lunes, 30 de diciembre de 2013

Conversaciones

Apenas verme me dicen encantados que tienen que enseñarme lo que dice una auténtica hembrista. De tan emocionados, se tropiezan mientras me lo cuentan. Y de repente se iluminan y me preguntan "¿tú crees que existen hembristas?". Sé que no sacaremos nada de bueno de esta conversación. Que solo es una trampa. Que me piden mi opinión solo para mostrarse en desacuerdo y tratar de demostrarme que tienen la razón. La razón. Gustosa se la daría para que me dejaran tranquila.

Les respondo que no tranquilamente y con una sonrisa, mientras empiezo a notar la punzada en el pecho. Punzada de derrota. Por supuesto, no les gusta lo que digo. Se escanzalizan. A pesar de que ni siquiera es la primera vez que les cuento que no creo en el hembrismo. Les digo, como otras veces, que probablemente a sus ojos yo sea una hembrista o una feminazi.

Sé que después de esta discusión seguirán pensando sobre el tema. Sé que quizás, solo quizás, se replanteen mínimamente el orden social en el mundo, o sus propios privilegios. Sé también que incluso si sucede, no será ahora, no será mientras discutimos. Sé que a mi no me va a tocar ninguna satisfacción en este espacio de tiempo, que solo van a tratar de desmontarme, pidiéndome que me exponga, que exponga mis ideas, mi manera de pensar, para luego intentar ridiculizarme. Sé que no podré mostrar debilidad, porque si lo hago, todo habrá sido en vano, todos mis argumentos serán rechazados sin ni siquiera ser escuchados. Y sé que me va a costar, porque estoy rota ya de entrada, y fingir entereza cuando una está rota no es nada fácil. La noche anterior, en una de estas, me costó horrores no ponerme a llorar a moco tendido, ni salir corriendo hacia mi cama para quedarme acurrucada y olvidar que existe el mundo.

Luego siempre me pregunto para qué. Para qué intentar discutir nada. Para qué tanto esfuerzo, si nunca va a parar a nada. Y qué incluso si consiguiera que cambiaran su punto de vista. Y qué.

Qué posición tan cómoda esperar a que hagan todo el trabajo por ti. Y luego rechazarlo con desprecio. O asumir una parte, pero sin cambiar realmente los propios esquemas mentales.

Después de toda la discusión, aun me pidieron que mostrara empatía hacia un hombre, casi seguro cisgénero, probablemente blanco y heterosexual, y con el resto de todos los privilegios posibles. Empatía mientras él defendía que "hijo de puta" no es un insulto particularmente machista. A quien me lo pedía debía parecerle que su petición era de lo más feminista. Nosotras tenemos que ser empáticas, incluso con quien muestra un machismo alucinante, solo porque, pobrecitos, han crecido en la ignorancia. No como nosotras, que debimos iluminarnos por gracia divina. No me dio tiempo a preguntarle si a él también le había dicho que tenía que ser empático con las mujeres en general y con las feminazis en particular.

(Solo que en realidad sí que sirve. Gracias a conversaciones como ésta, tan aparentemente inútiles, cuando a su alrededor les surgieron amistades LGTB supieron darles apoyo, incluso pudieron recomendarles dónde buscar ayuda si la necesitaban o cómo conocer a otras personas LGTB.)

sábado, 28 de diciembre de 2013

Sobre abortar

En Pikara han hecho un recopilatorio de experiencias de mujeres que han abortado y no se consideran pobres víctimas que se pasaran el resto de sus vidas con remordimientos. Recuerdo que durante años esa fue la única imagen del aborto que me llegó. Los remordimientos eternos. Una decisión tomada por las circunstancias y totalmente errónea, porque luego una no podía olvidarlo.

Durante mucho tiempo, incluso cuando ya tenía cierta conciencia feminista, el aborto era uno de los temas que me incomodaban. No quería considerarlo un tema principal porque no tenía las ideas claras al respecto. No quería ir a manifestaciones que trataran sobre el aborto. No quería gritar eso de "derecho al propio cuerpo". Me perdía en el tema de en qué momento un ser se convierte en ser humano.

También, durante mucho tiempo, no tenía ni idea de cuales eran mis derechos en esta materia (ni en tantas otras, en realidad). Como la primera vez que me dio miedo estar embarazada. Ese momento de terror es difícil de olvidar. De repente, la pregunta de ¿qué haría si estuviera embarazada? ya no era un pura cuestión intelectual, alejada de la realidad. De repente no había nada más real. Y junto a ella, llegó instantáneamente la otra gran pregunta, ¿puedo abortar? Para a continuación darme cuenta de que no solo no sabía la respuesta, es que tampoco tenía ni idea de dónde encontrarla.

Pasado el primer momento de pánico, y pasados varios días dándole vueltas al asunto y hablándolo únicamente una persona (mi pareja de ese momento), decidí que no quería abortar. En caso de estar embarazada, seguiría adelante, pediría ayuda a quien tuviera que pedírsela, y a él le daría tanto la opción de estar a mi lado en el proceso como de no estarlo. Aunque seguía deseando profundamente que fuera que no.

Fue la primera vez que compré un test de embarazo. Recuerdo que fui a comprarlo yo sola, pensando en que era mejor ir a una farmacia a la que no fuera a menudo. La farmacéutica me miró con cara de preocupación, supongo que mi expresión al pedírselo mostraba el miedo atroz que me generaba la situación. No fue la última vez que compré un test de embarazo.... La siguiente fui bastante más hábil y lo pedí como quien pide una caja de paracetamol, como un gesto común y carente de significado especial. Con el tiempo una aprende que no mostrar las emociones permite vivir mucho más relajadamente.

Dio negativo. Todas las veces que me encontré en esa situación dio negativo.

Aprendí también a no dejarme convencer cuando a él le apetecía probar un rato sin condón porque le daba más gusto. Aprendí a cabrearme si era necesario. Una no debería necesitar cabrearse cuando está follando, pasándolo bien, y a otra persona le da por querer negociar algo que no es negociable y que estaba acordado antes de empezar. Es un abuso. También aprendí a darme cuenta de ello.

Alicia Murillo dice que quien no puede embarazarse no debería opinar sobre el aborto. Yo soy menos absolutista en estos temas, a mí que la gente opine no me parece mal. Pero no deberían poder decidir. Que opinen lo que les dé la gana, pero que no decidan sobre MI cuerpo, MI vida. Menos aun si no han pasado por la experiencia de tener que preguntarte si estás embarazada cuando no quieres estarlo.

Si ahora me quedara embarazada, abortaría. Seguro. Porque ahora tengo claro que no quiero pasar por el proceso de un embarazo. No quiero parir. Si alguna vez tengo hijxs, no será así. Y también tengo claro que abortar, si es voluntario, no tiene nada de malo. Y desde luego, no me convertiría en una víctima, ni tengo ninguna intención de traumatizarme de por vida.



"And if you don’t like abortion
Don’t have an abortion
And teach your children
How they can avoid them
But don’t treat all women
Like they are your children"

lunes, 23 de diciembre de 2013

Más vueltas sobre el amor romántico

De nuevo ando replanteándome todo el tema de las relaciones afectivas, el amor, la vida, las prioridades, los objetivos vitales, el tiempo del que disponemos, el tiempo que realmente usamos... Y las estructuras, claro. Las estructuras en todos los puntos anteriores. En esas estoy y encuentro que



viernes, 20 de diciembre de 2013

Enciendo la televisión

Enciendo la televisión después de muchos días. Están en horario de noticias y hablan de Messi y de unas declaraciones que ha hecho, al parecer muy importantes. Unos minutos antes estaba mirando un periódico deportivo online (una de mis auto-concesiones), así que sé de qué va el tema. Recuerdo las opiniones de los lectores de la página en cuestión, defendiendo al pobre Messi que ha sido injustamente acusado de enriquecerse ilegalmente. Es el absurdo de las supuestas noticias deportivas, al final todo se basa en defender a gente que en un año consigue mucho más dinero del que tendrá la mayoría de la gente que lo lee en toda su vida. Es el Sistema, si no puedes oponerte a él, participa alegremente en los debates sobre si Messi tiene un sueldo lo bastante elevado o aún no.

Un rato más tarde me hablan de la gran suerte que tenemos porque un ricachón ruso ha decidido abrir un gran teatro ruso en Barcelona. Teatro ruso inaugurado con una obra rusa en ruso a la que ha asistido básicamente un público ruso. Y tenemos que alegrarnos porque han elegido Barcelona para ello.

La siguiente noticia dice que los cines Alexandra echan el cierre. Al parecer, al gran mecenas ruso no le quedaba dinero para un cine menor en el que solían poner películas menores (menores en presupuesto, se entiende, que como bien sabemos es lo único relevante).

Y a continuación, como hecho expresamente, me cuentan que por fin se ha abierto otro cine multisalas en la que pondrán películas solo comerciales (nos aclaran que eso incluye películas de cualquier origen con la única condición de que se vendan bien las entradas, por si se nos olvidaba por un momento que lo único que importa es eso, el beneficio económico) pero con una gran cosa, serán en versión original. Y es que en Barcelona lo gafapasta se lleva, que sí, que son pelis comerciales, pero como son en VOSE no pasa nada (o en VOSC, que eso también nos gusta).

Luego viene el repaso de los títulares del día. Destaca el lío que se están haciendo las grandes eléctricas consigo mismas, que ya de tan descarado todo hasta les está dando un poco de vergüenza y se lo van a pensar un poco más, a ver cómo disimulan un poquito mejor eso de que se enriquecen con nuestra pobreza. Y luego Gallardón. Peazo Gallardón. Ya sin disimulos, que los derechos de las mujeres son derechos que no merecen ser tenido en cuenta. Tal cual. Aunque supongo que ni así será eso lo que entenderá su público.

Merche Negro nos cuenta que eso de opinar sin tener más conocimientos sobre los temas que opina que la mayoría de sus lectorxs no acaba de gustarle, así que por ahora lo deja. Raro, incluso dentro del periodismo que pretende escribir desde la izquierda. Y es que el peridismo actual tiene un problema grave de identidad. No se sabe si son filósofxs que deben hacer pensar a la población general (aunque sin preparación para hacer esa función), bufónxs que nos hagan reir son sus twits (jaja, lo retwuiteo cómodamente desde mi ordenador, qué daño que debo haberle hecho al sistema con mi retwuit), o transmisores de una información que la mayoría de la población no quiere recibir (demasiado cansado). Y posiblemente este párrafo me ha salido a imitación de alguno de los muchos artículos de opinión sobre el mismo tema.

Dice Alicia Murillo que parece que siempre tengamos que ser las mujeres las primeras en salir perdiendo, las primeras en ceder, y que está bastante hasta los ovarios de eso. También ha pasado siempre un poco eso con las posiciones de izquierda, por eso se dice que cuando izquierdas y derechas pactan, siempre sale un pacto de derechas. También lo decía el niño de Once upon a time (serie de derechas donde las haya, aunque es interesante ver como evoluciona el papel que se supone que deben tener mujeres y hombres idealmente en la sociedad), que los malos ganan porque los buenos tienen que actuar bien, y cumplir las normas y los pactos.

Suelo pensar que el problema no es ese sino la falta de coherencia. Pero soy rara, es así, tengo que recordármelo a menudo. Suelo pensar que la gente que empieza a luchar y luego lo deja, lo hace por lo mismo que yo, porque se desaniman al ver la incoherencia de la mayoría de gente. Da igual la lucha, en todas pasa, ser coherente es difícil y unx suele perderse en pequeñas luchas de poder que distraen del objetivo final, y mientras está en eso, se auto-traiciona, y luego ya es demasiado tarde.

Mientras miraba la televisión después de mucho tiempo sin hacerlo, he recordado por qué es agradable no mirarla. No es por evitar las malas noticias, es por no ver las malas noticias camufladas de buenas. Es por no ver cómo el foco se pone siempre hacia cuestiones poco relevantes o cómo nos dirigen la mirada personas que no saben mirar. Ya no entro en el tema de la mala fe. Ni siquiera es necesaria.

Antonio Turiel escribía hace poco sobre el problema de hablar para el coro, hablar para un público ya convencido que solo quiere oír lo que ya sabe. Así que la información difícilmente sale de los mismo círculos. Y mientras, la mayor parte de la población apenas sabe nada de cómo exactamente le están robando la cartera.

(Y esto, ves, es un mucho de bla bla bla que no aporta nada. Suerte que no soy periodista.)

jueves, 5 de diciembre de 2013

Compartir amores

- En realidad, lo que no quiero es verte y tener que contener las ganas de abrazarte, besarte, mimarte. ¿Por qué debería hacer eso? ¿Si a mí me parece bien y a ti también, qué sentido tiene renunciar a todo eso? En realidad, todo lo demás me importa bastante menos.

He leído esto y me ha parecido precioso. 

¿Por qué se plantea el poliamor como si estuviera diciendo que quiero compartir a una persona a la que quiero, como si estuviera perdiendo algo? De ahí todo el rollo de los celos, de las discusiones sobre su inevitabilidad y demás. Prefiero plantearmelo al revés, estoy ganando la opción de estar con personas que de otra manera quizá no querrían estar conmigo, porque dedicarían su exclusividad a otrx. Y estoy muy harta de ese muro infranqueable, que siempre tengo que respetar porque va contra mis principios hacer otra cosa.

martes, 3 de diciembre de 2013

C.

C. decide que esta noche deberíamos cenar algo. C. empieza a pensar en qué comeremos y llega a alguna conclusión.Visita la despensa y la nevera... y sale a comprar. C. vuelve de la compra, la guarda y empieza a cocinar. Un par de horas más tarde me llama, "a cenaaar". Cenamos mirando la tele, como siempre. C. termina antes que yo, pero se espera a que termine mi plato para levantarse y llevarse su plato y el mío. Yo me quedo embobada mirando la tele, y mientras, C. aprovecha para lavar los platos. El mismo ritual repetido una y otra noche.

C. es un hombre. Desde el feminismo teorizamos sobre el trabajo doméstico, las tareas de cuidado, cómo repartirlas, cómo valorizarlas. Desde los movimientos de izquierdas teorizamos sobre la creación de riqueza, el reparto del trabajo, la cooperación y la interdependencia. C. no habla demasiado, no suelta discursos, no justifica ni se queja ni pide nada a cambio. Se limita a hacer todo lo necesario.

A veces me ofrezco a ayudarlo y me dedico a pelar patatas un rato. A veces voy a comprar antes que llegue la hora límite y consigo preguntarle qué falta, qué necesita. A veces consigo hacer alguna maniobra para ser yo quien lave los platos, porque si lo hago diciendo que voy a hacerlo, nunca me deja. A veces lavo los platos a otras horas, lo que se ha acumulado por la mañana o al mediodía, aunque siempre es menos. A veces limpio un poco la cocina, o alguna otra zona común. Como gran cosa...

C. me cuida, siempre. Y me sonríe cada vez que nos cruzamos. Vivir con C. es hacer un cursillo avanzado de lo que es un hogar y de lo que es la familia, tal y como siempre había oído que debían ser. Por lo escrito hasta ahora, quizá pueda parecer que C. es mi pareja, pero nada más lejos... Nuestra relación se parece más a padre-hija que a otra cosa. A diferencia de la gran mayoría de personas a las que he conocido, aunque quizá dijeran otra cosa, C. cree realmente en la cooperación. Y la pone en práctica a cada momento.

Como ese día... A. estaba llorando, desesperado, como siempre que se enfada. C. lo cogió en brazos y se acercó a la ventana. Y empezó a decirle que se fijara en los coches. Y luego en las flores de los árboles. "Mira, ya están saliendo, aun son pequeñas, pero ya están creciendo; mira esa de allí, qué bonita, ya es grande". C. es el canguro ideal. 

Yo no tengo el gen ese de limpiar y ordenar que se supone que tenemos todas las mujeres. A veces leo que las mujeres debemos aprender a no cuidar tanto, para equiparar las cosas. En mi caso no tiene mucho sentido, y de tenerlo, no me cuesta demasiado aumentar mi grado de tolerancia con el caos. Quizá por eso creo que lo mío es aprender a parecerme un poco más a C. en tantas y tantas cosas... Hacer el esfuerzo de recordar, siempre, que lo que dejo de hacer tendrá que hacerlo otra persona, y que cargar trabajo de más sobre otras personas no está bien.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Compromiso

Volví a mirar el artículo sobre poliamor que supuso un antes y un después para mí. Al final de ese artículo, hay un vídeo de una conferencia de Marina Garcés sobre el compromiso. Nunca había llegado a escucharla, pero esta vez sí. Acabé por coger papel y boli y tomar notas. Luego vi que la propia Brigitte Vasallo había remarcado y traducido en su artículo uno de los fragmentos que más me llamaron la atención.

Reproduzco un fragmento a continuación (más o menos):

"Comprometre's és, en el fons, deixar-se comprometre [...]. Això vol dir [...], entrar en espais de vida que no podem aspirar a controlar del tot, implicar-nos en situacions que ens excedeixen, que ens exigeixen inventar respostes que no tenim i que no ens deixaran igual que érem. Tot compromís implica així una transformació, una transformació d'un mateix, forçosa, que no té resultats garantits. Això vol dir, finalment, que en aquest compromís que és deixar-se comprometre s'hi dóna una experiència de vulnerabilitat, la immunitat cau. [És una experiència de vulnerabilitat] que ens exposa i ens vincula als altres. I per això en fugim. El compromís, entès així, ens revela la veritat més desagradable per a l'individu modern, que és que existir és dependre."

Traducido (aun más inexactamente, porque no sé traducir):

"Comprometer-se es, en el fondo, dejarse comprometer. Esto quiere decir entrar en espacios de vida que no podemos aspirar a controlar completamente, implicarnos en situaciones que nos exceden, que nos exigen inventar respuestas que no tenemos y que no nos dejarán igual que éramos. Todo compromiso implica así una transformación, una transformación de uno mismo, forzosa, que no tiene resultados garantizados. Esto significa, finalmente, que en este compromiso que es dejarse comprometer, se da una experiencia de vulnerabilidad, la inmunidad cae. Es una experiencia de vulnerabilidad que nos expone y nos vincula a los demás. Y por eso huimos de ella (¿o de ello?). El compromiso, entendido así, nos revela la verdad más desagradable para el individuo moderno, que es que existir es depender."

Cuando lo escuche la primera vez casi me pongo a llorar (sí, tengo una llorera exageradamente fácil). Porque así es como me siento en todas mis luchas, extremadamente vulnerable. Y además, irremediablemente. Porque no es una elección, es inevitable. No puedo ser yo y ser indiferente a las cosas que me mueven. Hacer eso, que sería renunciar al compromiso, sería también renunciar a mí.

Así que primero está el hecho de encontrarte con que tienes que seguir un camino, y a continuación está el darte cuenta de que no tienes ni idea de hacia a donde va. No saber qué traerá, si será bueno o no. Siempre es así, cada vez que descubres una nueva identidad que forma parte de ti y que debes seguir, es así. Y a pesar de todo, comprometerse realmente es tomar la decisión (porque sí es una decisión) de asumir que eso es lo que debes hacer y que vas a asumir radicalmente las consecuencias que seguir ese camino te traiga.

Otro fragmento:

"Comprometre's no és apuntar-se a una causa, a un partit, a una ideologia, sino prendre posició en un món comú i assumir-ne radicalment les conseqüències."

Traducción (aprox.):

"Comprometerse no es apuntarse a una causa, a un partido, a una ideología, sino tomar posición en un mundo común y asumir radicalmente las consecuencias de hacerlo" 

Y aquí me voy directamente hacia Pornoburka, el libro que ha publicado recientemente Brigitte Vasallo. Según ella, un libro sobre identidades, aunque pueda verse también como un libro sobre un barrio (el Raval de Barcelona), o sobre la gentrificación (sobre la que escribía el SrChinaski recientemente). Identidades que acaban por comerse a las personas.

De nuevo, algo con lo que he chocado tantas veces. El cómo-debe-ser-una-feminista. O cómo debe ser una persona que tiene una identidad X. No por parte de la sociedad, sino dentro de mi propia cabeza. Y el descuadre de ver que una no puede estar siempre pendiente de esa identidad, sino que debe ser la identidad (la etiqueta) la que se construya a partir del yo. Pornoburka es un libro que cuenta lo que pasa cuando la identidad pasa por delante, cuando lo que quieres es pertenecer a una determinada tribu, casi a cualquier precio, incluso renunciando a lo que eres realmente. Volviendo a Marina Garcés, sería "apuntarse a una causa" antes que "tomar una posición y actuar coherentemente con ella" (o intentarlo). "Asumir radicalmente las consecuencias" de tu posición, puede significar tener que enfrentarte a esa tribu con la que teóricamente te identificabas. Y está bien que sea así, porque solo desde la diversidad (diversidad de seres, diversidad de posiciones) podemos construir algo que sea realmente útil y positivo para todxs.

Comprometerse, entendido así, es comprometerse con unx mismx y con el mundo. Y no hay otra manera. No es posible comprometerse a medias porque no es posible ser a medias. Aunque los caminos son tortuosos y a menudo unx siente que está desandando lo andado o yendo a la deriva. En cierto modo, es así. Y si solo lo hiciera una persona mientras el resto sigue igual, seguramente sería absurdo e inútil. Pero al hacerlo muchas personas a la vez, cada una con su camino, esto significa cambio, cambio hacia un lugar desconocido.

El Lobo estepario escribía que en toda revolución llega un punto en el que alguien que tiene poder toma la decisión de no disparar, de cambiar de bando de alguna manera. Y es cierto. El tema es... que eso forma parte de la revolución. Una revolución formada por todxs, lo sepamos o no. A fin de cuentas, no es una decisión tomada al azar, sino por alguna razón.

Marina Garcés nos invita a situarnos en la frontera entre el nosotrxs y el los otros. Y a situar en el exterior al nosotros a esas personas que nos roban (aunque sea cumpliendo con la legalidad vigente) las riquezas del mundo común. Una puede situar la frontera donde quiera, asumiendo que las fronteras no son estáticas, que fluctúan, y que quizá no sean demasiado nítidas. Me parece interesante la perspectiva de dejar en el "los otros" a quienes tienen el poder (el famoso 1%), y también me parece interesante la perspectiva de incluir a todo el mundo, incluso a ese 1% icónico que también participa de nuestra revolución continua, readaptando continuamente su poder a las nuevas corrientes. Me refiero aquí a eso que tantas veces me desespera de la facilidad con la que el capitalismo absorbe ideas teóricamente revolucionarias y anticapitalistas.

No soy optimista, he perdido mi optimismo por el camino. Y sin embargo, aun sintiéndome vulnerable, débil, por ello, sé que seguiré en este camino a ninguna parte, participando de una revolución sin fin, que no es más que una eterna lucha de poder por llegar a tener lo que considero que es mío (nuestro), un mundo común. Es peor intentar no hacerlo.

Ya he anotado en mi lista de pendientes el libro "Un mundo común" de Marina Garcés.

martes, 26 de noviembre de 2013

Violencia intragénero

Fui a una charla sobre violencia intragénero. O dicho de otra manera, el maltrato continuado dentro de una pareja formada por personas del mismo sexo o género. Muy interesante. Nuestra ponente quería transmitirnos lo que aprendió en las Jornadas de políticas lésbicas de la FELGTB sobre este tema (el enlace me parece muy muy recomendable y la web general de violencia intragénero también).

Anteriormente escribí sobre violencia entre mujeres aquí y aquí. Con la primera entrada, creo que no estoy muy de acuerdo conmigo misma (o que habría que añadir unos cuantos matices), y en la segunda, creo que falta añadir cosas.

De la charla, uno de los puntos que me gustaron fue que comentó que siempre hay otras puntos de diferencia en las relaciones de poder. Porque el género/sexo es un factor, pero una persona también está formada por otras características: raza, posición económica, posición social, apoyo familiar, nivel de estudios, etc. Todos estos factores tienen ligados también unos privilegios y unas relaciones de poder que también hay que tener en cuenta y que también pueden situar a uno de los miembros de una pareja en una posición más vulnerable que el otro.

Me gustó también que diferenciara claramente entre relaciones tóxicas y relaciones de maltrato. Las primeras son bidireccionales, es decir, perjudican a las dos personas (o más, supongo, aunque sobre este punto debería pensar un poco más), y aunque pueden ser muy perjudiciales, son algo distinto y que debe ser tratado de otra manera que las relaciones de maltrato. En estas últimas una de las personas tiene una posición de poder sobre la otra y la usa para perjudicar a la otra, y no de manera puntual, sino a lo largo del tiempo.

Más, me pareció muy importante también el tema de que las personas LGTB nos movemos en espacios reducidos. Aquello de que "el mundo es un pañuelo", pero mucho más extremo. En las relaciones de maltrato heterosexual, a la víctima superviviente se le recomienda que evite los lugares que frecuenta su maltratador. Esto, en una relación entre personas del mismo sexo o género, es mucho más complicado, porque apenas hay alternativas o no existen en absoluto. En el caso de que ambas personas se muevan en ambientes activistas, es aun peor.

Esto último tiene algún matiz importante que también nos apuntó. Como el tema de que si la asociación LGTB que intenta hacer algo para tratar la violencia intragénero atendiendo a lxs supervivientes es la misma donde suele moverse la persona maltratadora, esto pone en una situación muy complicada a la persona que sufre maltrato...

Hay más cosas interesantes, como cuando estuvo hablando sobre cómo actuar cuando alguien te cuenta que tiene la sospecha de estar sufriendo maltrato, que lo más importante es no cuestionar o negar lo que te están contando así de primeras (que es un impulso bastante común, por desgracia). Y otras muchas cosas sobre las particularidades de este tipo de violencia. Pero de todo esto no creo que sea capaz de escribir lo bastante bien y creo que es mejor buscar otros recursos directamente.

Sobre el maltrato en relaciones hetero, me gustaron mucho los vídeos de "no solo duelen los golpes". Creo que verlos ayuda a entender qué es el maltrato, no como idea teórica sino como algo real, que todxs podemos llegar a sufrir en algún momento. Y es que sigo pensando que romper con la idea propia de "esto a mí no me puede pasar" es lo más importante. Cuanto más lo pienso, más tengo la sensación de que es muy difícil que una persona no esté nunca en una relación abusiva en algún grado.

Al final de la charla nos pidió que levantáramos la mano todas las personas que conocíamos alguna relación con violencia intragénero. Se me pasaron varias por la cabeza. No sé si todo el mundo levantó la mano, pero estoy bastante convencida de que todo el mundo debería haberlo hecho... Y quizá esta es la conclusión principal, que es un tema que no podemos seguir dejando de lado. 


Después de la charla me estuve planteando si conozco alguna relación afectivo-sexual (entre dos o más personas) que considere realmente sana... No estoy muy segura de conocer ninguna ahora mismo (es difícil valorarlo, puesto que tampoco conozco las interioridades de las relaciones). Tampoco sé cómo sería una hipotética relación ideal. Sigo dándole muchas vueltas al tema del amor romántico y demás.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Pecados

L. dice que el que me haya hecho un facebook es uno de mis pecados biopolíticos. Pecado biopolítico es un concepto que se ha puesto de moda y corre como la pólvora entre lxs feministas. No me lo había planteado así, pero supongo que tiene razón. Últimamente cometo muchos pecados de esos. Últimamente me sucede demasiado que decido sobrevivir, y para ello renuncio a lo que tenga que renunciar, ideales incluidos. Renunciar a unos ideales para cumplir con otros.

Pero mis mayores pecados biopolíticos siguen siendo económicos. Tanto pensar en ideales románticos y los temas económicos son los que me están dando una paliza. ¿Puede una feminista que se precie depender económicamente de un hombre? Supongo que debería ir a ocupar casas, montar huertos (urbanos o no) autogestionados, cooperativas de trabajo, etc. Debería montar esa comuna que siempre digo que quiero.

No podemos ser lo que deseamos. Podemos tratar de parecernos a ello. Pero no podemos ser seres irreales que están por encima del bien y del mal.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Necesidades

Periódicamente tengo mis temporadas de depresión-ansiedad que en el momento me parecen insuperables. Se suele decir que todo es una cuestión de actitud vital, que no importan los demás, solo importa unx mismx, etc. Mi experiencia es que para salir de ese punto siempre se necesita alguna aportación externa. Decir lo contrario me parece lo mismo que decir que una persona se muere de hambre porque quiere, como si alimentarse fuera una opción y no una necesidad. Los afectos también son una necesidad.

El tema es que la actitud vital sí puede ayudar a conseguir lo que necesitas, asumiendo que siempre va a ser necesario que haya alguien más colaborando, con lo que este proceso siempre tiene un punto de incontrabilidad, de dependencia externa, lo cual en plena crisis da bastante miedo.

Y la música, siempre la música. Esta vez, Tracy Chapman me hundió un poquito más (aunque me gustó escucharla). Previsible. Pero Melissa Ferrick me fue sacando poco a poco...

viernes, 8 de noviembre de 2013

Bruja

De mayor quiero ser bruja. Yo lo intento todo lo que puedo. Me dejo la vista leyendo sobre cualquier nuevo saber/poder que pueda aprender. Apenas me peino. Me hago crecer la nariz. Vivo de noche. Me rodeo de malas compañías. O de la soledad, según el momento. Me visto con lo primero que pillo. Y me río a sonoras carcajadas cuando puedo.

Supongo que me falta la escoba.

Cada día me atrae más la idea de convertirme en una bruja a todos los efectos. Buscarme una cabaña en un bosque oscuro... Hacer pociones con hierbas extrañas... Leer a la gente con solo una mirada... Ser desagradable con todo el mundo... Borde, maniática, histérica... Y sabia, muy sabia.

Me pido ser una de esas que se follan todo lo follable. Incluido el mismo diablo. En las historias de brujas siempre lo pintan como a un gran amante.

Dirán que nosotras somos las malas. Porque son ellos quienes cuentan la historia. Ellos, los que nos persiguen, los que nos llaman enfermas, los que tratan de controlarnos o exterminarnos. Si el bien está de su lado, el mal no puede ser tan malo... Solo quiero un rincón en el que resistir. Resistir, no esconderme, no bajar los brazos, no abandonar. He luchado demasiado como para ceder ahora.

jueves, 24 de octubre de 2013

La buena gente

Le hago compañía mientras cocina, como tantas veces. Un ritual de esos que con el tiempo una echa de menos... Mientras cocina solemos tener algunas de las conversaciones más interesantes. M. me habló alguna vez de la importancia de las cocinas, especialmente desde el punto de vista de las mujeres, para las que era el espacio central de sus vidas. A M. le gustaba hablar de espacios, pero esa es otra historia.

Ahora no estoy con M, sino con A. y no hablamos de cocinas sino de acontecimientos recientes. Y me dice "es el peligro de las buenas personas". Las buenas personas. Uno de sus grandes temas. Suele hacer eso, primero suelta la sentencia, luego trata de explicarlo, casi siempre con ejemplos. Esta vez me cuenta una película. Un clásico. Uno de tantos clásicos que no conozco, lo cual me convierte en una persona muy inculta, lo asumo.

Me cuenta la película y como siempre, la visualizo. Hasta puedo ver las caras de los actores y las actrices. Nadie es capaz de trasladarme a otros lugares como ella. Va de cómo la gente, así en grupo, da "sabios consejos" por tu bien. Sabios consejos que te destrozan la vida, que te acercan al precipicio, que quizá te acaban matando. El peligro de la buena gente.

Ella no lo sabe, pero su discurso es muy queer. Siempre lo ha sido. Aunque ella no sentiría a la gente queer como su gente, como sí me pasa a mí.

La buena gente es la que se dedica a mantener las normas sociales. "Una mujer de bien no puede vivir sola". "Ese hombre parece muy buen partido, procura arrimarte a él". Parece. El parecer es importante. La buena gente es la que pone el parecer por delante del ser. La buena gente es la que dice cosas como "por qué ser feliz pudiendo ser normal". La buena gente es la que te echa de tu casa por tu propio bien y generan el vacío social contra quien se queja de la injusticia de hacer eso.

Odio a la buena gente. Sin matices, simplemente lxs odio.

lunes, 21 de octubre de 2013

Vengo a llorar

Solía usar este blog para ordenarme las ideas. O para poner por escrito temas que me daban vueltas por la cabeza durante mucho tiempo. Pero ahora estoy en una de mis épocas de luchar contra fantasmas, actividad a la que dedico casi el 100% de mi tiempo.

Se me ha ocurrido, por ejemplo, venir a escribir lo lamentable que es que se dé la noticia de la reacción de las asociaciones de "víctimas del terrorismo" a la sentencia del tribunal de los Derechos Humanos de Estrasburgo sobre la "doctrina Parot" sin un mínimo de crítica o contexto. Que digan una barbaridad como "se están vulnerando los derechos humanos de las víctimas de terrorismo"* y no se comente de ninguna manera que decir eso es no tener ni idea de qué son los Derechos Humanos. Que se puede no estar de acuerdo con una sentencia o con una ley, pero no se puede pretender que la venganza es un Derecho Humano. Que no, que no lo es.

Se me ha ocurrido escribir sobre esto, pero el nudo que tengo en el pecho hace que solo me vea capaz de llorar. "Para qué insistir si ya está todo perdido". "A quien coño le importan los derechos humanos". "Tanto matiz, tanta polla, para qué, si luego caen por centenares de golpe, o por millones por omisión". Sé que no estoy de acuerdo conmigo misma, pero éste es mi estado anímico actual.

Así que he decidido venir a llorar.

Por ejemplo, por gráficos como el de este post. Qué asfixiante que es ver las proporciones de sentencias condenatorias respecto al total de violaciones tan gráficamente. Y falta añadir el subgrupo de violaciones en las que la víctima es consciente de que eso es lo que ha sufrido, porque son tantísimos los casos en que la víctima justifica a la persona agresora... He llegado a ese post a través de la mosca cojonera, como tantas veces, en este caso por su artículo sobre muertes por maltrato dentro de la pareja.

Quizá llorar no sea la mejor reacción. Quizá sea más útil romperlo todo. Pero las rupturas nunca se me han dado bien.


*No añado enlaces para no deprimirme más.

miércoles, 2 de octubre de 2013

De armarios y privilegios

No se me ocurriría juzgar a una lesbiana en el armario. Lo entendería como supervivencia. Podría decir que no lo haría porque sé lo que es la homofobia y la lesbofobia, sé lo agobiante que es no poder ir tranquilamente por la calle con una persona que te gusta. Pero lo entiendo mejor por todas las historias que me han contado. Historias en las que la mayoría de personas que las protagonizan consiguen ser razonablemente felices, pero solo después de superar muchos más obstáculos de los que deberían ser.

No sé me ocurriría juzgar a personas que están más o menos al mismo nivel de escala social que yo cuando tratan de sobrevivir como pueden. Mucho menos me creo con derecho a juzgar a personas sobre las que yo tengo un privilegio.

¿Con qué derecho podría juzgar yo a una lesbiana negra sudafricana que vive en el armario? ¿Con qué derecho podría juzgar a una persona transexual o transgénero en prácticamente cualquier lugar del mundo que vive en el armario?

Igual llega un día en que una mujer transgénero que vive como tal pueda acceder en las mismas condiciones que una mujer cisgénero al mercado laboral (ya no digo en las mismas condiciones que un hombre cisgénero, que sería lo suyo, que todas las personas estuvieran al mismo nivel). Igual algún día la muerte de una persona transgénero importa tanto como la muerte de una persona cisgénero. Igual algún día una mujer transgénero pueda circular por la calle sin correr el riesgo de ser agredida por el mero hecho de ser, o igual el riesgo de sufrir una agresión llega al mismo nivel que tenemos las mujeres cisgénero, que tampoco es el ideal pero es bastante más bajo.

Mientras no llega ese día, no creo que yo (con todos mis privilegios cisgénero) sea nadie para juzgar a una mujer transgénero que actúa socialmente como hombre. No seré yo quien juzgue que en realidad en realidad no es una mujer transgénero sino un machirulo infiltrado. Y mucho menos seré yo quien coloque su armario al mismo nivel que el abuso de algunos hombres cisgénero, blancos y heterosexuales dentro de círculos feministas.

Luego dirán que los hombres con privilegios de hombres no deben hablar en círculos feministas, sino callar y escuchar. Quizá sería bueno aplicarse el cuento y callar y escuchar en temas de transgenerismo y transexualidad.

Otro tema es que a nadie se le debería permitir poner en práctica abusos machistas. "A nadie" incluye también a las mujeres que actúan como machirulos (aunque no sea lo mismo, aunque no estén en el mismo nivel social que un hombre reconocido socialmente como tal).

viernes, 20 de septiembre de 2013

Asumir la derrota

Asumir la derrota. Replegar velas, cambiar el rumbo y seguir corriendo en otra dirección. Rápido rápido rápido. Asumir una nueva derrota, volver a replegar velas, volver a cambiar el rumbo. Y seguir corriendo. Y volver a asumir una derrota, asumir una derrota, asumir una derrota. La vida es lo que pasa entre derrota y derrota.

Si tuviera tiempo de llorar, lloraría. Pero cada vez que paro a lamerme las heridas, pierdo un tiempo precioso y me acerco más a un nuevo abismo.

A veces me pregunto a dónde voy. Y entonces la ansiedad me ahoga. Leo un artículo que contrasta el cinismo de algunxs con la realidad de sufrir un desahucio, y las lágrimas salen solas, antes de que sea capaz de recordar por qué. Ansiedad. Insomnio. Sí, recuerdo esas noches en las que la incertidumbre llegaba a puntos insoportables, a pesar de nuestros intentos por mantener la calma. Si es así sabiendo que no acabarás en la calle, cómo debe ser no tenerlo tan claro...

A ratos creo que estoy desorientada. Pero luego me doy cuenta de que no. No es desorientación, es miedo. Pero recuerdo todo. Recuerdo cómo ha actuado cada persona. Recuerdo en quien puedo confiar. Veo claramente las puertas que me quedan abiertas. Sé que tengo que ir rápido rápido rápido, sé que estoy perdiendo el tiempo, sé que cada vez que pierdo el tiempo las consecuencias son peores, sé que estoy dejándome muchas cosas por el camino. En sentido figurado y en sentido literal.

La mayor parte del tiempo creo que estoy bien. Me siento bien. Luego, pasado un tiempo, miro atrás y veo que cuando creía que estaba bien estaba francamente mal. Aguantando la compostura como se puede. Tratando de sostener un castillo de arena con las manos.

Lo peor... Lo peor no es que te echen de tu casa, ni la flagrante injusticia, ni la descomposición familiar, ni la pobreza, ni las puñaladas traperas de personas que teóricamente están ayudando. No, lo peor es no tener a quien abrazar.

Asumir la derrota es una cuestión de supervivencia. Es lo que marca la diferencia entre sufrir consecuencias malas y consecuencias peores.

Y a pesar de los pesares, vivir.

jueves, 19 de septiembre de 2013

OITNB, bisexualidad y cosas mías

Orange is the new black es la serie de moda. Tanto, que ya tiene su correspondiente abreviatura: OITNB.

Yo la vi de golpe hace... no sé cuanto. He perdido la noción del tiempo en los últimos meses. Supongo que hace eso, mes y medio o dos meses. Después de que algunas personas me la recomendaran insistentemente. Y aun la tengo atragantada. Tengo claro que es una de las mejores series que he visto. Casi puedo asegurar que me gustó e incluso que me gustó mucho. Y aun así, aun no he sido capaz de procesarla. Me quedó cierta angustia asociada a la serie que aun no he conseguido ni descifrar ni aliviar, y tampoco estoy muy segura de si eso es bueno o malo.

Me propongo hacer lo único que creo que va a ayudarme: escribir. Mentalmente lo estaba haciendo hace un rato y me he encontrado con una dificultad importante y es que me disperso un montón. Hay TANTO a tratar, tantas implicaciones políticas y personales, que veo imposible hacerlo de una tacada, así que iré escribiendo según pueda y según vaya saliendo.

Aviso de que vienen spoilers.

De entrada me quedaré en terreno conocido: la bisexualidad de la protagonista, Piper Chapman (si es que puede llamarse así cuando ella en ningún momento se etiqueta). Posiblemente sea la faceta de ella con la que más me identifico. Y observé ampliamente, muy ampliamente, la constante bifobia del entorno en el que se mueve. Creo que de ser yo, no hubiera tardado mucho en mandar a la mierda a mis dos amantes... En la serie queda muy bien reflejado lo que es la bifobia, aunque desgraciadamente, creo que no se le hace la crítica que merece, no hay ni un solo elemento de contrapunto, ni una sola persona que argumente contra los comentarios bífobos, por supuesto tampoco por parte de ella.

Ejemplos. Larry (el novio) está preocupado por si a ella le da por ponerle los cuernos... Y esto lo verbaliza hablando de si a ella se le ocurrirá "volver a cruzar de acera". Como si fuera cambiando, como si no fuera siempre la misma persona con los mismos gustos.

Y ella (Alex Vause)... Tropecientos comentarios tirándole en cara que se "volviera hetero". Y la amante de la amante, en algún momento llega a decir "las heteros son así, no puedes fiarte de ellas". Supongo que podría decir que esto es "heterodesignación". Me limitaré a comentar que este es el problema de tener una identidad con tan mala prensa incluso entre los sectores con mala prensa. Las personas que deberían usar su identidad para protegerse, la evitan, así que no les queda más remedio que ser consideradas alternativamente cosas que no son: o lesbiana o hetero, no hay más opciones. Y esto las hace (nos hace) más vulnerables a los ataques de ambos lados.

Por otra parte, aquí me toca hablar de privilegios. Del privilegio hetero y de mujer-como-debe-ser. (Y también blanca y también cisgénero, pero de esto escribo más otro día). Privilegios de los que la protagonista se aprovecha conscientemente, por lo menos de entrada. Sobre esto, varias cosas.

- Qué subidón cuando se decide a renunciar al privilegio hetero. A lo grande, discurso (suicida) incluido.

- Y segundo. Lamentablemente, con esta parte también me identifiqué un montón. El privilegio hetero está ahí...

Esto me cuesta especialmente reconocerlo porque a menudo es usado en nuestra contra, en contra de las personas que considerándonos no-heterosexuales, seguimos siendo leídas como heterosexuales en algunos contextos. A mí personalmente es un tema que me ha provocado muchas dudas en muchos momentos y aun no he conseguido encontrar una respuesta a todo. Asumo que si fuera heterosexual sería peor, pero creo que en ese caso no tendría la sensación de traicionar a lxs míxs. O no tanto.

El hecho es que quiera o no, me gustara o no, lo hubiera pedido o no, yo tuve esos privilegios, y en parte los sigo teniendo. Y aquí viene algo peor aun: yo he podido elegir. Odio escribir esto, y creo que he argumentado en contra de ello cientos de veces, pero tal y como ahora veo las cosas, no puedo defender lo contrario.

Argumentaba, por ejemplo, que una no elige de quien se enamora. Pero por otra parte... una sí elige con quien mantiene una relación, o a qué personas quiere tener cerca (quizá una no pueda decidirlo sola, pero es una parte importante de la decisión). Yo elegí durante una temporada estar con un hombre en una relación monógama. Yo puedo saber que la relación no fue tradicional en todos los sentidos, pero también sé que desde un punto de vista exterior, nuestra relación parecía tradicional. Que lo pareciera es suficiente como para tener todos los privilegios de pareja heterosexual. Y yo lo sé, porqué también me he movido por la calle mostrándome como lesbiana (siendo leída como lesbiana) y sé que es completamente distinto, que es mucho más desagradable, que una siente muchísimo más su espacio invadido, su intimidad inexistente.  Una siente más el miedo. Ir por la calle con un hombre es como ir con un comodín de inmunidad contra acosadores. Ir con una mujer es lo opuesto, es como "ir provocando".

Cuando empecé a salir con D. (hombre blanco cisgénero y leído como heterosexual, aunque no lo sea) tuve muchas dudas sobre esto. Llegué a plantearme terminar con la relación solo por esto. Como manera de renunciar a estos privilegios (aunque entonces no lo hubiera expresado así). No lo hice, me pareció absurdo renunciar a estar en una historia que me apetecía solo "solo" por esto.

Incluso aunque lo hubiera hecho... yo habría tenido la posibilidad de elegir. El hecho de que me lo planteara lo demuestra. Tener la posibilidad de elegir ES en sí mismo un privilegio.

A la prota le pasa esto. Llega un punto en el que renuncia a su privilegio heterosexual y pasa a ser leída como lesbiana. Y lo que sucede es que se "gana" la furia de lxs vigilantes del género. Porque tener la posibilidad de permanecer dentro del Sistema y elegir salirse de él es un atentado peor que estar fuera ya de entrada.Y sin embargo esto no anula los privilegios.

Resumiendo, que me alegró mucho ver un personaje principal que fuera no-monosexual (ni hetero ni homo). Que me faltó que fuera un poco más protestona ante los abusos bífobos, que a mí se me hicieron duros de ver por lo reales que son (aunque tengo serias dudas de que a la mayoría de gente esto le haya importado nada). Y que en ciertos sentidos fue como darse de bofetones contra el espejo.

Me faltan un montón de cosas por comentar. Como el choque que me supone enfrentarme a toda una cultura basada en la monogamia, y lo absurda que me parece tantas veces. Como el machismo, tanto de Larry, como de las reclusas (las relaciones que se crean entre ellas), como el generalizado. Y el tema racial, que me chocó que no se tratara con algo más de sensibilidad, aunque no sé si fue solo paranoia mía (necesito leer). Y el tema del género, y no solo por la presencia de un personaje transexual. Y de rebote posiblemente me vaya a otras series y a historias reales... O posiblemente se me olvide buena parte de esto. Y el tema de la locura.... Son taaaantas cosas.

martes, 17 de septiembre de 2013

Amistades...

Escena 1: Estamos sentadas en un banco, charlando tranquilamente. Y de algún modo, vamos a un punto incómodo. Una de ellas se declara "de derechas". Así, sin matices, ni pseudo-centralismos. Otras le restan importancia al tema diciendo que "hay muchos tipos de derechas". Como si hubiera confesado seguir al Real Madrid en un grupo de aficionadxs del Barça. Como si no fuera personal. Como si fuera una discusión puramente intelectual. Pero no lo es, y es absurdo pretender lo contrario.

Escena 2: Vamos por la calle. Uno de los chicos empieza a quejarse de que el estado "lo considera rico". Se queja de que no puede acogerse a ningún subsidio ni descuento. Aquí es importante el detalle de que este chico tiene un buen sueldo, que seguramente duplica el sueldo medio. Primero le comento, aun más o menos tranquila, que el estado no es que lo considere rico, sino que sencillamente no lo considera pobre. Luego acabo llevándole a territorio personal, y le recuerdo a cierta persona que tiene cero ingresos, siempre, y que no puede acceder a la Renta Mínima de Inserción.

Luego alguien soltará la chorrada esa de "el amor no entiende de ideas políticas".

Y esto me recuerda... Un chico me contaba que el chico que le gusta le ha dicho que vota a UPyD. Lo intentaba defender, pero a la vez, confesaba que cuando se enteró momentáneamente "se le bajó todo".

Y esto me recuerda... Me hablaban de una chica, con la idea de arrejuntarme con ella. Les dije que no creía que la chica en cuestión se dejara seducir por el poliamor ni por asomo... Y entoces se lo plantearon... "Ya, es cristiana, militante de Convergència (Democràtica, la C de CiU)..." Y aquí ya me planté tajantemente. Por ahí sí que no paso.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Sobre Cataluña

Escribir, reescribir.

Escribir, por ejemplo, sobre ese amigo de Madrid, que después de pasar unos días en la capital volvía a Barcelona. Y me decía que estando allí pensó un par de buenos argumentos en contra de la independencia de Cataluña. Pero luego apareció en escena Ana Botella. Y un poco más tarde los de extrema derecha animando el ambiente. Así que se quedó sin argumentos.

Argumentos.

Podría escribir cómo estos días estuve tentada con dejarme llevar por este movimiento social impresionate. O escribir: envidia. Porque paseando por Barcelona después de la cadena humana (de la que me abstuve conscientemente), se me escapaba la sonrisa. Tanta tanta tanta gente... Y las familias. Tantxs niñxs. Y la tranquilidad. Y los dos mossos (policía) paseando tranquilamente, hablando entre sí amigablemente, relajados. Y la chica a la que se le cayó un pañuelo al cruzar delante de una furgoneta de los mossos, y se paró a recogerlo tranquilamente, y la furgoneta no hizo una de sus arrancadas sin mirar, así que la chica no corrió peligro. Y las banderas. Creo que nunca había visto tantas banderas.

Argumentos.

Escribiría que en realidad esos personajes de extrema derecha en realidad le han hecho un favor a la causa independentista. Lo escribiría si esto fuera una cuestión de argumentos. Una competición por ver quien plantea mejor las cosas. Algo intelectual, o una competición entre iguales.

Y aquí daría una vuelta más de tuerca. "Eso tendría sentido si España fuera Cataluña". Escribiría esto, hasta me lo creería un poco. Sí, aun a veces se me pasan cosas así por la cabeza. Pero lo rechazo en cuestión de segundos, porque eso significa suponer que en Cataluña sí es una cuestión de argumentos, significa creer que aquí la que gente sí hace las cosas a conciencia.

También podría escribir sobre otros amigos. Podría escribir sobre los argumentos fascistas que oigo a veces. Argumentos, ya. Casi escribo que ver esto es lo que hace que se me pase el momentazo, que ya no quiera ni independencia ni historias. Lo mismo que me contaba mi amigo de Madrid, pero al revés.

Pero sabes, lo importante es que los argumentos no importan. Que si alguien te parte la cara no importa que no tuviera razón. Que en realidad, tener razón, así en general, no importa una mierda. Ni siquiera te dan una medallita ni te ponen un punto positivo.

Y luego miran la tele, y escuchan lo que dicen lxs pseudo-politicxs de siempre. Y les digo que es teatro, pero no parece que les importe mucho lo que digo. Supongo que esto último es lógico, pero este no es el tema. El tema es que se creen el teatro, y se creen que importa lo que dice uno o dice otra. Y no importa una mierda nada de todo eso. Importa lo que hacen. Importa que se admita que unos fascistas entren en un lugar y agredan a la gente. Importa que se iguale eso a la agresión a unos símbolos, como si los símbolos sintieran. Importa que se prohiba preguntar. Importa que confundan lo que hacen con la democracia o con la política real. Y las relaciones de poder ni las mento, porque las relaciones de poder están muy lejos de ser consideradas algo relevante (así, a nivel conceptual).

Y aquí escribiría sobre esas personas que no pueden pagar sus deudas y se creen que es culpa suya y que se merecen las desgracias que viven. Podría escribirlo porque es lo mismo. Es a lo que lleva creerte el teatro.

Escribir - Reescribir.

Mientras no queráis destruir el propio estado, no contéis conmigo.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Escuchar

Una de las cosas más importantes de aprender desde los movimientos de izquierdas es a escuchar. Incluyo aquí el feminismo como movimiento de izquierdas, igual que el ecologismo y tantos ismos más, porque como ya he escrito muchas veces, creo que todas ellas forman parte de un todo.

Hace unos meses vimos el caso de FEMEN y Amina, del que se escribió mucho. De todo lo que leí, me quedo con la crítica de Brigitte Vasallo, quizás porque fue la primera que leí un poco elaborada (aunque esto no significa que fuera la primera en escribir). Un caso clarísimo de lo que pasa cuando la gente con muy buena voluntad se deja llevar por los prejuicios y decide "ayudar" sin preguntar.

Estos últimos días, un nuevo ejemplo de feministas negras señalando el racismo que las feministas blancas han sido incapaces de ver. Y aun sale alguna diciendo que "no es para tanto". Siempre olvidando las relaciones de poder... No se puede decir "no es para tanto" desde la posición privilegiada. Hablo del también comentadismo baile de Miley Cirus en los premios MTV. Aquí un artículo donde se critica, el mismo que colgaron en el Facebook de Pikara.

Y también de este verano, el famoso beso ruso, también malinterpretado. De nuevo, Brigitte Vasallo escribió sobre el tema, señalando la importancia de las diferencias culturales en la comunicación.Y también La Mosca Cojonera escribió un gran artículo sobre Rusia y las migajas que deben ser interpretadas.

Así que escucho a Jesusa Rodríguez hablando de su trabajo con las indígenas y me encanta. Porque no es el ruido habitual, sino que es alguien hablando de su experiencia directa. Igual que me gusta cuando puedo escuchar a gente de Enginyers Sense Fronteres, que tienen también este tipo de actitud, dándole sentido a la palabra "solidaridad", sin convertirla en una caridad con matices. Escucho a Jesusa Rodríguez y pienso que esto es lo que deberíamos hacer más, escuchar.

Solo 5 minutos, recomendable a cada segundo:


Me quedo con una de las frases finales, "solo el pueblo puede salvar al pueblo". 

No va a alcanzar


jueves, 5 de septiembre de 2013

Brigitte

He estado en esta charla / mesa redonda
He visto a Brigitte Vasallo en persona. Me he sentido fan como pocas veces en mi vida. Y por supuesto, me he reafirmado un poquito más en el poliamor.

Me he reído de alguna otra persona por tomar notas, pero ahora pienso que igual no era mala idea, porque me ha encantado, pero no soy capaz de escribir el qué ni el por qué. Así que lo escribo aquí más para que quede constancia (para recordarlo cuando lo relea) que por aportar nada...

sábado, 31 de agosto de 2013

Aprendizajes

Durante muchos años no quise salir del armario antes mis hermanxs pequeñxs. No quería que su padre me acusara de "haberlxs convertido" si algunx de ellxs luego "salía" LGTB+. Aun así trate de ser lo que yo consideraba una influencia positiva. No sé cuanto hace desde que me cansé de no poder contarles mi vida y les dije que era bisexual.

Hoy también les he hablado de poliamor. Hoy les he hablado de muchas cosas. Hoy me han preguntado si todos mis amigos son gays y les he dicho que sí. También les de contado que tengo ganas de ligar y que no sé como hacerlo porque nunca aprendí a hacerlo. Y cuando se han ofrecido a presentarme a gente, les he dicho que a parte del detalle de la edad (que para mí sigue siendo importante, aunque esta es otra historia), estaba el punto de que difícilmente podrían presentarme a nadie que cumpliera mis prerequisitos. Les he contado que hace años llegué a la conclusión de que nunca estaría con un hombre porque no creía que fuera posible conocer a uno que me pareciera tolerable, y que en el improbable caso de que llegara a encontrarlo, pensaba que lo más probable era que él también fuera bisexual. Cosas de la vida, eso fue lo que pasó. No sé si les había dicho que él también es bisexual.

También les he contado mi teoría casera de que dos tercios de las mujeres tienen el potencial de sentirse atraídas por otras mujeres. Supongo que ahora si algún día alguien me acusa de "convertirlxs" podrán hacerlo con fundamento. Y lo prefiero así, porque creo que es algo positivo poner en duda algo tan básico como la propia orientación sexual. No quiero que mis hermanxs pasen toda su vida sin conocer a fondo esa faceta de su vida. Así que creo que ayudarles a dudar es enriquecerlxs.

También me han preguntado si todas mis amigas son gays. Y les he dicho que sí, pero... Pero no sé si se puede decir que ahora mismo tenga amigas, no sé tener amigas. Y luego en algún momento hemos hablado de la tensión sexual con las amigas. Un problema que tengo... desde siempre. Y luego me han dicho, "claro, por eso solo tienes amigos gays", y les he respondido que sí, que claro, que es así. Y les he hablado de ella y les he dicho que no les recomiendo intentar nada con una amistad. Y me han dicho "pues yo conozco todo un grupo de amigos que se han liado todos con todos y siguen siendo amigos". Y me he quedado pensativa... Y no les he dicho lo que pensaba porque aun duele demasiado.

Cuando hemos hablado de poliamor y les he dicho que en realidad sí que tengo una relación, me han preguntado que por qué quiero ligar entonces. Cuando alguien me hace preguntas tan fuera de lugar la mayoría de veces no sé reaccionar como corresponde, que es diciendo que esa pregunta no tiene sentido. Qué relación tendrá una cosa con la otra. Quiero ligar porque eso es lo que me apetece en este momento de mi vida. Pero eso no he sabido decirlo, claro. Y aun así ha estado bien hablar con ellxs de este tema y contarles una faceta de mi vida que considero tan importante ahora mismo.

También hemos hablado de amistades frikis. Y les he hablado de otra de mis teorías, por la cual todos mis amigos, además de ser gays (u otras opciones distintas a la heterosexualidad), también son frikis. Y es la de que las personas frikis, a diferencia de las no-frikis, son más tolerantes con el autismo ajeno. Y otras formas de rarezas. En mi mente hay toda una corriente de pensamiento relacionando la temática queer con la temática friki. La primera vez que me hablaron del orgullo friki me reí, pero luego caí en que tiene todo el sentido del mundo. No solo se suicidan adolescentes LGTB+ por el acoso en el colegio y/o instituto. También lo hacen muchas personas frikis. Y personas que son frikis y LGTB+ a la vez. Lo que me sorprende es no haber leído nada sobre esta intersección en particular.

Tengo la impresión de que en el último mes he envejecido un año entero. He vuelto a poner en práctica eso de que llegado el momento haces lo que hace falta y dejas de plantearte si da pereza, si te da miedo y tantas otras cosas. Peor es la alternativa de no hacerlo. Una vez más, tengo clarísimo que los seres humanos nos adaptamos muchísimo más de lo que la mayoría de gente piensa (por lo menos entre la parte de población que conozco, que no es muy representativa). Lo mejor de haberme encontrado en las circunstancias difíciles en las que me he encontrado a lo largo de los años es haber aprendido esto.

sábado, 10 de agosto de 2013

Sobre problemas sistémicos

Temas varios. Beatriz Gimeno habla de los paralelismos entre la situación actual y la época previa a la subida al poder del nazismo. Hacia el final se pregunta si no deberíamos empezar a preocuparnos (entiendo que todas esas personas susceptibles de llevarnos la peor parte de volver al poder el fascismo). Se piensa a menudo en por qué no marcharon lxs judíxs de Alemania... No sé ellxs, pero yo ahora ni siquiera sabría hacia donde ir.

Pablo Echenique escribe otro artículo que me ha encantado, en este caso, sobre el hecho de votar a partidos capitalistas. "Me parece que es como darle las llaves de tu casa, un cola-cao caliente y un beso en los morros al que viene a desvalijarte sin pudor." Desvalijarte seguramente lo harán igual, pero quizá no estaría de más ponérselo un poquito más difícil.

Y también en eldiario.es leo una entrevista a Antonio Turiel (el mismo de The Oil Crash). No me gusta el titular, porque hablar del fracking creo que es pasar de puntillas por el tema importante, que es el decrecimiento y la necesidad de un cambio de sistema. Por lo demás, no dice nada nuevo, pero me ha gustado ver que en el diario.es se hable de este tema. Creo que hace falta más. El tema del decrecimiento económico debería ser uno de los grandes temas dentro de los movimientos de izquierdas y aun falta para que sea así.

Varios temas, pero que son el mismo: el sistema politico-económico.

jueves, 1 de agosto de 2013

Días como hoy

Solo tengo la cabeza clara a partir de las 3 de la madrugada. Debería arreglar mis horarios. Debería hacer muchas cosas. No consigo ganar peso. En realidad, sigo perdiendo peso. Odio perder peso. Sí, ya sé, "qué envidia", bla bla bla. Odio que la gente me diga que me tiene envidia por estar en los huesos y no conseguir engordar. No tiene nada de bueno, joder.

Hay días que estoy bien. Me siento fuerte. No físicamente, porque cuando estás tan delgada como yo, es imposible estar fuerte físicamente. Pero sí mentalmente. Hay días que me siento capaz de superar todos los problemas que tengo justo ahora. Y hasta me siento viva por tener que enfrentarme a ellos.

Y luego hay días como hoy.

Y en días como hoy lo único que me apetece es mandar a la mierda a todo el mundo. Especialmente a esas personas que se ofrecen a ayudarme. De palabra. Pero que no están aquí, a mi lado, ayudándome.

Y me pregunto de qué mierdas sirve todo. De qué mierdas me sirve saber que mis males no son solo míos. Que son colectivos. Que solo soy una de tantas personas que se creyó que formaba parte de la "clase media" y de la noche a la mañana se encontró con la pobreza. De frente. Aquí.

Y aun debería fustigarme. Porque tengo privilegios. Sí, tengo el privilegio de poder sobrevivir. Sobrevivir es un &%$& privilegio. Los derechos humanos son privilegios. Así son las cosas. Asúmelo, si se te respeta algún derecho humano es que eres una persona privilegiada.

Puedo sobrevivir, sí. ¿Pero hasta cuando? Aunque ahora ponga unos cuantos parches y tire adelante una temporada más, ¿aguantaremos la próxima oleada?

domingo, 21 de julio de 2013

Calibán y la bruja

Esto es lo que tengo ganas de hacer: construir un castillo de arena grande grande. Y luego coger una maza y destrozarlo.

¿Por qué es tan esencial Calibán y la bruja? Pues porque cuando lo lees ves como nos han convertido en un castillo de arena. Han eliminado la cohesión social de forma sistemática. Siguen haciéndolo en los lugares donde aun existe. Y quizá mirando en la historia puede quedar alguna duda, pero ahora no; lo hacen deliberadamente.

Miramos una peli cualquiera "del oeste". Deciden que necesitan una cabaña, así que la construyen. Aquí, con todas nuestras "riquezas" no podemos construirnos una cabaña. Esto no sería demasiado grave si las riquezas creadas sirvieran a todo el mundo. Pero no, nuestras riquezas son particulares, no colectivas. Esta es la diferencia entre lo colectivo y lo particular. Cuando existe lo colectivo, trabajar mucho sirve de algo, por poco que sea. Cuando no existe, puedes encontrarte que por muy buena voluntad que tengas, de nada sirve todo tu esfuerzo. Nos han robado nuestra capacidad productiva.

Yo no tengo nada. Todas mis propiedades son nada. Lo único que tengo de valor son las relaciones humanas.

Calibán y la bruja es esencial porque al leerlo ves con total claridad cómo el machismo es la gran herramienta para eliminar la cohesión social, dinamitar las relaciones humanas, lo único de valor que tienen quienes no tienen nada. El machismo y el capitalismo la misma mierda son, porque el mismo propósito tienen. Más poder en manos de quien tiene más poder, y menos poder en manos de quien menos tiene. Y en ambos casos, se consigue de manera que quien menos tiene tenga la impresión de que está ganando, cuando en realidad solo pierde. Y pierde y pierde y pierde.

Los seres humanos valorados únicamente en función de lo que pueden aportar al capital. No solo a ojos del capital, no. También para el conjunto de la sociedad. Hasta ese punto han ganado. (De todo esto tengo algunos ejemplos cercanos de los que ojalá, cuando haya pasado tiempo suficiente, pueda escribir)

La historia que cuenta Calibán y la bruja es la historia de una derrota. Nuestra derrota.

Esto es lo primero. Luego hay muchas más cosas interesantes.

Me llamó la atención el tema de la prostitución. Cómo se anima desde el poder (masculino) cuando interesa, y luego se persigue porque deja de interesar. Primero consiguen que las mujeres solo tengan su propio cuerpo. Luego les dicen que su cuerpo no es suyo. El cuerpo de las mujeres en el centro de las disputas por el poder. Y la sexualidad femenina como poder que quienes tienen el poder no pueden controlar, así que primero lo intentan y luego lo criminalizan.

El tema de la sexualidad femenina es interesante porque refleja la evolución en la percepción social que se tiene de las mujeres. No es cierto que siempre se haya visto a las mujeres como seres asexuales. Esto también es provocado artificialmente. Por eso defender que las mujeres son naturalmente más válidas para las tareas moralmente más pulcras (los cuidados abnegados, la carga del trabajo doméstico, o incluso el estudiar duramente) también es muy machista.

Y está el tema del control de la natalidad. La historia de cómo el control de la natalidad pasa de estar en manos de las mujeres a estar en manos del poder (masculino). Mientras el control lo tienen las mujeres, se benefician ellas, se benefician sus familias y se beneficia la población general. Una población más escasa provoca que haya menos escasez de recursos, con lo cual, quienes tienen el poder, tienen más complicado abusar de él. "Expropiar" el control de la natalidad es el primer paso para el control de la población, y en consecuencia, de la mano de obra.

El racismo, no como algo innato en la condición humana, sino como algo fomentado igual que el machismo, con las mismas estrategias y con los mismos objetivos. La blanquitud como vía para "naturalizar" la opresión. Y tiene guasa, porque sigue funcionando. Feministas racistas, y personas en lucha activa contra el racismo que fomentan el machismo. Cuando el poder es mundial y globalizado, también debe serlo la resistencia.

La "conquista" de América como vía de escape para el poder europeo. El poder se ejerce simultáneamente en diversos lugares, pero la resistencia solo se presenta localmente.

Y el capitalismo... qué decir del capitalismo. En la línea de lo escrito tantas veces. Que no libera a nadie más que a quien tiene poder. Que la prosperidad que tenemos aquí (en Europa) es gracias a la opresión en otros lugares, no a las bondades del capitalismo. Que la "solución" del capital ante cualquier "crisis" siempre es la misma: más expansión, más opresión.

La esclavitud. ¿Sabes cuando acabó la esclavitud en Europa? Yo me lo he preguntado muchas veces. Porque el fin de la esclavitud en Estados Unidos es famoso, pero en Europa no se habla de la propia esclavitud. En este libro también se habla de esto. Y de cómo la esclavitud fue fatal para lxs trabajadorxs de Europa (igual como ahora es fatal para nuestros salarios que en otros lugares se pueda explotar a la gente).

La ciencia como herramienta para el poder; ¿qué es ciencia y qué no? Ahora quizá podamos establecer algún criterio objetivo, pero no fue así en los inicios de la ciencia, momento en el que la respuesta era puramente política. La ciencia era lo correcto, la brujería, lo que debía ser perseguido. "Casualmente", la ciencia era cosa de hombres y la brujería de mujeres; la ciencia era una actividad casi individual, y la brujería, en sus inicios, colectiva. (En esta parte me acordé mucho de quienes ahora hablan despectivamente de "magufos")

Curiosidades varias:
- Ya en el siglo XVII se habla de la "vagancia" como elemento por el cual una nación es menos productiva que otra. Ahí seguimos (todos nuestros problemas existen porque "no somos como los alemanes", aunque los propios alemanes no son como los pintan).
- El "canibalismo" también existía en Europa.
- En las décadas de los 80 y de los 90 seguían habiendo persecuciones de brujas en África y América Latina, aunque difícilmente llegaba a hablarse de ello en Europa. Me pregunto si se acabaron o siguen estando.

domingo, 14 de julio de 2013

Bisexualidad y TV3


Hace unos años, en el programa de la mañana de la televisión catalana, Els matins, tuvieron una salida que no sé a cuento de qué venía. "La bisexualidad no existe". Dos mujeres reafirmándose la una a la otra en esa "gran verdad". Supongo que les debió parecer la afirmación más gayfriendly del mundo. No he encontrado ningún vídeo, pero fueron varios episodios bífobos. La primera de la que tengo constancia, el 13 de febrero de 2006, discusión entre Helena Melero y Pilar Rahola. Unos meses más tarde, el 11 de octubre, durante una tertulia (de nuevo con Helena Melero) entre varias personas vuelven a menospreciar al bisexualidad. Y el 12 de octubre, vuelve a caer alguna perla.

Estos son los episodios de los que tengo constancia. Aunque por lo que me dijeron, tanto antes como más tarde (años más tarde), hubo momentos parecidos en el mismo programa.

Y ahora no salgo de mi sorpresa. La misma Helena Melero casi casi parece bi-friendly (este es un vídeo del 20 de junio). No es la primera vez que fueron personas bisexuales a explicar su experiencia, pero quizá sí la primera en la que las preguntas eran razonablemente respetuosas y en la que previamente se habían entrevistado con una periodista del programa (que también interviene en la tertulia). Y, para más sorpresa, hasta hablan de otras orientaciones, como la pansexualidad, y otras identidades de género más allá de hombre-mujer, con la demoledora frase de "es que ahora se ha abierto mucho este tema". Sí, ahora.

Años atrás, también en la televisión catalana, pero en otros programas, ya se había tratado el tema de un modo más... cómo decirlo... ¿empático? En el programa Sexes (que se emitía de noche y avisando de que era para mayores de 18 años), en diciembre de 2005, hicieron un reportaje sobre bisexualidad, aunque parece que el vídeo ha desaparecido de la web. Tampoco me gustaba mucho. Reafirmaba el tópico del hombre bisexual que está casado con una mujer pero le pone los cuernos con algunos hombres, a los que solo busca para follar.

El vídeo que parece que por ahora sí que está es el de "Tot s'hi val" (marzo de 2007), del programa Entrelínies, y donde entre otras aparece Itziar Ziga (defendiendo una posición con la que no estoy nada de acuerdo, por cierto). Este me gustó bastante más, porque es el seguimiento de tres personas que hablan de cómo lo viven, sin pretender ser "casos representativos", con lo que refleja más la diversidad de maneras de vivir no-monosexuales. Lo que menos me gusta es el título. "Tot s'hi val" ("Todo vale") creo que no se corresponde en absoluto con lo que es la bisexualidad o la no-monosexualidad. Cuando lo emitieron y lo hablamos entre personas bisexuales, algunas se quejaron de que daba una imagen demasiado promiscua. Es posible, pero si esas fueron las personas que voluntariamente salieron en el programa y resulta que vivían así, tampoco se puede pedir otra cosa. Y más teniendo en cuenta que las mismas personas que se quejaban habían tenido la oportunidad de ofrecerse a aparecer y la habían rechazado.

Como es obvio, esto no es un repaso exhaustivo sobre todo lo que ha emitido la TV3 sobre la bisexualidad. Lo que me gusta es ver la evolución. Me ayuda a pensar que algo de lo que hice sirvió de algo, por poco que fuera.

miércoles, 10 de julio de 2013

Homofobia policial

Han pasado días, pero hay gente que no se enteró. Hablo de la redada en locales LGTB+ del Raval (Barcelona). Esos que no son del gayxample. Lo leí primero en eldiario.es. Luego he ido leyendo más cosas en lugares distintos, siempre con la duda persistente de qué es lo que buscaban los mossos (policía de Cataluña). De personas que lo vivieron en directo, aquí y aquí. Por internet hay bastante más publicado, pero tampoco creo que sea buena idea sobresaturar. Lo importante es que se difunda, que sepamos lo que hay.

martes, 9 de julio de 2013

Vamos provocando

Pikara colapsa, seguramente por la cantidad de visitas al artículo de Tetas y toros. El artículo en cuestión se ha llenado de comentarios, a cada cual más machista. Decir que una mujer que enseña las tetas igual no quiere que la manoseen al parecer es super feminazi. El argumento de que quizá tampoco ha sido ella la que ha elegido ponerse en esa situación, tampoco les parece lo bastante convincente.

Me ha recordado a cierta discusión de hace años. Él me contaba cómo en los conciertos de un determinado grupo heavy era práctica común que una de las chicas del público subiera al escenario y enseñara las tetas. A uno de los conciertos a los que asistió, subió un chico y una chica. Del chico se esperaba que hiciera un poco el tonto con el grupo. De la chica, que enseñara las tetas. La chica se negó, y a continuación le indicaron que bajara.

Me lo contaba y veía el machismo evidente. Pero a continuación añadía que no entendía para qué había subido la chica si "ya sabe lo que hay". Y yo me cabreaba. Y él no entendía por qué.

Este es el gran argumento de los comentarios del artículo, "si ya saben lo que hay, que no vayan si no lo quieren". En catalán hasta hay un dicho: "si no vols pols, no vagis a l'era" (si no quieres polvo, no vayas a la era). El argumento definitivo. Si a una la agreden o la violan, es porque lo andaba buscando.

Conclusión, una debe autolimitarse los lugares a los que va. No debe subir a ese escenario, no debe participar de la forma que más le guste en los sanfermines, no debe manifestarse en la plaza Tahrir, no debe, no debe, no debe... Por su propio bien, mejor que se quede en su casa. O ya ni viva, porque hasta en su casa puede que vaya provocando a los pobres machos indefensos que no tienen más remedio que agredirla sexualmente.

Me ha recordado también a una entrevista que leí/oí hace muchos años (la tengo en mente como una nebulosa, no sé ni donde ni a quien ni nada). Comparaban la censura de la dictadura con la autocensura de ese momento (antes del boom de internet, cuando la información se transmitía por televisión o a través de los periódicos). Llegaban a la conclusión de que la autocensura era mucho peor, porque no había un límite claro, sino que era una idea difusa basada en el miedo, que conseguía que lxs periodistas limitaran mucho más la información que daban que una censura oficial.

Modelo energético

En Salvados hicieron un programa sobre el modelo energético que consiguió dar una sacudida a la gente. Ponía sobre la mesa el tema de que algo tan esencial como es la energía está controlado por muy pocas manos. Nada nuevo, lo interesante fue el punto de que pusiera el foco allí. De repente me encontré con que varias personas me preguntaban si lo había visto; personas que sabían que llevo tiempo obsesionada con las energías renovables. Y es que si lo digo yo, no importa demasiado, ya se sabe que me pierden las conspiranoias. Pero si quien lo dice es Jordi Évole, entonces es verdad y es que hay razones reales para preocuparse.

No, no lo vi, ni entonces ni durante meses. A fin de cuentas, yo ya sabía lo que iba a explicarme.

Dicen que después del programa, hubo presión por parte de las grandes compañías eléctricas para acabar con Salvados. Dicen que se evitó gracias a la presión ciudadana a través de una plataforma de recogida de firmas digital. Pero que aun así, la presión de las eléctricas frenó la segunda parte. La parte en la que seguía hablando sobre el problema de la energía y se enfocaba más sobre las energías renovables. A raíz de esto, se recaudó dinero (también a través de una plataforma digital, supongo que esto es lo que llaman "democracia 2.0") para rodar otro reportaje. En este no sale el periodista estrella y el ritmo del reportaje es muy distinto.

Lo enlazo porque creo que vale la pena propagar este tipo de iniciativas. Sin embargo, lo cierto es que algunas cosas del reportaje no me gustan mucho. Como que deje tan bien paradas las energías renovables, y además repitiéndose considerablemente. Como si todas las energías renovables fueran iguales y perfectamente limpias y revolucionarias en el mismo grado. Creo que el resultado es que da información sesgada. Y aun así lo enlazo, porque vale la pena propagar este tipo de iniciativas.

Estuve en una charla relacionada con todo esto y me gustó especialmente que remarcaran la capacidad democratizadora distinta para cada tipo de tecnología. Me gustó que hablaran de la necesidad de que las demandas y las decisiones sobre cómo afrontar los problemas energéticos tenían que llegar "desde abajo". Me hizo gracia, porque puede parecer que es un tema completamente técnico (igual que dicen que son técnicas las decisiones sobre economía) y no. Es político. Desde la técnica se puede aportar información que ayude a decidir. Y posteriormente se puede ejecutar. Pero la parte de las decisiones no es técnica en absoluto.

Hablaron también de "Soberanía energética". Y del "derecho humano a la energía". Este último concepto también me pareció muy interesante. A fin de cuentas, una cierta cantidad de energía es indispensable. A veces se piensa que "en la antigüedad" no se usaba energía, pero una de las imágenes mentales más típicas de "la antigüedad" incluye el fuego... y el fuego es energía. En Europa, antes de que nos diera por quemar carbón y otros combustibles fósiles, arrasamos con buena parte de nuestros bosques. Así que la solución no pasa por volver a la edad media, ni a la edad de bronce, ni a la de piedra (por lo menos a partir de que se extendiera el uso del fuego), porque en todas esas épocas se quemaba madera de forma descontrolada, con lo que tampoco eran sostenibles (seguramente esto habría que matizarlo mucho, pero como idea básica creo que es válida). Y hay que tener en cuenta que la población actual es mucho mayor que la que había entonces.

Aprovecho para enlazar la Plataforma por un nuevo modelo energético (que están detrás de Oligopoly2). Y también aprovecho para decir que a pesar de seguir sin tener dinero, me he hecho socia de SOM Energia. Si tengo que esperar a tener dinero, no lo haré nunca, y pocas cosas me parecen tan importantes como ésta.

viernes, 5 de julio de 2013

Distopías

Alguna vez he dicho que no me gustaban este tipo de entradas porque lo único que hacen es que crezca el miedo y eso es muy improductivo. Pero estoy con el ánimo cenizo y le voy a dar rienda suelta...

A veces pienso que nunca el mundo había estado tan cerca de que se puedan dar tantas distopías como en la actualidad (para resumir, una distopía es lo opuesto a una utopía). Por la cantidad de posibilidades y la gravedad de todas. Voy a listar todas las que se me pasan por la cabeza ahora, no sé si me dejaré algunas. Y seguro que de otras ni siquiera me he enterado.

- Control total sobre la población, al estilo 1984. Me pregunto qué hubiera pasado si cuando empezó a usarse el teléfono entre la población, alguna compañía hubiera ofrecido que las llamadas serían gratis a cambio de grabar todas las conversaciones y poder explotarlas comercialmente. Tengo la sospecha que la gente no lo hubiera aceptado tan alegremente como ahora se acepta el control de internet y la falsa gratuidad de los servicios. A esto habría que sumar la proliferación de cámaras "por nuestra seguridad". Y cosas como que en las series que llegan de Estados Unidos, la policía considera motivo de sospecha que algo se pague en metálico y no con tarjeta de crédito (remarco lo de las series porque me parece una señal clara de que este hecho está aceptado socialmente).

- Colapso energético. Ya he escrito varias veces sobre este punto. El principal problema empezaría con la falta de petróleo, especialmente en lugares donde se tiene que comprar, como España.

- Catástrofes relacionadas con el cambio climático. Sobre esto también se ha escrito mucho. No sé sabe qué pasará ni cuándo.

- Problemas relacionados con la salud, especialmente por enfermedades nuevas, o viejas pero con nuevas inmunidades. Aquí un artículo sobre lo que puede pasar si se mantiene la tendencia de dejar de investigar sobre este tema.

- Pérdida drástica de biodiversidad. Es el gran tema de las especies invasoras, especies que cambian de lugar y se adaptan rápidamente a los nuevos medios naturales, desplazando a las especies autóctonas. "Desplazando" es un eufemismo de "aniquilando". Es un problema que se está disparando y que pone en alto riesgo los equilibrios medioambientales que se han conseguido en los distintos lugares del mundo. No solo es un problema por la cantidad de especies que podrían desaparecer sino, siendo ombliguistas, también porque nos acabará afectando.

- Colapso financiero. Que es más o menos esto que llamamos "crisis". Lo que sucede cuando el mundo finaciero (irreal e ilimitado) choca con el mundo físico (real y limitado). Puede ir a peor y puede poner en jaque todo nuestro concepto de "civilización", para bien o para mal. 

Estas son algunas posibilidades de partida. Luego están las que pueden ser producto de éstas, o resultado de la combinación de varias, que serían las más letales.

- Problemas de seguridad nuclear. La energía nuclear no solo requiere atención mientras está en explotación, también la requiere después de apagar una planta o para asegurar los residuos nucleares. Esta atención se requiere durante décadas. Si por alguna de las razones anteriormente mencionadas (la más evidente: el colapso energético) esto no fuera posible, el riesgo de accidente nuclear se dispararía. Esto afectaría principalmente a las zonas más cercanas al lugar del accidente, pero también al resto del mundo. Cada vez que ha habido un accidente grave, las partículas reactivas se han repartido por todo el planeta; mientras es en una baja concentración no es un problema, pero si se dieran varios incidentes de este tipo, podría llegar a serlo.

- Guerras mundiales. Una a veces piensa que los líderes mundiales no serán capaces de hacer algo tan absurdo, que al fin y al cabo también les acabaría perjudicando a ellos... Pero luego oye como cuentan que durante la guerra fría en algunos momentos de tensión no estuvieron muy lejos de apretar el botón... Si la tensión fuera algo más importante que el simple "yo la tengo más larga", tengo serías dudas sobre qué es lo que harían.

- Resurgir de fundamentalismos religiosos (o antireligiosos, que también pueden ser peligrosos). O en general, caer en la trampa de mirar al "otrx" como enemigx a quien puedes hacerle cualquier cosa porque no está al mismo nivel moral. O en otras palabras, pérdida generalizada del concepto de Derechos Humanos.

La suma de factores la dejo a la creatividad de cada cual. A AMT le gusta filosofar sobre la suma de "colapso energético" y "cambio climático". Es mejor aun si le sumas la pérdida de biodiversidad (que agravaría más el cambio climático, entre otras cosas) y la propagación de enfermedades para las que no existe cura conocida.

Luego habrá quien me pregunte por qué no quiero tener hijxs... Lo que me parece más curioso es que lxs guionistas necesiten crear otras amenazas externas: extraterrestres, meteoritos, zombies... Como si necesitáramos ayuda para destruirnos o convertir el mundo en un infierno.

jueves, 4 de julio de 2013

Quien lo vale

Dice que no me preocupe de ellos. Bueno no, dice que no me va a decir eso. Pero eso es lo que piensa. Que no me preocupe. Porque "ellxs han elegido ese tipo de vida", no como otras personas que han seguido un camino "más convencional". Una no debe preocuparse por las personas que viven de forma no convencional. Si son parias es porque lo merecen.

Y de nuevo, quien me dice esto también dice ser de izquierdas.

miércoles, 3 de julio de 2013

28J

Sábado. He quedado para comer con unos amigos. Vamos a algún lugar de la zona antigua de Barcelona. Supongo que debería saber el barrio, pero nunca he conseguido saber cuándo estoy en el Born, cuando en el Raval o en el Gòtic. En cuanto empiezo a andar por las callejuelas, me pierdo. 

Después de comer nos separamos. Unos se van al Pride y tienen que ir con tiempo porque subirán a una carroza. El resto vamos hacia plaza Universitat, donde arranca la manifestación organizada por la Comisión Unitaria por el 28J. Vamos temprano, demasiado. El sol es horrible y en toda la plaza apenas hay alguna minisombra de algún arbolillo. Hay música. Bueno, no es eso lo que dice mi cabeza, pero no soy crítica de música, así que mejor lo dejamos así.

Hay altavoces repartidos por la plaza. El volumen supera con mucho mi nivel de dolor. En total paso aproximadamente hora y media en la plaza. Hora y media de tortura auditiva. Al principio odio eso que he llamado música, pero más tarde la echo de menos. No sé si se supone que leen monólogos o poesía que no entiendo. Tampoco soy capaz de escuchar. Intento olvidar que tengo alguna capacidad auditiva. Sospecho que en otro contexto y a otro volumen quizá hasta los disfrutaría. Otras personas de mi alrededor no le dan ni el beneficio de la duda.

Mis amigos apenas se están por ahí unos minutos. Tienen sobradamente claro que no les va a gustar nada de lo que puede ofrecerles esa plaza. Experiencia ganada en años anteriores.

Para mí, el momento culminante llega cuando una mujer desde el escenario empieza a gritarme que quiere una novia muy bollera. Supongo que debería apreciar su obra como la quintaesencia de lo queer. Yo solo oigo "quiero una novia que no sea nada parecida a ti, porque a ti te gustan los tíos y eso te descarta para cualquier relación que pueda valer la pena". Por lo menos tengo alguien cerca a alguien con quien comentarlo. Y de paso, enumeramos los distintos mitos del amor romántico a los que da voz. No, lo siento, ni me parece queer, ni me parece feminista, ni creo que me aporte nada bueno.

De tan alternativo que es todo, que me parece lo mismo de siempre pero con más agresividad. Si leyera esto en un comentario ajeno, en caso de poder, le daría al botón de "negativo". Porque si es alternativo, algo bueno tiene que tener, ¿no? Pero soy incapaz de verlo. Solo percibo rechazo. Violencia que no me empodera sino que me ataca. Será el dolor por el sonido. Será el calor. Será que odio ver la plaza vacía cuando empieza la manifestación más reivindicativa que se hace en Barcelona por el 28J.

Cuando empieza la mani, me voy. Sola. Voy pensando sobre ello. Me siento mal. Traidora. Hago mi particular recorrido, ni el de la Comisión Unitaria ni el del Pride. Asco. En lo único en lo que se ponen de acuerdo es en excluirme.

Intento perderme por las calles, pero como siempre, me acabo encontrando. Decido ir a Plaza España, donde hay la celebración del Pride. Por lo menos verlo. Ninguno de los años anteriores me he acercado a esa celebración. Pienso en homonormatividad. Tengo ganas de rendirme. Y llorar. Pienso que hace nada volví a enviar un currículum a una empresa en la que no quiero trabajar. Normatividad. ¿Para qué? ¿Para qué tanto esfuerzo?

Muchos chicos jóvenes. Mucha gente. Muchos colores, muy poca ropa. Y también, pocas mujeres. Y casi juraría que no vi ni un maldito cuerpo feo. Me da asco tanta belleza y tanta perfección de mierda. ¿Cómo va a ser esa mi revolución?

En las entradas y salidas de la "zona gay" hay unas bonitas vallas y unos simpáticos seguratas. Al pasar a su lado me planteo si están para evitar la entrada o para evitar la salida. Sí, claro, podemos hacer mucha fiesta, y mucha reivindicación, pero sin salir del área de seguridad. Viva las manifestaciones posmodernas.

Sentada en las escaleras de Montjuïc pienso muchas cosas. En el vértigo que siento. En si no sería mejor que las dos manis se juntaran. En por qué nunca encuentro mi sitio. En cuántas de las personas que veo más abajo saben que existe otra manifestación en otro punto de Barcelona, y en si no han ido por ignorancia o por conocimiento. En dónde están las mujeres. Y en si algún día encontraré alguna con la que sea capaz de mantener una relación de pareja.

viernes, 28 de junio de 2013

Bifobia y LGTB

El otro día hablaba de cosas que me hacen querer declararme lesbiana. Hoy, cosas que hacen que no quiera usar esa etiqueta. Resumiendo: me niego a renegar de los hombres y los cuerpos masculinos. Si ese es el precio de ser aceptada entre lesbianas, yo no voy a pagarlo. Porque no hay ninguna necesidad, y quien crea que sí, no me esta aceptando en algo esencial de mi persona.

Ella* lo contó muy bien, es esta manía de creer que porque algo te guste mucho mucho, tienes que despreciar el resto de cosas que también puedan gustarte. Es como cuando llega la hora de los postres y tienes para elegir entre delicias varias, y sabes que no vas a ser capaz de comer más de una... Aunque en ese momento te quedes con una, ¿puedes no preguntarte cómo eran el resto? Yo no, y eso no me priva del placer casi orgásmico con el postre elegido. (Y ya dejo el ejemplo, que me está entrando hambre).

Esto es lo que pasa al hablar de sexo entre mujeres con otras mujeres que tienen sexo con mujeres. Si alguna de ellas también ha estado con hombres, automáticamente pasa a devaluar completamente el sexo con ellos. Y yo protesto. Protesto porque el sexo con una mujer puede ser maravilloso, pero es que con un hombre también. Y será distinto, no sigo que no. Pero distinto no significa peor.

Leo este artículo y, cosas raras mías, me da por pensar en el sexo con un hombre sin penetración. Porque el artículo no entra a valorarlo, pero del mismo planteamiento surge también esta pregunta: ¿sin con un hombre no hay penetración no es sexo, no es follar? ¿Son solo "preliminares"? Y pienso que para mí el concepto de "preliminares" ya no tiene sentido. Pienso que ahora me gustaría investigar mucho más sobre este tema, sexo sin penetración con un hombre. Investigar poniéndolo en práctica, se entiende. Es una de esas cosas que una no se la plantea, estar con un hombre = penetración. Y quizá no, y quizá también él quiere probar otras cosas. Y quizá él tampoco quiere la presión de "tener que estar a la altura".

Si me lo planteo tan tarde es por una razón sencilla, yo sí disfruto con la penetración. Es otra de esas cosas que se dicen con tanta frecuencia que casi llego a creérmela, dicen que si no hay estimulación continua del clítoris, no es posible el orgasmo. Y eso estoy segura de que es cierto para muchas mujeres, pero desde luego no para todas. Porque yo puedo tener unos orgasmos estupendos solo con penetración. Igual que puedo tenerlos sin ella, solo con otro tipo de prácticas. Y no veo porque debería extrañar esto... si muchas mujeres afirman haber tenido orgasmos incluso sin ningún tipo de estimulación genital. Primero proclaman que cada mujer es un mundo, y a continuación me dicen que no puedo sentir cosas que sí que siento.

El sexo hetero está hiper-representado. El sexo entre mujeres es lo opuesto, sigue teniendo algo de prohibido. Eso a veces se hace duro. Y precisamente por eso, cada vez que lo encuentro, sea en una representación sea en la realidad, me viene la sensación de placer secreto, que lo hace más especial. Seguramente por esto, por lo especial que es para mí el tema de las relaciones entre mujeres, me resulta tan triste que me excluyan.

El otro día me hablaban de una chica bisexual que había decidido salir solo con personas bisexuales. Esto es lo que pasa cuando no se trata la temática de la bisexualidad con un poco de atención y respeto. Que una acaba rebotada, harta de ser invisible o hasta de que la insulten. Y es que una lee un manifiesto como éste, y solo puede llegar a una conclusión: no quieren que esté con ellas. Aunque yo también esté harta de comportamientos lesbófobos, aunque a mí también me afecten, aunque a mí también me discriminen.

Mi gran suerte, hace ya bastantes años, fue ir a parar a Sin Vergüenza y no a cualquier otra asociación. Porque allí había activistas por la bisexualidad, y fue gracias a esas personas que pude sentirme cómoda siendo como soy. ¿Qué habría pasado de ir a una de tantas asociaciones donde las lesbianas menosprecian a las bisexuales? No hace falta imaginar mucho, porque he conocido a varias personas (hombres, mujeres y trans) a las que les ha pasado esto. La principal consecuencia es que se alarga mucho más el proceso de autoaceptación y que la persona se queda en una posición mucho más vulnerable. Si las asociaciones LGTB, que son las que en teoría deberían defenderte cuando nadie más lo hace, son las que te atacan, ¿a quien acudes? Puede que empieces a dar tumbos de un lugar a otro, buscando un espacio más propicio. Puede que seas una persona dura y te quedes a pelear para conseguir espacios para las personas bisexuales. Puede que intentes negarte a ti mismx y te metas en un nuevo armario... donde aguantes un tiempo, hasta que el cuerpo dice basta, porque negarse a unx mismx hiere en lo más profundo. Puede que intentes adaptarte sin hacer ninguna de las anteriores... y te encuentres con un rechazo brutal, incluso por parte de personas que decían que te amaban; puede que hasta lleguen a la agresión física.

Por todo esto, yo seguiré llevando orgullosamente la bandera bisexual. 


* Ella es lesbiana. No política, porque políticamente es casi bisexual, sino lesbiana de las que sienten cero atracción hacia los hombres. Es oírla hablar sobre bisexualidad y se me cae la baba; incluso más que cuando veo una persona que viene de lugares lejanos hablando en catalán. 

** En capítulos anteriores... Ya hablé una vez de bifobia. Y en otra ocasión dije que me estaba planteando usar la etiqueta de pansexual.