jueves, 31 de mayo de 2012

De informarse y formarse

A veces leo el periódico, o veo la tele, o miro noticias "oficiales" por internet. Hasta alguna vez vuelvo a escuchar alguna tertulia de radio o tele. Dejé de hacerlo cuando decidí que no me aportaba nada, cuando decidí que esas personas que presuntamente pretendían informarme o incluso "formar una opinión" en mí, en realidad no sabían más que yo, ni tenían opiniones mejor fundadas que las mías.

Puede sonar prepotente. Lo es un poco. Pero no he renunciado a informarme ni a formarme ni a aprender de personas que sí saben de lo que hablan. Trato de buscar por una parte conocimiento más especializado, y por otra, información sin sesgos. Es complicado, no siempre es posible encontrar las fuentes primarias. Y no soy periodista. Pero esa es la idea general.

Decía, a veces sí recurro a los "medios generalistas", esos que la mayoría de gente considera que son "los medios de comunicación" (prensa, radio, tele). Me ayudan a saber qué pasará. Porque por una parte está lo que debería ser, y por otra (desgraciadamente), lo que será. Y creo que es importante informarse sobre ambas. Saber lo que será puede ayudar a prevenirlo (si es posible), o a tomar medidas correctoras (para que pase, pero menos grave), o sencillamente, para saber cómo reaccionar cuando sucedan.

A día de hoy parece claro que España será intervenida. Y también, cada día parece más claro que volveremos a las pesetas. Podría opinar sobre estos hechos, pero en internet hay un montón de opiniones con más fundamentos y conocimentos que las mías.

Yo no veo cómo evitarlo. Escribo esto desde un rincón de Suiza, así que por no tener, no tengo ni la posibilidad de movilizarme. Pero me parece claro que como poco habrá que reaccionar de alguna manera, y que hay que pensar cómo. Tengo la esperanza de que en el 15M se esté gestando de algún modo la respuesta a esto y a tantas otras cosas. Pero no es más que eso, una esperanza, ya que no tengo ni idea de lo que se cuece por allí.

Cada día estoy más en la línea del cambio de sistema. Sistema económico, sistema democrático, sistema social. A los 16 años me consideraba anarquista. Luego "se me pasó", decidí que los seres humanos no son lo bastante de fiar como para que pudiera funcionar un sistema anarquista. Pero ahora... pienso lo contrario, precisamente porque los seres humanos no son de fiar, más vale crear un sistema con vigilancia continua y no de "cada cuatro años" (en el mejor de los casos), como es la democracia parlamentaria actual.

Pensar en sistemas que funcionen localmente me parece sencillo. El problema es que no todo puede pensarse localmente, a veces es necesario pensar en infraestructuras, o en flujos de alimentos o energía. Eso lo veo un poco más complicado, pero creo que podría llegarse a un modelo que funcionara de forma asamblearia, con distintos niveles, que permitiera ocuparse también de ese tipo de cosas. Luego está el tema de los asuntos urgentes y cómo afrontarlos (los sistemas asamblearios se caracterizan por ser especialmente lentos), pero creo que se podrían crear grupos de trabajo específicos, con la condición de que los puestos fueran rotativos y nadie pudiera quedarse en ellos indefinidamente.

Ahora empiezo a ir un grado más allá y empiezo a plantearme qué pasa con la ciencia y la tecnología. O en general, con los trabajos muy especializados. ¿Habría que desmantelar todas las estructuras actuales, incluso aunque sean válidas y funcionen bien? ¿Qué pasa con los hospitales? ¿Qué pasa con los grupos de investigación? En ambos casos suele haber cierta estructura piramidal en ellos. Yo no creo que haya que rechazar de pleno ese tipo de estructuras, por mucho que signifique que unas personas tengan más poder que otras. Creo que en todo grupo, por muy horizontal que pretenda ser, siempre surge algún liderazgo. La cuestión creo que está en cómo se gestiona ese liderazgo, si se asume como una función más, al mismo nivel que el resto de funciones, sin tener ventajas asociadas. En cualquier caso, surge la duda de cómo se atribuye el liderazgo a una determinada persona.

Hay otros problemas prácticos, claro. Como el tema ¿de dónde sacamos los recursos? Si solo habláramos de alimentos, se podría arreglar. Pero actualmente en España es necesario tener otro tipo de cosas: desde petróleo, hasta elementos electrónicos. Con suerte, algún día dejaremos de necesitar petróleo, pero a día de hoy, sin él las ciudades no podrían abastecerse de alimentos (llegan principalmente por camión). Algo parecido con el gas (necesario para cocinar y para no morir de frío en invierno en muchos lugares de España). Y sobre los aparatos electrónicos, ni siquiera tengo claro que sea posible generarlos de ninguna manera sin materiales de otros países.

Ese es el tipo de cosas que creo que deberíamos estar pensando, en vez de en primas de riesgo y demás malabares económicos.

domingo, 27 de mayo de 2012

Bifobia

Me he encontrado mucha gente que niega la existencia de la bifobia. Que solo es capaz de ver la homofobia, y que creen de verdad que lxs bisexualxs solo tenemos que preocuparnos cuando nos comportamos "como homosexuales".

Aquí siguen algunos ejemplos de bifobia.

- Salir del armario con tus padres como gay o lesbiana, porque sabes que si dices que eres bisexual, te presionaran para que busques una pareja del sexo opuesto. Puede parecer homofobia (y en parte lo es), pero es importante el detalle: como gay o lesbiana los padres en cuestión se "conforman", asumen que esto es lo que hay. Muchos gays y lesbianas salen del armario como bisexuales, porque creen que es "menos grave", pero también sucede a la inversa.

- Siguiendo en la línea de salir del armario, habrá quien crea que el ejemplo que he puesto no incluye que tus padres te echen de casa. Pero no es cierto. Un ejemplo más concreto, el caso de una chica que salía con un chico, al que conocían sus padres, hasta que decidió dejarlo y empezar a salir con otra chica. La reacción de sus padres: "si fueras lesbiana lo entenderíamos, pero no lo eres, así que compórtate y déjate de tonterías de salir con chicas. O eso, o te vas de casa".

- Te gusta alguien, empiezas a salir con ese alguien, pero cuando la relación se hace mínimamente "seria", te dicen: "lo siento, pero yo no salgo con bisexuales". No, no es ciencia-ficción, es algo bastante frecuente entre gays y lesbianas. Con distintos grados: desde no querer ni el más mínimo roce, hasta el sexo sí, amor no.

- Un par de ejemplos de "asco" lésbico: aquí y aquí. (En la noticia del segundo enlace se comenta otro tema curioso, la bifobia en el lugar de trabajo, diferenciada de la homofobia)

También podría añadir los clásicos, como lo de que la bisexualidad no existe, con todas sus versiones. La idea siempre es la misma: la bisexulidad no existe porque todas las personas bisexuales en realidad son homosexuales que no se aceptan. Puede parecer una chorrada, pero que te nieguen la existencia es grave. Añade a algunos de los problemas de la homosexualidad (como enamorarte de tu mejor amigx) la confusión de no saber qué eres, puesto que lo que crees que eres, no es posible (por desconocimiento del concepto de bisexualidad, o porque lo conoces pero alguien en quien confías ciegamente te ha dicho que eso no existe).

Hace años que defiendo que la bisexualidad debe ser mostrada públicamente. Lo considero una postura política. Si es así es porque recuerdo que una vez yo también fui una adolescente confusa que no comprendía lo que sentía. Porque cuando salí del armario con mis amistades (la primera vez que daba un paso así, y me costó horrores conseguirlo) su respuesta fue: "la bisexualidad no existe". Porque no asumí mi propia orientación sexual hasta los 18 años, casi 19. Y no porque no me lo hubiera planteado nunca... Y sé que tuve suerte, otras personas lo tuvieron mucho más difícil.

No creo que sea imprescindible usar esa palabra: bisexual. Entiendo que haya a quien no le guste. Quizá si empezara ahora, con todo lo que sé, elegiría otra palabra para definirme. Pero como dije en otro momento, a mí me interesan los conceptos más que las palabras. Y sé que usando esta palabra, doy a conocer el concepto que me interesa: que existe la posibilidad de no ser heterosexual ni homosexual.

domingo, 20 de mayo de 2012

Modelo alemán

Empiezo a estar harta de oír alabanzas hacia el modelo alemán. No deja de sorprenderme que incluso personas teóricamente concienciadas y empobrecidas sigan considerando que todo iría mucho mejor si España se pareciera a Alemania.

Leyendo un periódico antiguo (como tengo por costumbre últimamente), me encuentro este artículo de Rafael Poch en La Vanguardia (en el suplemento "Dinero", publicado el domingo 13 de mayo). En el nos habla de cosas como la ley que "permitió que el Estado organizara un paquete de ayuda a la banca de 480.000 millones de euros, sin consulta ni control parlamentario". Además nos habla de la creación de dos "bancos malos" (eso de lo que se habla tanto ahora como solución a todos los problemas financieros) y de más dinero público inyectado en ellos. De verdad, ¿ese es el modelo que queremos? Yo tengo claro que no.

Recuerdo también una entrevista que vi en el programa Singulars de TV3. En ella, Christian Felber nos cuenta que en Alemania el 88% de gente considera que debería haber un cambio de modelo económico (y en Austria, un 90%). También habla de como el modelo actual incentiva comportamientos humanos que la mayoría de la sociedad considera negativos. Pero en cualquier caso, ¿cómo se puede considerar bueno el sistema económico alemán cuando tanta gente de ese país desea tener otro modelo?

Y cómo no, citar a Salvados, en su programa "Reforma a la alemana", donde nos cuentan cómo se está creando empleo y qué tipo de derechos laborales existen. Leo en varios sitios el concepto de minijobs, y leo como la mayoría son mujeres y que al llegar a la edad de jubilación (67 años, como aquí) les quedaran pensiones miserables. Este artículo (de Juan Gómez en El País) se titula "Los minijobs abocaran a la pobreza a 4'6 millones de alemanas tras su jubilación". Podría decirse que no las abocará a la pobreza tras su jubilación, sino que ya viven en la pobreza y al llegar a su jubilación aun se agravará más su situación.

¿Dónde nos lleva seguir este ejemplo? Eso da para mucho más.

viernes, 18 de mayo de 2012

Economía ¿apolítica?

Existen muchas definiciones de economía. No me gustan mucho las definiciones, así que no pondré ninguna. Lo que me parece importante es tratar de buscar el concepto que hay detrás de cualquier palabra.

Para la mayoría de gente "economía" es un baile de números, algo abstracto de lo que solo saben unos pocos. Una "élite" siempre opaca, que parece hablar en un idioma distinto al del resto de los mortales. Pero como decía mi profesor de lengua cuando tenía 14 años... cuando conoces el significado de una palabra debes ser capaz de explicar su significado de forma sencilla.

La economía trata de cómo gestionar los recursos de los que disponemos como humanidad. ¿Qué son los recursos? Pues desde las materias primas: alimentos básicos, minerales, madera; hasta conceptos más abstractos como el tiempo, la energía o la cantidad de seres humanos que se requieren para hacer algo. La economía existe porque esos recursos son finitos, o sea que no todo el mundo puede acceder a todos ellos a la vez.

La economía en sí no es mala, es una herramienta que puede ser útil o no. El problema aparece cuando se pretende que sólo existe una visión posible de la economía: la neocapitalista. Y más aun, cuando los problemas sencillos se vuelven opacos por voluntad de unos pocos. Y cuando solo se escucha a quien habla de forma críptica en vez de escuchar a quien es capaz de explicar las cosas de forma sencilla.

Recientemente he descubierto Seminari Taifa. Puede ser útil para ver la economía con otros ojos, desde otra perspectiva incluso.

Tiendo a simplificar. Así que para mí la cuestión cuando hablamos de economía siempre es: ¿hay suficientes recursos para que todos los seres humanos del mundo vivan en buenas condiciones? Y como buena ingeniera mi respuesta ahora es: depende.

Depende de varias cosas. Primero, ¿qué consideramos que son buenas condiciones? No es lo mismo pedir que cualquier persona pueda dormir bajo un techo (con la seguridad de que no se hundirá sobre sus cabezas), que pedir que cada persona tenga, por lo menos, un piso de 80 metros cuadrados a su disposición. En este ejemplo, la primera posibilidad parece claro que es perfectamente posible, la segunda es bastante más dudoso. Probablemente para conseguir que cualquier persona pueda vivir en un piso grande habría que renunciar a otras cosas, y entonces aparece otra cuestión, ¿a qué renunciamos? Y más importante aún, ¿cómo decidimos a qué renunciamos?

Esta última cuestión parece claramente política. Y responderla es la primera ocupación de cualquier sistema económico. Desde una perspectiva capitalista la respuesta sería: los mercados, la llamada "mano invisible". Por lo tanto, me parece evidente, cuando un economista neoliberal dice que "no quiere entrar en política", básicamente está mintiendo. Ya lo ha hecho.

Pero volviendo a la cuestión inicial, ¿de qué más depende si hay suficientes recursos para todo el mundo? Pues depende de cuantas personas se cuenten. La respuesta evidente sería "todas las personas que hay a día de hoy en la Tierra". Pero, ¿esa es una buena respuesta? Si el crecimiento de la población mundial fuera nulo (o sea, si en el conjunto de todo el planeta cada año hubiera la misma cantidad de nacimientos que de defunciones), lo sería. Pero no es así: hay un crecimiento continuo. Suponiendo que los recursos fueran siempre los mismos, y que quisiéramos un reparto siempre equitativo, tendríamos que año a año, a cada persona le corresponderían menos recursos.

Luego habría que añadir otras cuestiones, como ¿sólo nos preocupamos por los seres humanos o tratamos de dejar un margen para el resto de especies? ¿Podemos permitirnos no hacerlo? Y también de tipo ético, como ¿qué margen dejamos a la individualidad? Y la pregunta que estoy obviando: ¿todas las personas deben disponer de los mismos recursos? Cada una de ellas abre un abanico de posibilidades y debates.

En resumen: pretender que la economía es independiente del resto de la política es como hacer trampas jugando al solitario. Y creérselo, un exceso de ingenuidad.

viernes, 11 de mayo de 2012

Inicio

No pretendo sentar cátedra. Quizá haya momentos en que lo parezca, pero no es la intención.

Quiero escribir para poner en orden mis ideas. En los últimos meses ha cambiado mucho mi percepción de la realidad, he aprendido cosas, y con un poco de suerte, habré desaprendido otras. Este blog pretende ser como una libreta de notas que me acompañe en esta evolución continua. Y quizá, con suerte, ir definiendo qué tipo de sociedad es la que me gustaría.

A día de hoy soy anticapitalista, feminista, bisexual, antiracista, ecologista, radical, crítica, y otros muchos adjetivos. Me interesan las alternativas al sistema en el que vivimos, los proyectos sociales cooperativos, las energías renovables, la igualdad de derechos, la diversidad como valor positivo, la ingeniería con visión humana, y tantas otras cosas que ya iré contando.

Anarres es una sociedad utópica, salida de los universos de Úrsula K. Le Guin. Concretamente, del libro Los desposeídos, de 1974, donde la autora habla de tres sociedades: una comunista, otra capitalista, y una anarco-comunista (Anarres). Anarres es la Luna, es el sueño que parece imposible. Me encanta la ciencia-ficción y me encanta esta escritora en particular, seguramente por todo ello, hace años que uso este nick.