sábado, 28 de diciembre de 2013

Sobre abortar

En Pikara han hecho un recopilatorio de experiencias de mujeres que han abortado y no se consideran pobres víctimas que se pasaran el resto de sus vidas con remordimientos. Recuerdo que durante años esa fue la única imagen del aborto que me llegó. Los remordimientos eternos. Una decisión tomada por las circunstancias y totalmente errónea, porque luego una no podía olvidarlo.

Durante mucho tiempo, incluso cuando ya tenía cierta conciencia feminista, el aborto era uno de los temas que me incomodaban. No quería considerarlo un tema principal porque no tenía las ideas claras al respecto. No quería ir a manifestaciones que trataran sobre el aborto. No quería gritar eso de "derecho al propio cuerpo". Me perdía en el tema de en qué momento un ser se convierte en ser humano.

También, durante mucho tiempo, no tenía ni idea de cuales eran mis derechos en esta materia (ni en tantas otras, en realidad). Como la primera vez que me dio miedo estar embarazada. Ese momento de terror es difícil de olvidar. De repente, la pregunta de ¿qué haría si estuviera embarazada? ya no era un pura cuestión intelectual, alejada de la realidad. De repente no había nada más real. Y junto a ella, llegó instantáneamente la otra gran pregunta, ¿puedo abortar? Para a continuación darme cuenta de que no solo no sabía la respuesta, es que tampoco tenía ni idea de dónde encontrarla.

Pasado el primer momento de pánico, y pasados varios días dándole vueltas al asunto y hablándolo únicamente una persona (mi pareja de ese momento), decidí que no quería abortar. En caso de estar embarazada, seguiría adelante, pediría ayuda a quien tuviera que pedírsela, y a él le daría tanto la opción de estar a mi lado en el proceso como de no estarlo. Aunque seguía deseando profundamente que fuera que no.

Fue la primera vez que compré un test de embarazo. Recuerdo que fui a comprarlo yo sola, pensando en que era mejor ir a una farmacia a la que no fuera a menudo. La farmacéutica me miró con cara de preocupación, supongo que mi expresión al pedírselo mostraba el miedo atroz que me generaba la situación. No fue la última vez que compré un test de embarazo.... La siguiente fui bastante más hábil y lo pedí como quien pide una caja de paracetamol, como un gesto común y carente de significado especial. Con el tiempo una aprende que no mostrar las emociones permite vivir mucho más relajadamente.

Dio negativo. Todas las veces que me encontré en esa situación dio negativo.

Aprendí también a no dejarme convencer cuando a él le apetecía probar un rato sin condón porque le daba más gusto. Aprendí a cabrearme si era necesario. Una no debería necesitar cabrearse cuando está follando, pasándolo bien, y a otra persona le da por querer negociar algo que no es negociable y que estaba acordado antes de empezar. Es un abuso. También aprendí a darme cuenta de ello.

Alicia Murillo dice que quien no puede embarazarse no debería opinar sobre el aborto. Yo soy menos absolutista en estos temas, a mí que la gente opine no me parece mal. Pero no deberían poder decidir. Que opinen lo que les dé la gana, pero que no decidan sobre MI cuerpo, MI vida. Menos aun si no han pasado por la experiencia de tener que preguntarte si estás embarazada cuando no quieres estarlo.

Si ahora me quedara embarazada, abortaría. Seguro. Porque ahora tengo claro que no quiero pasar por el proceso de un embarazo. No quiero parir. Si alguna vez tengo hijxs, no será así. Y también tengo claro que abortar, si es voluntario, no tiene nada de malo. Y desde luego, no me convertiría en una víctima, ni tengo ninguna intención de traumatizarme de por vida.



"And if you don’t like abortion
Don’t have an abortion
And teach your children
How they can avoid them
But don’t treat all women
Like they are your children"

No hay comentarios:

Publicar un comentario