lunes, 2 de diciembre de 2013

Compromiso

Volví a mirar el artículo sobre poliamor que supuso un antes y un después para mí. Al final de ese artículo, hay un vídeo de una conferencia de Marina Garcés sobre el compromiso. Nunca había llegado a escucharla, pero esta vez sí. Acabé por coger papel y boli y tomar notas. Luego vi que la propia Brigitte Vasallo había remarcado y traducido en su artículo uno de los fragmentos que más me llamaron la atención.

Reproduzco un fragmento a continuación (más o menos):

"Comprometre's és, en el fons, deixar-se comprometre [...]. Això vol dir [...], entrar en espais de vida que no podem aspirar a controlar del tot, implicar-nos en situacions que ens excedeixen, que ens exigeixen inventar respostes que no tenim i que no ens deixaran igual que érem. Tot compromís implica així una transformació, una transformació d'un mateix, forçosa, que no té resultats garantits. Això vol dir, finalment, que en aquest compromís que és deixar-se comprometre s'hi dóna una experiència de vulnerabilitat, la immunitat cau. [És una experiència de vulnerabilitat] que ens exposa i ens vincula als altres. I per això en fugim. El compromís, entès així, ens revela la veritat més desagradable per a l'individu modern, que és que existir és dependre."

Traducido (aun más inexactamente, porque no sé traducir):

"Comprometer-se es, en el fondo, dejarse comprometer. Esto quiere decir entrar en espacios de vida que no podemos aspirar a controlar completamente, implicarnos en situaciones que nos exceden, que nos exigen inventar respuestas que no tenemos y que no nos dejarán igual que éramos. Todo compromiso implica así una transformación, una transformación de uno mismo, forzosa, que no tiene resultados garantizados. Esto significa, finalmente, que en este compromiso que es dejarse comprometer, se da una experiencia de vulnerabilidad, la inmunidad cae. Es una experiencia de vulnerabilidad que nos expone y nos vincula a los demás. Y por eso huimos de ella (¿o de ello?). El compromiso, entendido así, nos revela la verdad más desagradable para el individuo moderno, que es que existir es depender."

Cuando lo escuche la primera vez casi me pongo a llorar (sí, tengo una llorera exageradamente fácil). Porque así es como me siento en todas mis luchas, extremadamente vulnerable. Y además, irremediablemente. Porque no es una elección, es inevitable. No puedo ser yo y ser indiferente a las cosas que me mueven. Hacer eso, que sería renunciar al compromiso, sería también renunciar a mí.

Así que primero está el hecho de encontrarte con que tienes que seguir un camino, y a continuación está el darte cuenta de que no tienes ni idea de hacia a donde va. No saber qué traerá, si será bueno o no. Siempre es así, cada vez que descubres una nueva identidad que forma parte de ti y que debes seguir, es así. Y a pesar de todo, comprometerse realmente es tomar la decisión (porque sí es una decisión) de asumir que eso es lo que debes hacer y que vas a asumir radicalmente las consecuencias que seguir ese camino te traiga.

Otro fragmento:

"Comprometre's no és apuntar-se a una causa, a un partit, a una ideologia, sino prendre posició en un món comú i assumir-ne radicalment les conseqüències."

Traducción (aprox.):

"Comprometerse no es apuntarse a una causa, a un partido, a una ideología, sino tomar posición en un mundo común y asumir radicalmente las consecuencias de hacerlo" 

Y aquí me voy directamente hacia Pornoburka, el libro que ha publicado recientemente Brigitte Vasallo. Según ella, un libro sobre identidades, aunque pueda verse también como un libro sobre un barrio (el Raval de Barcelona), o sobre la gentrificación (sobre la que escribía el SrChinaski recientemente). Identidades que acaban por comerse a las personas.

De nuevo, algo con lo que he chocado tantas veces. El cómo-debe-ser-una-feminista. O cómo debe ser una persona que tiene una identidad X. No por parte de la sociedad, sino dentro de mi propia cabeza. Y el descuadre de ver que una no puede estar siempre pendiente de esa identidad, sino que debe ser la identidad (la etiqueta) la que se construya a partir del yo. Pornoburka es un libro que cuenta lo que pasa cuando la identidad pasa por delante, cuando lo que quieres es pertenecer a una determinada tribu, casi a cualquier precio, incluso renunciando a lo que eres realmente. Volviendo a Marina Garcés, sería "apuntarse a una causa" antes que "tomar una posición y actuar coherentemente con ella" (o intentarlo). "Asumir radicalmente las consecuencias" de tu posición, puede significar tener que enfrentarte a esa tribu con la que teóricamente te identificabas. Y está bien que sea así, porque solo desde la diversidad (diversidad de seres, diversidad de posiciones) podemos construir algo que sea realmente útil y positivo para todxs.

Comprometerse, entendido así, es comprometerse con unx mismx y con el mundo. Y no hay otra manera. No es posible comprometerse a medias porque no es posible ser a medias. Aunque los caminos son tortuosos y a menudo unx siente que está desandando lo andado o yendo a la deriva. En cierto modo, es así. Y si solo lo hiciera una persona mientras el resto sigue igual, seguramente sería absurdo e inútil. Pero al hacerlo muchas personas a la vez, cada una con su camino, esto significa cambio, cambio hacia un lugar desconocido.

El Lobo estepario escribía que en toda revolución llega un punto en el que alguien que tiene poder toma la decisión de no disparar, de cambiar de bando de alguna manera. Y es cierto. El tema es... que eso forma parte de la revolución. Una revolución formada por todxs, lo sepamos o no. A fin de cuentas, no es una decisión tomada al azar, sino por alguna razón.

Marina Garcés nos invita a situarnos en la frontera entre el nosotrxs y el los otros. Y a situar en el exterior al nosotros a esas personas que nos roban (aunque sea cumpliendo con la legalidad vigente) las riquezas del mundo común. Una puede situar la frontera donde quiera, asumiendo que las fronteras no son estáticas, que fluctúan, y que quizá no sean demasiado nítidas. Me parece interesante la perspectiva de dejar en el "los otros" a quienes tienen el poder (el famoso 1%), y también me parece interesante la perspectiva de incluir a todo el mundo, incluso a ese 1% icónico que también participa de nuestra revolución continua, readaptando continuamente su poder a las nuevas corrientes. Me refiero aquí a eso que tantas veces me desespera de la facilidad con la que el capitalismo absorbe ideas teóricamente revolucionarias y anticapitalistas.

No soy optimista, he perdido mi optimismo por el camino. Y sin embargo, aun sintiéndome vulnerable, débil, por ello, sé que seguiré en este camino a ninguna parte, participando de una revolución sin fin, que no es más que una eterna lucha de poder por llegar a tener lo que considero que es mío (nuestro), un mundo común. Es peor intentar no hacerlo.

Ya he anotado en mi lista de pendientes el libro "Un mundo común" de Marina Garcés.

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