que sí. "¡Cómo podía menganita creerse que yo quería algo con ella! ¡Quien se cree que soy!" ¿Cómo te sientes cuando te gusta alguien y recibes una negativa? ¿Crees que es algo sobre lo que correr un tupido velo para no volver a hablar nunca de ello? "Mira que gustarme X, si es evidente que no va a ser, qué gilipollas que soy." La autopercepción a la mierda, la incomodidad dando de lleno a la relación con esa persona, las atracciones en general convertidas en tabú...
¿Cómo alguien puede preferir estar con una persona que no marca sus límites antes que no tener nada? Supongo que esta pregunta solo demuestra mi infinita inocencia. Como cuando me quedé chocada porque él hubiera sido capaz de "pagar por ello".
Pero yo recuerdo esos momentos tan raros raros raros... Estar con una persona y no saber si quiere una cosa o la otra. Y el miedo (miedo a sobrepasar sus límites, miedo a que estuviera aceptando pasivamente lo que yo hiciera solo por no ofenderme y no porque realmente lo quisiera, miedo a no gustarle realmente). Y esta sensación desagradable. Asco. Creo que nunca le podré perdonar que me hiciera sentir así.
Me da miedo que tuviera algo de razón. Me da miedo que las personas que dejan claro lo que quieren y lo que no, sean más la excepción que la regla.
Creo que le problemas que tenemos como sociedad con el respeto hacia el consentimiento tienen mucho que ver con esto también.
Y el origen es el mismo. ¿Cómo reaccionas cuando sabes que le gustas a alguien? ¿Cómo reaccionas cuando le gustas a alguien que no te atrae? ¿Crees que es algo de lo que esa persona debe avergonzarse? Creo que asumimos que sí. "¡Cómo podía menganita creerse que yo quería algo con ella! ¡Quien se cree que soy!" ¿Cómo te sientes cuando te gusta alguien y recibes una negativa? ¿Crees que es algo sobre lo que correr un tupido velo para no volver a hablar nunca de ello? "Mira que gustarme X, si es evidente que no va a ser, qué gilipollas que soy." La autopercepción a la mierda, la incomodidad dando de lleno a la relación con esa persona, las atracciones en general convertidas en tabú...
miércoles, 12 de marzo de 2014
Celos
Cuando pienso en los celos a menudo me acuerdo de una peli que vi hace tiempo, una peli romanticona en la que salía Brad Pitt. Había una hija leyéndole a su madre enferma. Y le leía la historia de él, su amante. Y eso incluía leer otras historias amorosas que había tenido él. Y la hija le preguntaba a la madre si prefería saltarse esa parte (o algo por el estilo) y ella decía que estaba bien, "me alegro de que estuviera acompañado".
Cuando siento celos a menudo viene esa frase a mi mente. "Me alegro de que estuviera acompañadx". Y entonces me alegro de verdad. Me alegro también de que ahora mismo varias personas a las que quiero mucho tengan al lado a alguien que les quiere mucho también. (Creo que esto es lo que llaman compersión algunas personas poliamorosas, aunque yo siempre lo había llamado empatía.)
Ahora con M. hablamos mucho sobre todas estas cosas, celos, poliamor, anarquías relacionales, comunas, comunidades, amistades... Creo que hemos convertido nuestras vidas en laboratorios de experimentación sobre el amor y las relaciones. Cuando decides que todo lo que habías creído que era inamovible ya no te vale, empiezan a caer mitos uno tras otro, y unx siente que ya no vale lo que digan otrxs, que debe encontrar el camino por sus propios medios. Cada vez que pienso "no puedo con esto", me pregunto "¿seguro que no?".
Los límites entre la amistad y el amor "de pareja" se me han difuminado hasta puntos insospechados. Últimamente me pregunto mucho donde están esos límites, si es que existen, o si solo existen muchas maneras de querer. A cada persona se la quiere de manera distinta, ¿no? Sin embargo, hay claramente dos extremos, la persona a la que quiero ver a todas horas (en plan obsesivo), y la persona de la que me canso si nos vemos tres días seguidos.
Con los celos tengo observado hasta la fecha que van a temporadas. Hay días en las que me siento terriblemente celosa con todo el mundo (aunque no haya sentimientos de amor romántico de por medio) y hay días en los que tengo la impresión de que "todo me parece bien". Pienso que a menudo mis celos son casi pura envidia. Envidia de todas las cosas que me gustaría tener en mi vida y que no tengo. Cuando pienso en que las "parejas de" tienen buena parte de eso que yo quisiera tener, la envidia puede llegar a cegarme. Y luego hay momentos como ahora en los que pienso que con algunas de esas personas ya viví los momentos bonitos que quería y ya los disfruté, y eso en sí mismo ya es suficiente, y con otras en cierto modo también tengo buena parte de lo que quiero, aunque no sea todo.
Me he dado cuenta de que puedo estar enfadada sin estar celosa. Si alguien no ha cumplido sus pactos, puedo enfadarme con esa persona y no mezclar en absoluto a su/s otra/s relancion/es. Si alguien considero que no me ha tratado todo lo bien que debería haberlo hecho, lo mismo. Puede parecer poca cosa, pero creo que es importante. La inercia social es odiar a la "zorra robaparejas". Evitar caer en eso me reconcilia un poco conmigo misma.
Cosas que creo que afectan al estado de mis celos:
- Si mis necesidades afectivas están cubiertas o no. Ahora más o menos lo están, pero es como el comer, no vale con hacerlo un día y ya vale para todo un mes, sino que se requiere un continuo. Cuando tengo escasez en este sentido, estoy peor en general, y más celosa en particular.
- Cómo me sienta respecto a mí misma y a la vida que llevo.
- El punto en el que esté la relación con unas cuantas personas que son especialmente importantes para mí. O en otras palabras, si me siento importante para esas personas, y si las he visto (quien dice visto dice contactado) con una frecuencia suficiente.
- Circunstancias varias, como los niveles hormonales relacionados con el ciclo menstrual. Por ejemplo, cuando tengo la regla me apetecen mimos especialmente, y estoy especialmente sensible a su carencia. Eso me genera frustración y la frustración lleva a los celos (y los celos al odio y el odio al lado oscuro).
Me gustó leer esto: "¿Se pueden evitar los celos?". Y el artículo de la mosca cojonera en El País, "Si no sufro, el amor no ha sucedido (o mejor desaprender los celos)". Y escuchar a Marcela Lagarde hablar sobre los mitos del amor romántico (el principio es como muy hetero, pero hacia el final habla también sobre el amor lésbico). Y ya dejo de poner enlaces que estoy que no paro con el tema...
Cuando siento celos a menudo viene esa frase a mi mente. "Me alegro de que estuviera acompañadx". Y entonces me alegro de verdad. Me alegro también de que ahora mismo varias personas a las que quiero mucho tengan al lado a alguien que les quiere mucho también. (Creo que esto es lo que llaman compersión algunas personas poliamorosas, aunque yo siempre lo había llamado empatía.)
Ahora con M. hablamos mucho sobre todas estas cosas, celos, poliamor, anarquías relacionales, comunas, comunidades, amistades... Creo que hemos convertido nuestras vidas en laboratorios de experimentación sobre el amor y las relaciones. Cuando decides que todo lo que habías creído que era inamovible ya no te vale, empiezan a caer mitos uno tras otro, y unx siente que ya no vale lo que digan otrxs, que debe encontrar el camino por sus propios medios. Cada vez que pienso "no puedo con esto", me pregunto "¿seguro que no?".
Los límites entre la amistad y el amor "de pareja" se me han difuminado hasta puntos insospechados. Últimamente me pregunto mucho donde están esos límites, si es que existen, o si solo existen muchas maneras de querer. A cada persona se la quiere de manera distinta, ¿no? Sin embargo, hay claramente dos extremos, la persona a la que quiero ver a todas horas (en plan obsesivo), y la persona de la que me canso si nos vemos tres días seguidos.
Con los celos tengo observado hasta la fecha que van a temporadas. Hay días en las que me siento terriblemente celosa con todo el mundo (aunque no haya sentimientos de amor romántico de por medio) y hay días en los que tengo la impresión de que "todo me parece bien". Pienso que a menudo mis celos son casi pura envidia. Envidia de todas las cosas que me gustaría tener en mi vida y que no tengo. Cuando pienso en que las "parejas de" tienen buena parte de eso que yo quisiera tener, la envidia puede llegar a cegarme. Y luego hay momentos como ahora en los que pienso que con algunas de esas personas ya viví los momentos bonitos que quería y ya los disfruté, y eso en sí mismo ya es suficiente, y con otras en cierto modo también tengo buena parte de lo que quiero, aunque no sea todo.
Me he dado cuenta de que puedo estar enfadada sin estar celosa. Si alguien no ha cumplido sus pactos, puedo enfadarme con esa persona y no mezclar en absoluto a su/s otra/s relancion/es. Si alguien considero que no me ha tratado todo lo bien que debería haberlo hecho, lo mismo. Puede parecer poca cosa, pero creo que es importante. La inercia social es odiar a la "zorra robaparejas". Evitar caer en eso me reconcilia un poco conmigo misma.
Cosas que creo que afectan al estado de mis celos:
- Si mis necesidades afectivas están cubiertas o no. Ahora más o menos lo están, pero es como el comer, no vale con hacerlo un día y ya vale para todo un mes, sino que se requiere un continuo. Cuando tengo escasez en este sentido, estoy peor en general, y más celosa en particular.
- Cómo me sienta respecto a mí misma y a la vida que llevo.
- El punto en el que esté la relación con unas cuantas personas que son especialmente importantes para mí. O en otras palabras, si me siento importante para esas personas, y si las he visto (quien dice visto dice contactado) con una frecuencia suficiente.
- Circunstancias varias, como los niveles hormonales relacionados con el ciclo menstrual. Por ejemplo, cuando tengo la regla me apetecen mimos especialmente, y estoy especialmente sensible a su carencia. Eso me genera frustración y la frustración lleva a los celos (y los celos al odio y el odio al lado oscuro).
Me gustó leer esto: "¿Se pueden evitar los celos?". Y el artículo de la mosca cojonera en El País, "Si no sufro, el amor no ha sucedido (o mejor desaprender los celos)". Y escuchar a Marcela Lagarde hablar sobre los mitos del amor romántico (el principio es como muy hetero, pero hacia el final habla también sobre el amor lésbico). Y ya dejo de poner enlaces que estoy que no paro con el tema...
viernes, 7 de marzo de 2014
Ancestras
En Pikara preguntan por nuestros referentes feministas. "Ancestras y maestras". He estado pensando sobre ello, porque creo que está muy bien saber agradecer a las luchadoras que nos han abierto camino. Pero soy incapaz de hacer una lista en condiciones...
Mis referentes son más o menos todas las mujeres que han pasado por mi vida. Y muchas de las que he leído (de la mayoría ni siquiera he sabido nunca el nombre). Y personajes ficticios también hay unos cuantos... Como Susan Calvin, qué grande fue en su momento "encontrar" a Susan Calvin. Incluso Ranma 1/2 con ese género cambiante y esos momentos tan lésbicos. Y Buffy, claro. ¿Ves? Me pongo y no paro.
En realidad mis dos grandes referentes fueron mi madre y mi hermana mayor. Pero decir solo eso es quedarse taaan corta. No sería ni de lejos quien soy si no hubiera tenido cientos de otras "ancestras y maestras". Y "ancestrxs y maestrxs" así en general. Tantos libros en mi infancia y primera juventud. ¿Sería la misma sin Ursula K. Le Guin? ¿Lo sería sin todos los libros en los que lxs protagonistas eran animales libres? ¿O solo los libros feministas pueden hacernos feministas? Luego mis amistades, siempre personas que no encajaban en sus mandatos de género (¿acaso alguien lo hace?). O algunxs de mis profesorxs, especialmente profesoras.
Luego llegó internet, y los blogs, y los foros. Y yo dejé de leer libros, porque había tanto para leer en internet, que me faltaba tiempo para devorarlo. Y más tarde el sinver. El sinver lo cambió todo. Aunque no fue la institución en sí, sino las personas que encontré. Y los debates, tanto los preparados como los espontáneos. ¿Quien sería yo sin todas esas personas que me cambiaron? Podría intentar nombrarlas, pero sería imposible hacerlo sin dejarme a alguna.
Tendría que añadir también a tantas otras personas con las que me fui encontrando por otros caminos. Y más recientemente, a Píkara, y a Golfxs con principios, y a otras webs.
No son "las grandes feministas de la historia". En realidad, he leído muy pocos libros feministas, y muy pocos artículos escritos por "grandes feministas". Pero también esas grandes fueron (son) importantes, aunque "solo" sea porque cambiaron el mundo en el que vivo. Y porque mis fuentes han bebido de otras fuentes antes. "Trabajamos en red". Cada nudo importa.
PD. El corrector de blogger quiere cambiarme "ancestras" por "ancestros"...
Mis referentes son más o menos todas las mujeres que han pasado por mi vida. Y muchas de las que he leído (de la mayoría ni siquiera he sabido nunca el nombre). Y personajes ficticios también hay unos cuantos... Como Susan Calvin, qué grande fue en su momento "encontrar" a Susan Calvin. Incluso Ranma 1/2 con ese género cambiante y esos momentos tan lésbicos. Y Buffy, claro. ¿Ves? Me pongo y no paro.
En realidad mis dos grandes referentes fueron mi madre y mi hermana mayor. Pero decir solo eso es quedarse taaan corta. No sería ni de lejos quien soy si no hubiera tenido cientos de otras "ancestras y maestras". Y "ancestrxs y maestrxs" así en general. Tantos libros en mi infancia y primera juventud. ¿Sería la misma sin Ursula K. Le Guin? ¿Lo sería sin todos los libros en los que lxs protagonistas eran animales libres? ¿O solo los libros feministas pueden hacernos feministas? Luego mis amistades, siempre personas que no encajaban en sus mandatos de género (¿acaso alguien lo hace?). O algunxs de mis profesorxs, especialmente profesoras.
Luego llegó internet, y los blogs, y los foros. Y yo dejé de leer libros, porque había tanto para leer en internet, que me faltaba tiempo para devorarlo. Y más tarde el sinver. El sinver lo cambió todo. Aunque no fue la institución en sí, sino las personas que encontré. Y los debates, tanto los preparados como los espontáneos. ¿Quien sería yo sin todas esas personas que me cambiaron? Podría intentar nombrarlas, pero sería imposible hacerlo sin dejarme a alguna.
Tendría que añadir también a tantas otras personas con las que me fui encontrando por otros caminos. Y más recientemente, a Píkara, y a Golfxs con principios, y a otras webs.
No son "las grandes feministas de la historia". En realidad, he leído muy pocos libros feministas, y muy pocos artículos escritos por "grandes feministas". Pero también esas grandes fueron (son) importantes, aunque "solo" sea porque cambiaron el mundo en el que vivo. Y porque mis fuentes han bebido de otras fuentes antes. "Trabajamos en red". Cada nudo importa.
PD. El corrector de blogger quiere cambiarme "ancestras" por "ancestros"...
viernes, 7 de febrero de 2014
Dinamita
Cada vez que M. mira a un chico guapo, me da envidia. Porque es capaz de ver solo a un chico guapo. Sin toda la mierda que me viene a la cabeza cada vez que hago lo mismo, todos los prejuicios, todas las defensas adquiridas. Ve a un chico guapo y nisiquiera necesita ver que es buena persona, o especialmente tolerante, ya no digamos que sea consciente de sus privilegios.
Y me acuerdo de ese chico de clase. Guapo, con barba, simpático, un encanto... Pero que no veía el machismo de los anuncios machistas. Decía que "solo reflejan la realidad". Y luego apoyaba a un mal profesor, que también soltaba sus comentarios machistas de vez en cuando, sencillamente porque no suspendía demasiado. Aunque pusiera las notas en base a sus prejuicios, qué más da. Supongo que cuando esos prejuicios te benefician, puedes decidir que "no es para tanto".
"No es para tanto". Siempre esa gran frase. No es para tanto que abusen de una menor (concretamente, de una niña de 7 años) si solo es una vez, porque "no le quedará tanto trauma". Lo leo hoy en un comentario en eldiario.es y no puedo salir de mi asombro.
El careto de Woody Allen y esa inquietante pregunta (¿cuál es tu película favorita de Woody Allen?) llevan persiguiéndome tres días. El tiempo que ha pasado desde que leí la entrada de Erika en elcaminorubi. Y luego el artículo de Beatriz Gimeno en eldiario.es. De éste, ni me atreví a mirar los comentarios. Y ya que estaba, me puse a leer la carta original de Dylan Farrow.
Me he estado acordando mucho de cuando mi madre nos pidió que no fuéramos a ver películas suyas. Y no le hicimos caso. ¿Quién le ha hecho nunca caso? Solo es una mujer sin carrera universitaria y sin trabajo remunerado. Poco más que un cero a la izquierda. Una histérica... "Las histéricas se apoyan entre sí".
He estado pensando muchas cosas. Igual que Erika, me doy cuenta de que yo especialmente no puedo dejarme llevar por la inercia de creer al tío rico blanco famoso cisgénero hetero solo porque es un tío rico blanco etc etc. ¿Cómo yo, que sé lo que duele el silencio y el miedo y el miedo al silencio y el miedo a hablar y al miedo a todo en general, cómo yo puedo no darle importancia?
Y ya había decidido que no escribiría sobre esto, pero la furia me supera. Furia contra todos los privilegios masculinos. Furia contra el silencio. Furia contra el dolor. Furia contra la ausencia de salidas. Furia contra esta mierda de asfixia con la que vivo. Sé que esto no arregla nada, pero es que no hay nada que arregle nada.
Así que vuelvo a ver a ese niño que no sabe lo que hace. Realmente no sabe lo que hace. Solo juega a dominar. Solo se aprovecha del poder que tiene porque lo tiene. Y nadie hace nada para impedírselo. Tenemos demasiado miedo. No sabemos que no tenemos ninguna obligación de hacerle caso. Nosotrxs tampoco sabemos. ¿Qué sabes a los cuatro años? ¿Te acuerdas de lo que sabías? ¿Te acuerdas de algo? Yo me acuerdo. Me acuerdo de la separación de mis padres, de las lágrimas de mi madre, de la angustia vital, de la tristeza. Me acuerdo del color gris. Me acuerdo de NO tener amigxs, solo esos tres, que eran de cursos superiores, porque ninguna persona de mi clase se atrevía a jugar conmigo. No se atrevían porque él lo había prohibido.
Muchas veces he rememorado esa época, obsesivamente, temiendo que se me escapara algún detalle, temiendo olvidar y ser incapaz de comprenderme nunca más. En mi cabeza están los dos hechos íntimamente ligados: la separación y el abuso. Se me han olvidados los nombres. Casi mejor así. No querría tener la oportunidad de buscar sobre mis pasos. No querría realmente saber qué fue de él, ni de ella.
¿Quién decide qué es "para tanto"? Yo digo que si afecta a tu vida, es que lo es. Si lo sientes así, es que lo es. Y me importa una mieda que para el resto no lo sea. Para mí fue "para tanto". El post de Erika me afectó porque me describía.
(Cada vez que lo leo me pongo a temblar. Me veo tumbada en ese suelo frío, en silencio mortal, con la mirada perdida. Me veo contándole a mi madre que dentro de mi cabeza tengo muchos amigos con los que hablo y a los que les cuento mis cosas. Me veo durante toda mi infancia sintiéndome muy muy culpable por mi atracción hacia el sexo. Me veo en uno de esos momentos con toda mi contradicción de placer-rechazo-miedo-ascodemimisma. Me veo preguntándome de por vida qué está bien y qué está mal, qué es sano y qué no lo es, especialmente si tiene relación con el sexo. Me veo aun ahora siendo incapaz de desnudarme a menos que me den mucha mucha confianza. Me veo teniendo fantasías BDSM muy muy bestias desde mucho mucho antes de conocer la existencia del BDSM. Y de mi relación con la muerte, ya si eso, otro día.)
Me he acordado de muchas cosas en estos tres días. Como de ese profesor que prefirió mirar hacia otra parte cuando fui a explicárselo (después de armarme de valor durante muchos muchos días). Cuántos años me costó entender que solo era un hombre cobarde que no quería complicarse la existencia, que no era que no me hubiera oído, ni que no se lo hubiera explicado bien, sino que sencillamente no se quiso dar por enterado, preferió quedarse con su "no es para tanto" particular, prefirió todas las excusas antes que mi verdad.
O como de su hermano, él sí bastante mayor (para mí solo eso, "un chico mayor"), que prefirío reñirme a mí una vez que vio lo que sucedía. Le dijo que eso era cosa "de personas mayores", y me dijo a mí que no debería dejarle. Y yo callé, en vez de gritarle que yo no le había dejado hacer nada, que su hermano era un **** violador y que hiciera el favor él de compartarse como un hermano mayor y le enseñara a no hacer lo que hacía (obviamente no podría haber dicho nada de todo eso, ¿qué sabes a los 4 años?). Solo durante el último año he sido capaz de relacionar el episodio del hermano mayor con el concepto de "culpabilizar a la víctima" (aunque en inglés suena mejor... en inglés siempre suena mejor).
Durante estos tres días he visto repetidamente como se decía que "en este caso" bla bla bla. Esto no va de Woody Allen, ni siquiera de Dylan Farrow, ni siquera sobre mí, ni sobre mi historia. Esto va de los millones y millones de supervivientes atadxs a su silencio. Y de lo que sucede cuando se rompe ese silencio: todos los focos hacia la persona superviviente, aunque sea una cría de 7 años (¡7 años!). "No me digas a mí cómo evitar ser violada, dile a ellos que no violen". Deja de valorar mi experiencia como víctima o como superviviente, o como cuenta-cuentos (qué más da), y empieza a valorar cómo decirle a nuestrxs agresores que no lo sean y cómo vas a impedírselo la próxima vez.
Esto no va de meter a gente la cárcel, ni de cómo cambiar las leyes para endurecer las penas. Esto va de cómo damos apoyo a quien ha sufrido violencia. Esto va de dinamitar el silencio.
Y me acuerdo de ese chico de clase. Guapo, con barba, simpático, un encanto... Pero que no veía el machismo de los anuncios machistas. Decía que "solo reflejan la realidad". Y luego apoyaba a un mal profesor, que también soltaba sus comentarios machistas de vez en cuando, sencillamente porque no suspendía demasiado. Aunque pusiera las notas en base a sus prejuicios, qué más da. Supongo que cuando esos prejuicios te benefician, puedes decidir que "no es para tanto".
"No es para tanto". Siempre esa gran frase. No es para tanto que abusen de una menor (concretamente, de una niña de 7 años) si solo es una vez, porque "no le quedará tanto trauma". Lo leo hoy en un comentario en eldiario.es y no puedo salir de mi asombro.
El careto de Woody Allen y esa inquietante pregunta (¿cuál es tu película favorita de Woody Allen?) llevan persiguiéndome tres días. El tiempo que ha pasado desde que leí la entrada de Erika en elcaminorubi. Y luego el artículo de Beatriz Gimeno en eldiario.es. De éste, ni me atreví a mirar los comentarios. Y ya que estaba, me puse a leer la carta original de Dylan Farrow.
Me he estado acordando mucho de cuando mi madre nos pidió que no fuéramos a ver películas suyas. Y no le hicimos caso. ¿Quién le ha hecho nunca caso? Solo es una mujer sin carrera universitaria y sin trabajo remunerado. Poco más que un cero a la izquierda. Una histérica... "Las histéricas se apoyan entre sí".
He estado pensando muchas cosas. Igual que Erika, me doy cuenta de que yo especialmente no puedo dejarme llevar por la inercia de creer al tío rico blanco famoso cisgénero hetero solo porque es un tío rico blanco etc etc. ¿Cómo yo, que sé lo que duele el silencio y el miedo y el miedo al silencio y el miedo a hablar y al miedo a todo en general, cómo yo puedo no darle importancia?
Y ya había decidido que no escribiría sobre esto, pero la furia me supera. Furia contra todos los privilegios masculinos. Furia contra el silencio. Furia contra el dolor. Furia contra la ausencia de salidas. Furia contra esta mierda de asfixia con la que vivo. Sé que esto no arregla nada, pero es que no hay nada que arregle nada.
Así que vuelvo a ver a ese niño que no sabe lo que hace. Realmente no sabe lo que hace. Solo juega a dominar. Solo se aprovecha del poder que tiene porque lo tiene. Y nadie hace nada para impedírselo. Tenemos demasiado miedo. No sabemos que no tenemos ninguna obligación de hacerle caso. Nosotrxs tampoco sabemos. ¿Qué sabes a los cuatro años? ¿Te acuerdas de lo que sabías? ¿Te acuerdas de algo? Yo me acuerdo. Me acuerdo de la separación de mis padres, de las lágrimas de mi madre, de la angustia vital, de la tristeza. Me acuerdo del color gris. Me acuerdo de NO tener amigxs, solo esos tres, que eran de cursos superiores, porque ninguna persona de mi clase se atrevía a jugar conmigo. No se atrevían porque él lo había prohibido.
Muchas veces he rememorado esa época, obsesivamente, temiendo que se me escapara algún detalle, temiendo olvidar y ser incapaz de comprenderme nunca más. En mi cabeza están los dos hechos íntimamente ligados: la separación y el abuso. Se me han olvidados los nombres. Casi mejor así. No querría tener la oportunidad de buscar sobre mis pasos. No querría realmente saber qué fue de él, ni de ella.
¿Quién decide qué es "para tanto"? Yo digo que si afecta a tu vida, es que lo es. Si lo sientes así, es que lo es. Y me importa una mieda que para el resto no lo sea. Para mí fue "para tanto". El post de Erika me afectó porque me describía.
Porque sí, vivir abusos siendo una cría te enseña a:
- abandonar tu cuerpo sabiendo que es la única manera de no sufrir
- mentir patológicamente para crear un mundo de fantasía donde puedas explicar la mierda que vives
- desarrollar una sexualidad corrosiva
- atentar contra ti por creer ser la causa de lo ocurrido
- tejer dolor-placer-vergüenza en una misma trama
- caminar por la vida con la sensación de estar sucia todo el tiempo
- creer que hay algo malvado en ti
- pensar que mereces un castigo por todo lo que has provocado
- ocultar tu cuerpo porque él es el culpable de tu Infierno Particular
- vivir atada a fantasías sexuales en las que el abuso se repite
- morir, a querer morir y buscar la manera de conseguirlo
(Cada vez que lo leo me pongo a temblar. Me veo tumbada en ese suelo frío, en silencio mortal, con la mirada perdida. Me veo contándole a mi madre que dentro de mi cabeza tengo muchos amigos con los que hablo y a los que les cuento mis cosas. Me veo durante toda mi infancia sintiéndome muy muy culpable por mi atracción hacia el sexo. Me veo en uno de esos momentos con toda mi contradicción de placer-rechazo-miedo-ascodemimisma. Me veo preguntándome de por vida qué está bien y qué está mal, qué es sano y qué no lo es, especialmente si tiene relación con el sexo. Me veo aun ahora siendo incapaz de desnudarme a menos que me den mucha mucha confianza. Me veo teniendo fantasías BDSM muy muy bestias desde mucho mucho antes de conocer la existencia del BDSM. Y de mi relación con la muerte, ya si eso, otro día.)
Me he acordado de muchas cosas en estos tres días. Como de ese profesor que prefirió mirar hacia otra parte cuando fui a explicárselo (después de armarme de valor durante muchos muchos días). Cuántos años me costó entender que solo era un hombre cobarde que no quería complicarse la existencia, que no era que no me hubiera oído, ni que no se lo hubiera explicado bien, sino que sencillamente no se quiso dar por enterado, preferió quedarse con su "no es para tanto" particular, prefirió todas las excusas antes que mi verdad.
O como de su hermano, él sí bastante mayor (para mí solo eso, "un chico mayor"), que prefirío reñirme a mí una vez que vio lo que sucedía. Le dijo que eso era cosa "de personas mayores", y me dijo a mí que no debería dejarle. Y yo callé, en vez de gritarle que yo no le había dejado hacer nada, que su hermano era un **** violador y que hiciera el favor él de compartarse como un hermano mayor y le enseñara a no hacer lo que hacía (obviamente no podría haber dicho nada de todo eso, ¿qué sabes a los 4 años?). Solo durante el último año he sido capaz de relacionar el episodio del hermano mayor con el concepto de "culpabilizar a la víctima" (aunque en inglés suena mejor... en inglés siempre suena mejor).
Durante estos tres días he visto repetidamente como se decía que "en este caso" bla bla bla. Esto no va de Woody Allen, ni siquiera de Dylan Farrow, ni siquera sobre mí, ni sobre mi historia. Esto va de los millones y millones de supervivientes atadxs a su silencio. Y de lo que sucede cuando se rompe ese silencio: todos los focos hacia la persona superviviente, aunque sea una cría de 7 años (¡7 años!). "No me digas a mí cómo evitar ser violada, dile a ellos que no violen". Deja de valorar mi experiencia como víctima o como superviviente, o como cuenta-cuentos (qué más da), y empieza a valorar cómo decirle a nuestrxs agresores que no lo sean y cómo vas a impedírselo la próxima vez.
Esto no va de meter a gente la cárcel, ni de cómo cambiar las leyes para endurecer las penas. Esto va de cómo damos apoyo a quien ha sufrido violencia. Esto va de dinamitar el silencio.
lunes, 27 de enero de 2014
Actos premeditados
Hace tiempo escribí sobre el libro "Calibán y la Bruja". Hablaba de las tierras comunales y cómo se habían privatizado y cómo esa privatización había perjudicado a las comunidades y muy especialmente a las mujeres de esas comunidades. Aquí un artículo sobre cómo sucede esto: "Así ha expulsado una empresa española a 600 personas de sus tierras en Guinea Bissau" (de eldiario.es).
También hablaba de cómo atacando a las mujeres se ataca a las comunidades. Y de la relación entre machismo y racismo y de cómo suceden por lo mismo y persiguen los mismos objetivos: dividir y debilitar a la población. Aquí otro artículo que lo refleja: "Las exiliadas del ‘femigenocidio’" (de Píkara Magazine). Un breve fragmento:
Lo que tiene Calibán y la Bruja es que cambia la perspectiva y permite ver cosas como éstas de otra manera, con más contexto, como parte de un proceso algo más complejo que meros casos aislados que se van repitiendo.
También hablaba de cómo atacando a las mujeres se ataca a las comunidades. Y de la relación entre machismo y racismo y de cómo suceden por lo mismo y persiguen los mismos objetivos: dividir y debilitar a la población. Aquí otro artículo que lo refleja: "Las exiliadas del ‘femigenocidio’" (de Píkara Magazine). Un breve fragmento:
"Para ejecutar dicha campaña, las mujeres fueron nombradas el enemigo interno y el blanco de todo tipo de violaciones, bajo la idea de si quieres acabar con un sector de la población, acaba con sus mujeres y acabarás con todo. Actos premeditados y misóginos fruto de una política de Estado que utilizó el cuerpo de las mujeres como campo de batalla y que acabó con la vida de más de cien mil."
Lo que tiene Calibán y la Bruja es que cambia la perspectiva y permite ver cosas como éstas de otra manera, con más contexto, como parte de un proceso algo más complejo que meros casos aislados que se van repitiendo.
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lunes, 30 de diciembre de 2013
Conversaciones
Apenas verme me dicen encantados que tienen que enseñarme lo que dice una auténtica hembrista. De tan emocionados, se tropiezan mientras me lo cuentan. Y de repente se iluminan y me preguntan "¿tú crees que existen hembristas?". Sé que no sacaremos nada de bueno de esta conversación. Que solo es una trampa. Que me piden mi opinión solo para mostrarse en desacuerdo y tratar de demostrarme que tienen la razón. La razón. Gustosa se la daría para que me dejaran tranquila.
Les respondo que no tranquilamente y con una sonrisa, mientras empiezo a notar la punzada en el pecho. Punzada de derrota. Por supuesto, no les gusta lo que digo. Se escanzalizan. A pesar de que ni siquiera es la primera vez que les cuento que no creo en el hembrismo. Les digo, como otras veces, que probablemente a sus ojos yo sea una hembrista o una feminazi.
Sé que después de esta discusión seguirán pensando sobre el tema. Sé que quizás, solo quizás, se replanteen mínimamente el orden social en el mundo, o sus propios privilegios. Sé también que incluso si sucede, no será ahora, no será mientras discutimos. Sé que a mi no me va a tocar ninguna satisfacción en este espacio de tiempo, que solo van a tratar de desmontarme, pidiéndome que me exponga, que exponga mis ideas, mi manera de pensar, para luego intentar ridiculizarme. Sé que no podré mostrar debilidad, porque si lo hago, todo habrá sido en vano, todos mis argumentos serán rechazados sin ni siquiera ser escuchados. Y sé que me va a costar, porque estoy rota ya de entrada, y fingir entereza cuando una está rota no es nada fácil. La noche anterior, en una de estas, me costó horrores no ponerme a llorar a moco tendido, ni salir corriendo hacia mi cama para quedarme acurrucada y olvidar que existe el mundo.
Luego siempre me pregunto para qué. Para qué intentar discutir nada. Para qué tanto esfuerzo, si nunca va a parar a nada. Y qué incluso si consiguiera que cambiaran su punto de vista. Y qué.
Qué posición tan cómoda esperar a que hagan todo el trabajo por ti. Y luego rechazarlo con desprecio. O asumir una parte, pero sin cambiar realmente los propios esquemas mentales.
Después de toda la discusión, aun me pidieron que mostrara empatía hacia un hombre, casi seguro cisgénero, probablemente blanco y heterosexual, y con el resto de todos los privilegios posibles. Empatía mientras él defendía que "hijo de puta" no es un insulto particularmente machista. A quien me lo pedía debía parecerle que su petición era de lo más feminista. Nosotras tenemos que ser empáticas, incluso con quien muestra un machismo alucinante, solo porque, pobrecitos, han crecido en la ignorancia. No como nosotras, que debimos iluminarnos por gracia divina. No me dio tiempo a preguntarle si a él también le había dicho que tenía que ser empático con las mujeres en general y con las feminazis en particular.
(Solo que en realidad sí que sirve. Gracias a conversaciones como ésta, tan aparentemente inútiles, cuando a su alrededor les surgieron amistades LGTB supieron darles apoyo, incluso pudieron recomendarles dónde buscar ayuda si la necesitaban o cómo conocer a otras personas LGTB.)
Les respondo que no tranquilamente y con una sonrisa, mientras empiezo a notar la punzada en el pecho. Punzada de derrota. Por supuesto, no les gusta lo que digo. Se escanzalizan. A pesar de que ni siquiera es la primera vez que les cuento que no creo en el hembrismo. Les digo, como otras veces, que probablemente a sus ojos yo sea una hembrista o una feminazi.
Sé que después de esta discusión seguirán pensando sobre el tema. Sé que quizás, solo quizás, se replanteen mínimamente el orden social en el mundo, o sus propios privilegios. Sé también que incluso si sucede, no será ahora, no será mientras discutimos. Sé que a mi no me va a tocar ninguna satisfacción en este espacio de tiempo, que solo van a tratar de desmontarme, pidiéndome que me exponga, que exponga mis ideas, mi manera de pensar, para luego intentar ridiculizarme. Sé que no podré mostrar debilidad, porque si lo hago, todo habrá sido en vano, todos mis argumentos serán rechazados sin ni siquiera ser escuchados. Y sé que me va a costar, porque estoy rota ya de entrada, y fingir entereza cuando una está rota no es nada fácil. La noche anterior, en una de estas, me costó horrores no ponerme a llorar a moco tendido, ni salir corriendo hacia mi cama para quedarme acurrucada y olvidar que existe el mundo.
Luego siempre me pregunto para qué. Para qué intentar discutir nada. Para qué tanto esfuerzo, si nunca va a parar a nada. Y qué incluso si consiguiera que cambiaran su punto de vista. Y qué.
Qué posición tan cómoda esperar a que hagan todo el trabajo por ti. Y luego rechazarlo con desprecio. O asumir una parte, pero sin cambiar realmente los propios esquemas mentales.
Después de toda la discusión, aun me pidieron que mostrara empatía hacia un hombre, casi seguro cisgénero, probablemente blanco y heterosexual, y con el resto de todos los privilegios posibles. Empatía mientras él defendía que "hijo de puta" no es un insulto particularmente machista. A quien me lo pedía debía parecerle que su petición era de lo más feminista. Nosotras tenemos que ser empáticas, incluso con quien muestra un machismo alucinante, solo porque, pobrecitos, han crecido en la ignorancia. No como nosotras, que debimos iluminarnos por gracia divina. No me dio tiempo a preguntarle si a él también le había dicho que tenía que ser empático con las mujeres en general y con las feminazis en particular.
(Solo que en realidad sí que sirve. Gracias a conversaciones como ésta, tan aparentemente inútiles, cuando a su alrededor les surgieron amistades LGTB supieron darles apoyo, incluso pudieron recomendarles dónde buscar ayuda si la necesitaban o cómo conocer a otras personas LGTB.)
sábado, 28 de diciembre de 2013
Sobre abortar
En Pikara han hecho un recopilatorio de experiencias de mujeres que han abortado y no se consideran pobres víctimas que se pasaran el resto de sus vidas con remordimientos. Recuerdo que durante años esa fue la única imagen del aborto que me llegó. Los remordimientos eternos. Una decisión tomada por las circunstancias y totalmente errónea, porque luego una no podía olvidarlo.
Durante mucho tiempo, incluso cuando ya tenía cierta conciencia feminista, el aborto era uno de los temas que me incomodaban. No quería considerarlo un tema principal porque no tenía las ideas claras al respecto. No quería ir a manifestaciones que trataran sobre el aborto. No quería gritar eso de "derecho al propio cuerpo". Me perdía en el tema de en qué momento un ser se convierte en ser humano.
También, durante mucho tiempo, no tenía ni idea de cuales eran mis derechos en esta materia (ni en tantas otras, en realidad). Como la primera vez que me dio miedo estar embarazada. Ese momento de terror es difícil de olvidar. De repente, la pregunta de ¿qué haría si estuviera embarazada? ya no era un pura cuestión intelectual, alejada de la realidad. De repente no había nada más real. Y junto a ella, llegó instantáneamente la otra gran pregunta, ¿puedo abortar? Para a continuación darme cuenta de que no solo no sabía la respuesta, es que tampoco tenía ni idea de dónde encontrarla.
Pasado el primer momento de pánico, y pasados varios días dándole vueltas al asunto y hablándolo únicamente una persona (mi pareja de ese momento), decidí que no quería abortar. En caso de estar embarazada, seguiría adelante, pediría ayuda a quien tuviera que pedírsela, y a él le daría tanto la opción de estar a mi lado en el proceso como de no estarlo. Aunque seguía deseando profundamente que fuera que no.
Fue la primera vez que compré un test de embarazo. Recuerdo que fui a comprarlo yo sola, pensando en que era mejor ir a una farmacia a la que no fuera a menudo. La farmacéutica me miró con cara de preocupación, supongo que mi expresión al pedírselo mostraba el miedo atroz que me generaba la situación. No fue la última vez que compré un test de embarazo.... La siguiente fui bastante más hábil y lo pedí como quien pide una caja de paracetamol, como un gesto común y carente de significado especial. Con el tiempo una aprende que no mostrar las emociones permite vivir mucho más relajadamente.
Dio negativo. Todas las veces que me encontré en esa situación dio negativo.
Aprendí también a no dejarme convencer cuando a él le apetecía probar un rato sin condón porque le daba más gusto. Aprendí a cabrearme si era necesario. Una no debería necesitar cabrearse cuando está follando, pasándolo bien, y a otra persona le da por querer negociar algo que no es negociable y que estaba acordado antes de empezar. Es un abuso. También aprendí a darme cuenta de ello.
Alicia Murillo dice que quien no puede embarazarse no debería opinar sobre el aborto. Yo soy menos absolutista en estos temas, a mí que la gente opine no me parece mal. Pero no deberían poder decidir. Que opinen lo que les dé la gana, pero que no decidan sobre MI cuerpo, MI vida. Menos aun si no han pasado por la experiencia de tener que preguntarte si estás embarazada cuando no quieres estarlo.
Si ahora me quedara embarazada, abortaría. Seguro. Porque ahora tengo claro que no quiero pasar por el proceso de un embarazo. No quiero parir. Si alguna vez tengo hijxs, no será así. Y también tengo claro que abortar, si es voluntario, no tiene nada de malo. Y desde luego, no me convertiría en una víctima, ni tengo ninguna intención de traumatizarme de por vida.
"And if you don’t like abortion
Don’t have an abortion
And teach your children
How they can avoid them
But don’t treat all women
Like they are your children"
Durante mucho tiempo, incluso cuando ya tenía cierta conciencia feminista, el aborto era uno de los temas que me incomodaban. No quería considerarlo un tema principal porque no tenía las ideas claras al respecto. No quería ir a manifestaciones que trataran sobre el aborto. No quería gritar eso de "derecho al propio cuerpo". Me perdía en el tema de en qué momento un ser se convierte en ser humano.
También, durante mucho tiempo, no tenía ni idea de cuales eran mis derechos en esta materia (ni en tantas otras, en realidad). Como la primera vez que me dio miedo estar embarazada. Ese momento de terror es difícil de olvidar. De repente, la pregunta de ¿qué haría si estuviera embarazada? ya no era un pura cuestión intelectual, alejada de la realidad. De repente no había nada más real. Y junto a ella, llegó instantáneamente la otra gran pregunta, ¿puedo abortar? Para a continuación darme cuenta de que no solo no sabía la respuesta, es que tampoco tenía ni idea de dónde encontrarla.
Pasado el primer momento de pánico, y pasados varios días dándole vueltas al asunto y hablándolo únicamente una persona (mi pareja de ese momento), decidí que no quería abortar. En caso de estar embarazada, seguiría adelante, pediría ayuda a quien tuviera que pedírsela, y a él le daría tanto la opción de estar a mi lado en el proceso como de no estarlo. Aunque seguía deseando profundamente que fuera que no.
Fue la primera vez que compré un test de embarazo. Recuerdo que fui a comprarlo yo sola, pensando en que era mejor ir a una farmacia a la que no fuera a menudo. La farmacéutica me miró con cara de preocupación, supongo que mi expresión al pedírselo mostraba el miedo atroz que me generaba la situación. No fue la última vez que compré un test de embarazo.... La siguiente fui bastante más hábil y lo pedí como quien pide una caja de paracetamol, como un gesto común y carente de significado especial. Con el tiempo una aprende que no mostrar las emociones permite vivir mucho más relajadamente.
Dio negativo. Todas las veces que me encontré en esa situación dio negativo.
Aprendí también a no dejarme convencer cuando a él le apetecía probar un rato sin condón porque le daba más gusto. Aprendí a cabrearme si era necesario. Una no debería necesitar cabrearse cuando está follando, pasándolo bien, y a otra persona le da por querer negociar algo que no es negociable y que estaba acordado antes de empezar. Es un abuso. También aprendí a darme cuenta de ello.
Alicia Murillo dice que quien no puede embarazarse no debería opinar sobre el aborto. Yo soy menos absolutista en estos temas, a mí que la gente opine no me parece mal. Pero no deberían poder decidir. Que opinen lo que les dé la gana, pero que no decidan sobre MI cuerpo, MI vida. Menos aun si no han pasado por la experiencia de tener que preguntarte si estás embarazada cuando no quieres estarlo.
Si ahora me quedara embarazada, abortaría. Seguro. Porque ahora tengo claro que no quiero pasar por el proceso de un embarazo. No quiero parir. Si alguna vez tengo hijxs, no será así. Y también tengo claro que abortar, si es voluntario, no tiene nada de malo. Y desde luego, no me convertiría en una víctima, ni tengo ninguna intención de traumatizarme de por vida.
"And if you don’t like abortion
Don’t have an abortion
And teach your children
How they can avoid them
But don’t treat all women
Like they are your children"
lunes, 23 de diciembre de 2013
Más vueltas sobre el amor romántico
De nuevo ando replanteándome todo el tema de las relaciones afectivas, el amor, la vida, las prioridades, los objetivos vitales, el tiempo del que disponemos, el tiempo que realmente usamos... Y las estructuras, claro. Las estructuras en todos los puntos anteriores. En esas estoy y encuentro que
RomaAlRevésEsPolítica ha vuelto a escribir algunas de sus reflexiones sobre la anarquía relacional (planeamiento en la línea del poliamor, pero con algunas diferencias conceptuales). La idea teórica que supone la anarquía relacional me tiene enamorada, aunque como suele pasarme, no tengo ni idea de cómo pasar de la teoría a la práctica.
También me he encontrado con que Nuria Varela ha estado escribiendo sobre el amor romántico y las relacions de pareja convencionales y recopilando algunas de las ideas con las que distintas feministas intentan desmontar sus mitos. Concretamente aquí, aquí y aquí. El tema de los mitos, por alguna razón irracional, creía que lo tenía asumido y "superado". Como quien ya se ha aprendido la lección. Pero no. No basta con saberlo, hay que seguir recordándolo, y aun así, una vuelve a pegarse las hostias de antaño. Aunque tener herramientas siempre ayuda a gestionarlo un poco mejor...
Y es que de eso es de lo que van todas las reflexiones sobre el amor y sobre las relaciones, de aprender a gestionar mejor. Nunca se trata de dejar de sentir, así que nunca se trata de erradicar todo sufrimiento. No pasamos a ser robots. Solo tenemos algunas herramientas más y tratamos de pensar qué es lo que queremos en nuestras vidas. Y a continuación seguimos dando palos de ciego, que es de lo que va la vida.
También me he encontrado con que Nuria Varela ha estado escribiendo sobre el amor romántico y las relacions de pareja convencionales y recopilando algunas de las ideas con las que distintas feministas intentan desmontar sus mitos. Concretamente aquí, aquí y aquí. El tema de los mitos, por alguna razón irracional, creía que lo tenía asumido y "superado". Como quien ya se ha aprendido la lección. Pero no. No basta con saberlo, hay que seguir recordándolo, y aun así, una vuelve a pegarse las hostias de antaño. Aunque tener herramientas siempre ayuda a gestionarlo un poco mejor...
Y es que de eso es de lo que van todas las reflexiones sobre el amor y sobre las relaciones, de aprender a gestionar mejor. Nunca se trata de dejar de sentir, así que nunca se trata de erradicar todo sufrimiento. No pasamos a ser robots. Solo tenemos algunas herramientas más y tratamos de pensar qué es lo que queremos en nuestras vidas. Y a continuación seguimos dando palos de ciego, que es de lo que va la vida.
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martes, 26 de noviembre de 2013
Violencia intragénero
Fui a una charla sobre violencia intragénero. O dicho de otra manera, el maltrato continuado dentro de una pareja formada por personas del mismo sexo o género. Muy interesante. Nuestra ponente quería transmitirnos lo que aprendió en las Jornadas de políticas lésbicas de la FELGTB sobre este tema (el enlace me parece muy muy recomendable y la web general de violencia intragénero también).
Anteriormente escribí sobre violencia entre mujeres aquí y aquí. Con la primera entrada, creo que no estoy muy de acuerdo conmigo misma (o que habría que añadir unos cuantos matices), y en la segunda, creo que falta añadir cosas.
De la charla, uno de los puntos que me gustaron fue que comentó que siempre hay otras puntos de diferencia en las relaciones de poder. Porque el género/sexo es un factor, pero una persona también está formada por otras características: raza, posición económica, posición social, apoyo familiar, nivel de estudios, etc. Todos estos factores tienen ligados también unos privilegios y unas relaciones de poder que también hay que tener en cuenta y que también pueden situar a uno de los miembros de una pareja en una posición más vulnerable que el otro.
Me gustó también que diferenciara claramente entre relaciones tóxicas y relaciones de maltrato. Las primeras son bidireccionales, es decir, perjudican a las dos personas (o más, supongo, aunque sobre este punto debería pensar un poco más), y aunque pueden ser muy perjudiciales, son algo distinto y que debe ser tratado de otra manera que las relaciones de maltrato. En estas últimas una de las personas tiene una posición de poder sobre la otra y la usa para perjudicar a la otra, y no de manera puntual, sino a lo largo del tiempo.
Más, me pareció muy importante también el tema de que las personas LGTB nos movemos en espacios reducidos. Aquello de que "el mundo es un pañuelo", pero mucho más extremo. En las relaciones de maltrato heterosexual, a lavíctima superviviente se le recomienda que evite los lugares que frecuenta su maltratador. Esto, en una relación entre personas del mismo sexo o género, es mucho más complicado, porque apenas hay alternativas o no existen en absoluto. En el caso de que ambas personas se muevan en ambientes activistas, es aun peor.
Esto último tiene algún matiz importante que también nos apuntó. Como el tema de que si la asociación LGTB que intenta hacer algo para tratar la violencia intragénero atendiendo a lxs supervivientes es la misma donde suele moverse la persona maltratadora, esto pone en una situación muy complicada a la persona que sufre maltrato...
Hay más cosas interesantes, como cuando estuvo hablando sobre cómo actuar cuando alguien te cuenta que tiene la sospecha de estar sufriendo maltrato, que lo más importante es no cuestionar o negar lo que te están contando así de primeras (que es un impulso bastante común, por desgracia). Y otras muchas cosas sobre las particularidades de este tipo de violencia. Pero de todo esto no creo que sea capaz de escribir lo bastante bien y creo que es mejor buscar otros recursos directamente.
Sobre el maltrato en relaciones hetero, me gustaron mucho los vídeos de "no solo duelen los golpes". Creo que verlos ayuda a entender qué es el maltrato, no como idea teórica sino como algo real, que todxs podemos llegar a sufrir en algún momento. Y es que sigo pensando que romper con la idea propia de "esto a mí no me puede pasar" es lo más importante. Cuanto más lo pienso, más tengo la sensación de que es muy difícil que una persona no esté nunca en una relación abusiva en algún grado.
Al final de la charla nos pidió que levantáramos la mano todas las personas que conocíamos alguna relación con violencia intragénero. Se me pasaron varias por la cabeza. No sé si todo el mundo levantó la mano, pero estoy bastante convencida de que todo el mundo debería haberlo hecho... Y quizá esta es la conclusión principal, que es un tema que no podemos seguir dejando de lado.
Después de la charla me estuve planteando si conozco alguna relación afectivo-sexual (entre dos o más personas) que considere realmente sana... No estoy muy segura de conocer ninguna ahora mismo (es difícil valorarlo, puesto que tampoco conozco las interioridades de las relaciones). Tampoco sé cómo sería una hipotética relación ideal. Sigo dándole muchas vueltas al tema del amor romántico y demás.
Anteriormente escribí sobre violencia entre mujeres aquí y aquí. Con la primera entrada, creo que no estoy muy de acuerdo conmigo misma (o que habría que añadir unos cuantos matices), y en la segunda, creo que falta añadir cosas.
De la charla, uno de los puntos que me gustaron fue que comentó que siempre hay otras puntos de diferencia en las relaciones de poder. Porque el género/sexo es un factor, pero una persona también está formada por otras características: raza, posición económica, posición social, apoyo familiar, nivel de estudios, etc. Todos estos factores tienen ligados también unos privilegios y unas relaciones de poder que también hay que tener en cuenta y que también pueden situar a uno de los miembros de una pareja en una posición más vulnerable que el otro.
Me gustó también que diferenciara claramente entre relaciones tóxicas y relaciones de maltrato. Las primeras son bidireccionales, es decir, perjudican a las dos personas (o más, supongo, aunque sobre este punto debería pensar un poco más), y aunque pueden ser muy perjudiciales, son algo distinto y que debe ser tratado de otra manera que las relaciones de maltrato. En estas últimas una de las personas tiene una posición de poder sobre la otra y la usa para perjudicar a la otra, y no de manera puntual, sino a lo largo del tiempo.
Más, me pareció muy importante también el tema de que las personas LGTB nos movemos en espacios reducidos. Aquello de que "el mundo es un pañuelo", pero mucho más extremo. En las relaciones de maltrato heterosexual, a la
Esto último tiene algún matiz importante que también nos apuntó. Como el tema de que si la asociación LGTB que intenta hacer algo para tratar la violencia intragénero atendiendo a lxs supervivientes es la misma donde suele moverse la persona maltratadora, esto pone en una situación muy complicada a la persona que sufre maltrato...
Hay más cosas interesantes, como cuando estuvo hablando sobre cómo actuar cuando alguien te cuenta que tiene la sospecha de estar sufriendo maltrato, que lo más importante es no cuestionar o negar lo que te están contando así de primeras (que es un impulso bastante común, por desgracia). Y otras muchas cosas sobre las particularidades de este tipo de violencia. Pero de todo esto no creo que sea capaz de escribir lo bastante bien y creo que es mejor buscar otros recursos directamente.
Sobre el maltrato en relaciones hetero, me gustaron mucho los vídeos de "no solo duelen los golpes". Creo que verlos ayuda a entender qué es el maltrato, no como idea teórica sino como algo real, que todxs podemos llegar a sufrir en algún momento. Y es que sigo pensando que romper con la idea propia de "esto a mí no me puede pasar" es lo más importante. Cuanto más lo pienso, más tengo la sensación de que es muy difícil que una persona no esté nunca en una relación abusiva en algún grado.
Al final de la charla nos pidió que levantáramos la mano todas las personas que conocíamos alguna relación con violencia intragénero. Se me pasaron varias por la cabeza. No sé si todo el mundo levantó la mano, pero estoy bastante convencida de que todo el mundo debería haberlo hecho... Y quizá esta es la conclusión principal, que es un tema que no podemos seguir dejando de lado.
Después de la charla me estuve planteando si conozco alguna relación afectivo-sexual (entre dos o más personas) que considere realmente sana... No estoy muy segura de conocer ninguna ahora mismo (es difícil valorarlo, puesto que tampoco conozco las interioridades de las relaciones). Tampoco sé cómo sería una hipotética relación ideal. Sigo dándole muchas vueltas al tema del amor romántico y demás.
miércoles, 13 de noviembre de 2013
Pecados
L. dice que el que me haya hecho un facebook es uno de mis pecados biopolíticos. Pecado biopolítico es un concepto que se ha puesto de moda y corre como la pólvora entre lxs feministas. No me lo había planteado así, pero supongo que tiene razón. Últimamente cometo muchos pecados de esos. Últimamente me sucede demasiado que decido sobrevivir, y para ello renuncio a lo que tenga que renunciar, ideales incluidos. Renunciar a unos ideales para cumplir con otros.
Pero mis mayores pecados biopolíticos siguen siendo económicos. Tanto pensar en ideales románticos y los temas económicos son los que me están dando una paliza. ¿Puede una feminista que se precie depender económicamente de un hombre? Supongo que debería ir a ocupar casas, montar huertos (urbanos o no) autogestionados, cooperativas de trabajo, etc. Debería montar esa comuna que siempre digo que quiero.
No podemos ser lo que deseamos. Podemos tratar de parecernos a ello. Pero no podemos ser seres irreales que están por encima del bien y del mal.
Pero mis mayores pecados biopolíticos siguen siendo económicos. Tanto pensar en ideales románticos y los temas económicos son los que me están dando una paliza. ¿Puede una feminista que se precie depender económicamente de un hombre? Supongo que debería ir a ocupar casas, montar huertos (urbanos o no) autogestionados, cooperativas de trabajo, etc. Debería montar esa comuna que siempre digo que quiero.
No podemos ser lo que deseamos. Podemos tratar de parecernos a ello. Pero no podemos ser seres irreales que están por encima del bien y del mal.
lunes, 21 de octubre de 2013
Vengo a llorar
Solía usar este blog para ordenarme las ideas. O para poner por escrito temas que me daban vueltas por la cabeza durante mucho tiempo. Pero ahora estoy en una de mis épocas de luchar contra fantasmas, actividad a la que dedico casi el 100% de mi tiempo.
Se me ha ocurrido, por ejemplo, venir a escribir lo lamentable que es que se dé la noticia de la reacción de las asociaciones de "víctimas del terrorismo" a la sentencia del tribunal de los Derechos Humanos de Estrasburgo sobre la "doctrina Parot" sin un mínimo de crítica o contexto. Que digan una barbaridad como "se están vulnerando los derechos humanos de las víctimas de terrorismo"* y no se comente de ninguna manera que decir eso es no tener ni idea de qué son los Derechos Humanos. Que se puede no estar de acuerdo con una sentencia o con una ley, pero no se puede pretender que la venganza es un Derecho Humano. Que no, que no lo es.
Se me ha ocurrido escribir sobre esto, pero el nudo que tengo en el pecho hace que solo me vea capaz de llorar. "Para qué insistir si ya está todo perdido". "A quien coño le importan los derechos humanos". "Tanto matiz, tanta polla, para qué, si luego caen por centenares de golpe, o por millones por omisión". Sé que no estoy de acuerdo conmigo misma, pero éste es mi estado anímico actual.
Así que he decidido venir a llorar.
Por ejemplo, por gráficos como el de este post. Qué asfixiante que es ver las proporciones de sentencias condenatorias respecto al total de violaciones tan gráficamente. Y falta añadir el subgrupo de violaciones en las que la víctima es consciente de que eso es lo que ha sufrido, porque son tantísimos los casos en que la víctima justifica a la persona agresora... He llegado a ese post a través de la mosca cojonera, como tantas veces, en este caso por su artículo sobre muertes por maltrato dentro de la pareja.
Quizá llorar no sea la mejor reacción. Quizá sea más útil romperlo todo. Pero las rupturas nunca se me han dado bien.
*No añado enlaces para no deprimirme más.
Se me ha ocurrido, por ejemplo, venir a escribir lo lamentable que es que se dé la noticia de la reacción de las asociaciones de "víctimas del terrorismo" a la sentencia del tribunal de los Derechos Humanos de Estrasburgo sobre la "doctrina Parot" sin un mínimo de crítica o contexto. Que digan una barbaridad como "se están vulnerando los derechos humanos de las víctimas de terrorismo"* y no se comente de ninguna manera que decir eso es no tener ni idea de qué son los Derechos Humanos. Que se puede no estar de acuerdo con una sentencia o con una ley, pero no se puede pretender que la venganza es un Derecho Humano. Que no, que no lo es.
Se me ha ocurrido escribir sobre esto, pero el nudo que tengo en el pecho hace que solo me vea capaz de llorar. "Para qué insistir si ya está todo perdido". "A quien coño le importan los derechos humanos". "Tanto matiz, tanta polla, para qué, si luego caen por centenares de golpe, o por millones por omisión". Sé que no estoy de acuerdo conmigo misma, pero éste es mi estado anímico actual.
Así que he decidido venir a llorar.
Por ejemplo, por gráficos como el de este post. Qué asfixiante que es ver las proporciones de sentencias condenatorias respecto al total de violaciones tan gráficamente. Y falta añadir el subgrupo de violaciones en las que la víctima es consciente de que eso es lo que ha sufrido, porque son tantísimos los casos en que la víctima justifica a la persona agresora... He llegado a ese post a través de la mosca cojonera, como tantas veces, en este caso por su artículo sobre muertes por maltrato dentro de la pareja.
Quizá llorar no sea la mejor reacción. Quizá sea más útil romperlo todo. Pero las rupturas nunca se me han dado bien.
*No añado enlaces para no deprimirme más.
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miércoles, 2 de octubre de 2013
De armarios y privilegios
No se me ocurriría juzgar a una lesbiana en el armario. Lo entendería como supervivencia. Podría decir que no lo haría porque sé lo que es la homofobia y la lesbofobia, sé lo agobiante que es no poder ir tranquilamente por la calle con una persona que te gusta. Pero lo entiendo mejor por todas las historias que me han contado. Historias en las que la mayoría de personas que las protagonizan consiguen ser razonablemente felices, pero solo después de superar muchos más obstáculos de los que deberían ser.
No sé me ocurriría juzgar a personas que están más o menos al mismo nivel de escala social que yo cuando tratan de sobrevivir como pueden. Mucho menos me creo con derecho a juzgar a personas sobre las que yo tengo un privilegio.
¿Con qué derecho podría juzgar yo a una lesbiana negra sudafricana que vive en el armario? ¿Con qué derecho podría juzgar a una persona transexual o transgénero en prácticamente cualquier lugar del mundo que vive en el armario?
Igual llega un día en que una mujer transgénero que vive como tal pueda acceder en las mismas condiciones que una mujer cisgénero al mercado laboral (ya no digo en las mismas condiciones que un hombre cisgénero, que sería lo suyo, que todas las personas estuvieran al mismo nivel). Igual algún día la muerte de una persona transgénero importa tanto como la muerte de una persona cisgénero. Igual algún día una mujer transgénero pueda circular por la calle sin correr el riesgo de ser agredida por el mero hecho de ser, o igual el riesgo de sufrir una agresión llega al mismo nivel que tenemos las mujeres cisgénero, que tampoco es el ideal pero es bastante más bajo.
Mientras no llega ese día, no creo que yo (con todos mis privilegios cisgénero) sea nadie para juzgar a una mujer transgénero que actúa socialmente como hombre. No seré yo quien juzgue que en realidad en realidad no es una mujer transgénero sino un machirulo infiltrado. Y mucho menos seré yo quien coloque su armario al mismo nivel que el abuso de algunos hombres cisgénero, blancos y heterosexuales dentro de círculos feministas.
Luego dirán que los hombres con privilegios de hombres no deben hablar en círculos feministas, sino callar y escuchar. Quizá sería bueno aplicarse el cuento y callar y escuchar en temas de transgenerismo y transexualidad.
Otro tema es que a nadie se le debería permitir poner en práctica abusos machistas. "A nadie" incluye también a las mujeres que actúan como machirulos (aunque no sea lo mismo, aunque no estén en el mismo nivel social que un hombre reconocido socialmente como tal).
No sé me ocurriría juzgar a personas que están más o menos al mismo nivel de escala social que yo cuando tratan de sobrevivir como pueden. Mucho menos me creo con derecho a juzgar a personas sobre las que yo tengo un privilegio.
¿Con qué derecho podría juzgar yo a una lesbiana negra sudafricana que vive en el armario? ¿Con qué derecho podría juzgar a una persona transexual o transgénero en prácticamente cualquier lugar del mundo que vive en el armario?
Igual llega un día en que una mujer transgénero que vive como tal pueda acceder en las mismas condiciones que una mujer cisgénero al mercado laboral (ya no digo en las mismas condiciones que un hombre cisgénero, que sería lo suyo, que todas las personas estuvieran al mismo nivel). Igual algún día la muerte de una persona transgénero importa tanto como la muerte de una persona cisgénero. Igual algún día una mujer transgénero pueda circular por la calle sin correr el riesgo de ser agredida por el mero hecho de ser, o igual el riesgo de sufrir una agresión llega al mismo nivel que tenemos las mujeres cisgénero, que tampoco es el ideal pero es bastante más bajo.
Mientras no llega ese día, no creo que yo (con todos mis privilegios cisgénero) sea nadie para juzgar a una mujer transgénero que actúa socialmente como hombre. No seré yo quien juzgue que en realidad en realidad no es una mujer transgénero sino un machirulo infiltrado. Y mucho menos seré yo quien coloque su armario al mismo nivel que el abuso de algunos hombres cisgénero, blancos y heterosexuales dentro de círculos feministas.
Luego dirán que los hombres con privilegios de hombres no deben hablar en círculos feministas, sino callar y escuchar. Quizá sería bueno aplicarse el cuento y callar y escuchar en temas de transgenerismo y transexualidad.
Otro tema es que a nadie se le debería permitir poner en práctica abusos machistas. "A nadie" incluye también a las mujeres que actúan como machirulos (aunque no sea lo mismo, aunque no estén en el mismo nivel social que un hombre reconocido socialmente como tal).
domingo, 8 de septiembre de 2013
Escuchar
Una de las cosas más importantes de aprender desde los movimientos de izquierdas es a escuchar. Incluyo aquí el feminismo como movimiento de izquierdas, igual que el ecologismo y tantos ismos más, porque como ya he escrito muchas veces, creo que todas ellas forman parte de un todo.
Hace unos meses vimos el caso de FEMEN y Amina, del que se escribió mucho. De todo lo que leí, me quedo con la crítica de Brigitte Vasallo, quizás porque fue la primera que leí un poco elaborada (aunque esto no significa que fuera la primera en escribir). Un caso clarísimo de lo que pasa cuando la gente con muy buena voluntad se deja llevar por los prejuicios y decide "ayudar" sin preguntar.
Estos últimos días, un nuevo ejemplo de feministas negras señalando el racismo que las feministas blancas han sido incapaces de ver. Y aun sale alguna diciendo que "no es para tanto". Siempre olvidando las relaciones de poder... No se puede decir "no es para tanto" desde la posición privilegiada. Hablo del también comentadismo baile de Miley Cirus en los premios MTV. Aquí un artículo donde se critica, el mismo que colgaron en el Facebook de Pikara.
Y también de este verano, el famoso beso ruso, también malinterpretado. De nuevo, Brigitte Vasallo escribió sobre el tema, señalando la importancia de las diferencias culturales en la comunicación.Y también La Mosca Cojonera escribió un gran artículo sobre Rusia y las migajas que deben ser interpretadas.
Así que escucho a Jesusa Rodríguez hablando de su trabajo con las indígenas y me encanta. Porque no es el ruido habitual, sino que es alguien hablando de su experiencia directa. Igual que me gusta cuando puedo escuchar a gente de Enginyers Sense Fronteres, que tienen también este tipo de actitud, dándole sentido a la palabra "solidaridad", sin convertirla en una caridad con matices. Escucho a Jesusa Rodríguez y pienso que esto es lo que deberíamos hacer más, escuchar.
Solo 5 minutos, recomendable a cada segundo:
Me quedo con una de las frases finales, "solo el pueblo puede salvar al pueblo".
Hace unos meses vimos el caso de FEMEN y Amina, del que se escribió mucho. De todo lo que leí, me quedo con la crítica de Brigitte Vasallo, quizás porque fue la primera que leí un poco elaborada (aunque esto no significa que fuera la primera en escribir). Un caso clarísimo de lo que pasa cuando la gente con muy buena voluntad se deja llevar por los prejuicios y decide "ayudar" sin preguntar.
Estos últimos días, un nuevo ejemplo de feministas negras señalando el racismo que las feministas blancas han sido incapaces de ver. Y aun sale alguna diciendo que "no es para tanto". Siempre olvidando las relaciones de poder... No se puede decir "no es para tanto" desde la posición privilegiada. Hablo del también comentadismo baile de Miley Cirus en los premios MTV. Aquí un artículo donde se critica, el mismo que colgaron en el Facebook de Pikara.
Y también de este verano, el famoso beso ruso, también malinterpretado. De nuevo, Brigitte Vasallo escribió sobre el tema, señalando la importancia de las diferencias culturales en la comunicación.Y también La Mosca Cojonera escribió un gran artículo sobre Rusia y las migajas que deben ser interpretadas.
Así que escucho a Jesusa Rodríguez hablando de su trabajo con las indígenas y me encanta. Porque no es el ruido habitual, sino que es alguien hablando de su experiencia directa. Igual que me gusta cuando puedo escuchar a gente de Enginyers Sense Fronteres, que tienen también este tipo de actitud, dándole sentido a la palabra "solidaridad", sin convertirla en una caridad con matices. Escucho a Jesusa Rodríguez y pienso que esto es lo que deberíamos hacer más, escuchar.
Solo 5 minutos, recomendable a cada segundo:
Me quedo con una de las frases finales, "solo el pueblo puede salvar al pueblo".
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domingo, 21 de julio de 2013
Calibán y la bruja
Esto es lo que tengo ganas de hacer: construir un castillo de arena grande grande. Y luego coger una maza y destrozarlo.
¿Por qué es tan esencial Calibán y la bruja? Pues porque cuando lo lees ves como nos han convertido en un castillo de arena. Han eliminado la cohesión social de forma sistemática. Siguen haciéndolo en los lugares donde aun existe. Y quizá mirando en la historia puede quedar alguna duda, pero ahora no; lo hacen deliberadamente.
Miramos una peli cualquiera "del oeste". Deciden que necesitan una cabaña, así que la construyen. Aquí, con todas nuestras "riquezas" no podemos construirnos una cabaña. Esto no sería demasiado grave si las riquezas creadas sirvieran a todo el mundo. Pero no, nuestras riquezas son particulares, no colectivas. Esta es la diferencia entre lo colectivo y lo particular. Cuando existe lo colectivo, trabajar mucho sirve de algo, por poco que sea. Cuando no existe, puedes encontrarte que por muy buena voluntad que tengas, de nada sirve todo tu esfuerzo. Nos han robado nuestra capacidad productiva.
Yo no tengo nada. Todas mis propiedades son nada. Lo único que tengo de valor son las relaciones humanas.
Calibán y la bruja es esencial porque al leerlo ves con total claridad cómo el machismo es la gran herramienta para eliminar la cohesión social, dinamitar las relaciones humanas, lo único de valor que tienen quienes no tienen nada. El machismo y el capitalismo la misma mierda son, porque el mismo propósito tienen. Más poder en manos de quien tiene más poder, y menos poder en manos de quien menos tiene. Y en ambos casos, se consigue de manera que quien menos tiene tenga la impresión de que está ganando, cuando en realidad solo pierde. Y pierde y pierde y pierde.
Los seres humanos valorados únicamente en función de lo que pueden aportar al capital. No solo a ojos del capital, no. También para el conjunto de la sociedad. Hasta ese punto han ganado. (De todo esto tengo algunos ejemplos cercanos de los que ojalá, cuando haya pasado tiempo suficiente, pueda escribir)
La historia que cuenta Calibán y la bruja es la historia de una derrota. Nuestra derrota.
Esto es lo primero. Luego hay muchas más cosas interesantes.
Me llamó la atención el tema de la prostitución. Cómo se anima desde el poder (masculino) cuando interesa, y luego se persigue porque deja de interesar. Primero consiguen que las mujeres solo tengan su propio cuerpo. Luego les dicen que su cuerpo no es suyo. El cuerpo de las mujeres en el centro de las disputas por el poder. Y la sexualidad femenina como poder que quienes tienen el poder no pueden controlar, así que primero lo intentan y luego lo criminalizan.
El tema de la sexualidad femenina es interesante porque refleja la evolución en la percepción social que se tiene de las mujeres. No es cierto que siempre se haya visto a las mujeres como seres asexuales. Esto también es provocado artificialmente. Por eso defender que las mujeres son naturalmente más válidas para las tareas moralmente más pulcras (los cuidados abnegados, la carga del trabajo doméstico, o incluso el estudiar duramente) también es muy machista.
Y está el tema del control de la natalidad. La historia de cómo el control de la natalidad pasa de estar en manos de las mujeres a estar en manos del poder (masculino). Mientras el control lo tienen las mujeres, se benefician ellas, se benefician sus familias y se beneficia la población general. Una población más escasa provoca que haya menos escasez de recursos, con lo cual, quienes tienen el poder, tienen más complicado abusar de él. "Expropiar" el control de la natalidad es el primer paso para el control de la población, y en consecuencia, de la mano de obra.
El racismo, no como algo innato en la condición humana, sino como algo fomentado igual que el machismo, con las mismas estrategias y con los mismos objetivos. La blanquitud como vía para "naturalizar" la opresión. Y tiene guasa, porque sigue funcionando. Feministas racistas, y personas en lucha activa contra el racismo que fomentan el machismo. Cuando el poder es mundial y globalizado, también debe serlo la resistencia.
La "conquista" de América como vía de escape para el poder europeo. El poder se ejerce simultáneamente en diversos lugares, pero la resistencia solo se presenta localmente.
Y el capitalismo... qué decir del capitalismo. En la línea de lo escrito tantas veces. Que no libera a nadie más que a quien tiene poder. Que la prosperidad que tenemos aquí (en Europa) es gracias a la opresión en otros lugares, no a las bondades del capitalismo. Que la "solución" del capital ante cualquier "crisis" siempre es la misma: más expansión, más opresión.
La esclavitud. ¿Sabes cuando acabó la esclavitud en Europa? Yo me lo he preguntado muchas veces. Porque el fin de la esclavitud en Estados Unidos es famoso, pero en Europa no se habla de la propia esclavitud. En este libro también se habla de esto. Y de cómo la esclavitud fue fatal para lxs trabajadorxs de Europa (igual como ahora es fatal para nuestros salarios que en otros lugares se pueda explotar a la gente).
La ciencia como herramienta para el poder; ¿qué es ciencia y qué no? Ahora quizá podamos establecer algún criterio objetivo, pero no fue así en los inicios de la ciencia, momento en el que la respuesta era puramente política. La ciencia era lo correcto, la brujería, lo que debía ser perseguido. "Casualmente", la ciencia era cosa de hombres y la brujería de mujeres; la ciencia era una actividad casi individual, y la brujería, en sus inicios, colectiva. (En esta parte me acordé mucho de quienes ahora hablan despectivamente de "magufos")
Curiosidades varias:
- Ya en el siglo XVII se habla de la "vagancia" como elemento por el cual una nación es menos productiva que otra. Ahí seguimos (todos nuestros problemas existen porque "no somos como los alemanes", aunque los propios alemanes no son como los pintan).
- El "canibalismo" también existía en Europa.
- En las décadas de los 80 y de los 90 seguían habiendo persecuciones de brujas en África y América Latina, aunque difícilmente llegaba a hablarse de ello en Europa. Me pregunto si se acabaron o siguen estando.
¿Por qué es tan esencial Calibán y la bruja? Pues porque cuando lo lees ves como nos han convertido en un castillo de arena. Han eliminado la cohesión social de forma sistemática. Siguen haciéndolo en los lugares donde aun existe. Y quizá mirando en la historia puede quedar alguna duda, pero ahora no; lo hacen deliberadamente.
Miramos una peli cualquiera "del oeste". Deciden que necesitan una cabaña, así que la construyen. Aquí, con todas nuestras "riquezas" no podemos construirnos una cabaña. Esto no sería demasiado grave si las riquezas creadas sirvieran a todo el mundo. Pero no, nuestras riquezas son particulares, no colectivas. Esta es la diferencia entre lo colectivo y lo particular. Cuando existe lo colectivo, trabajar mucho sirve de algo, por poco que sea. Cuando no existe, puedes encontrarte que por muy buena voluntad que tengas, de nada sirve todo tu esfuerzo. Nos han robado nuestra capacidad productiva.
Yo no tengo nada. Todas mis propiedades son nada. Lo único que tengo de valor son las relaciones humanas.
Calibán y la bruja es esencial porque al leerlo ves con total claridad cómo el machismo es la gran herramienta para eliminar la cohesión social, dinamitar las relaciones humanas, lo único de valor que tienen quienes no tienen nada. El machismo y el capitalismo la misma mierda son, porque el mismo propósito tienen. Más poder en manos de quien tiene más poder, y menos poder en manos de quien menos tiene. Y en ambos casos, se consigue de manera que quien menos tiene tenga la impresión de que está ganando, cuando en realidad solo pierde. Y pierde y pierde y pierde.
Los seres humanos valorados únicamente en función de lo que pueden aportar al capital. No solo a ojos del capital, no. También para el conjunto de la sociedad. Hasta ese punto han ganado. (De todo esto tengo algunos ejemplos cercanos de los que ojalá, cuando haya pasado tiempo suficiente, pueda escribir)
La historia que cuenta Calibán y la bruja es la historia de una derrota. Nuestra derrota.
Esto es lo primero. Luego hay muchas más cosas interesantes.
Me llamó la atención el tema de la prostitución. Cómo se anima desde el poder (masculino) cuando interesa, y luego se persigue porque deja de interesar. Primero consiguen que las mujeres solo tengan su propio cuerpo. Luego les dicen que su cuerpo no es suyo. El cuerpo de las mujeres en el centro de las disputas por el poder. Y la sexualidad femenina como poder que quienes tienen el poder no pueden controlar, así que primero lo intentan y luego lo criminalizan.
El tema de la sexualidad femenina es interesante porque refleja la evolución en la percepción social que se tiene de las mujeres. No es cierto que siempre se haya visto a las mujeres como seres asexuales. Esto también es provocado artificialmente. Por eso defender que las mujeres son naturalmente más válidas para las tareas moralmente más pulcras (los cuidados abnegados, la carga del trabajo doméstico, o incluso el estudiar duramente) también es muy machista.
Y está el tema del control de la natalidad. La historia de cómo el control de la natalidad pasa de estar en manos de las mujeres a estar en manos del poder (masculino). Mientras el control lo tienen las mujeres, se benefician ellas, se benefician sus familias y se beneficia la población general. Una población más escasa provoca que haya menos escasez de recursos, con lo cual, quienes tienen el poder, tienen más complicado abusar de él. "Expropiar" el control de la natalidad es el primer paso para el control de la población, y en consecuencia, de la mano de obra.
El racismo, no como algo innato en la condición humana, sino como algo fomentado igual que el machismo, con las mismas estrategias y con los mismos objetivos. La blanquitud como vía para "naturalizar" la opresión. Y tiene guasa, porque sigue funcionando. Feministas racistas, y personas en lucha activa contra el racismo que fomentan el machismo. Cuando el poder es mundial y globalizado, también debe serlo la resistencia.
La "conquista" de América como vía de escape para el poder europeo. El poder se ejerce simultáneamente en diversos lugares, pero la resistencia solo se presenta localmente.
Y el capitalismo... qué decir del capitalismo. En la línea de lo escrito tantas veces. Que no libera a nadie más que a quien tiene poder. Que la prosperidad que tenemos aquí (en Europa) es gracias a la opresión en otros lugares, no a las bondades del capitalismo. Que la "solución" del capital ante cualquier "crisis" siempre es la misma: más expansión, más opresión.
La esclavitud. ¿Sabes cuando acabó la esclavitud en Europa? Yo me lo he preguntado muchas veces. Porque el fin de la esclavitud en Estados Unidos es famoso, pero en Europa no se habla de la propia esclavitud. En este libro también se habla de esto. Y de cómo la esclavitud fue fatal para lxs trabajadorxs de Europa (igual como ahora es fatal para nuestros salarios que en otros lugares se pueda explotar a la gente).
La ciencia como herramienta para el poder; ¿qué es ciencia y qué no? Ahora quizá podamos establecer algún criterio objetivo, pero no fue así en los inicios de la ciencia, momento en el que la respuesta era puramente política. La ciencia era lo correcto, la brujería, lo que debía ser perseguido. "Casualmente", la ciencia era cosa de hombres y la brujería de mujeres; la ciencia era una actividad casi individual, y la brujería, en sus inicios, colectiva. (En esta parte me acordé mucho de quienes ahora hablan despectivamente de "magufos")
Curiosidades varias:
- Ya en el siglo XVII se habla de la "vagancia" como elemento por el cual una nación es menos productiva que otra. Ahí seguimos (todos nuestros problemas existen porque "no somos como los alemanes", aunque los propios alemanes no son como los pintan).
- El "canibalismo" también existía en Europa.
- En las décadas de los 80 y de los 90 seguían habiendo persecuciones de brujas en África y América Latina, aunque difícilmente llegaba a hablarse de ello en Europa. Me pregunto si se acabaron o siguen estando.
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