Creo que el poliamor y la no monogamia funcionan como un gran concurso de popularidad. Nada nuevo, lo nuevo es que se platee como algo "revolucionario" mientras repite el mismo patrón. Estoy harta de ver a personas oprimidas cuidando a personas con más privilegios recibiendo menos a cambio. Estoy harta de que las personas con más privilegios que reciben estos cuidados no se den cuenta de que están reproduciendo la misma mierda de siempre y que solo están usando ideas como la anarquía relacional como excusa.
También pasa algo parecido con todo el dicurso de estructuras de opresión. Nos lo creemos tanto tanto, que lo usamos como excusa para dar la espalda a personas más oprimidas. "Sí, ya sé que estás jodida por el racismo y el machismo que recibes, pero estás siendo capacitista, así que voy a ignorarte por completo". Este es el castigo por salirse del guión, por no llegar a la perfección discursiva, ahora vamos a ignorarte. "Es que me has dicho que el monosexismo no existe". O también, "es que no estás entendiendo lo que te digo, voy a volver a explicarte por qué tú tienes un privilegio mientras recibes hostias por todas partes y no hago nada para ayudarte".
¿Qué es lo que pedimos para que otra persona pueda acceder a nuestro excelso club donde "nos apoyamos mutuamente"? (Entre muchas comillas, porque como digo más arriba, dudo mucho que realmente sea apoyo mutuo). ¿Cuántas pruebas hay que pasar? ¿Cuántos conocimientos hay que tener? ¿Cuánto hay que exponerse? ¿Cuánto hay que tragar sin protestar porque si protestas no estás "gestionando tus emociones" correctamente?
Hace algún tiempo me di cuenta de que en general, si te estás sintiendo cómode es porque estás en situación de privilegio en el contexto en el que estás. Hay una especie de regla universal según la que cuánta más opresión sufres, menos comodidad sientes.
Hablamos de crear "espacios de seguridad", espacios "libres de violencias". Pero ahora mismo dudo que esto sea posible, siempre hay violencias. La autocontención es violencia, y el decir lo que piensas puede serlo también. Queremos un espacio donde "podamos decir las barbaridades que sea sin miedo", pero a la vez donde se respete a todas las personas presentes (y ya que estamos, también a las no presentes). Y esto no es compatible. El toque de atención de "te has salido en milímetro de nuestro discurso oficial" también es violencia. También hace que estemos permanentemente en tensión y que dejemos de hablar por miedo.
Creo que deberíamos asumir que la violencia existe y que no podemos huir de ella. Aceptar la inevitable contradicción en la que vivimos. Venimos de una cultura profundamente violenta, no es algo que podamos borrar. Las personas que han sufrido episodios graves de violencia son especialmente sensibles a algunas cosas y a la vez muchas veces reproducen violencia hacia sí mismas y/o hacia otros grupos oprimidos. No tenemos el superpoder de cambiar esto.
También creo que es muy capacitista pedir lo mismo a todas las personas. Pedir, por ejemplo, que sean capaces de gestionar sus emociones de tal manera que consigan no herir a nadie (ni a otres, ni a sí mismes). O entender que el hecho de sufrir una opresión no significa que no tengan privilegios. La idea de "el discurso se gana con discurso" es profundamente capacitista. Pero es que parte del problema está en que muchas personas que hacen reflexiones muy sesudas sobre opresiones no entienden realmente de qué va el capacitismo.
Creo que aprender sobre estructuras de poder y sobre mecanismos de opresión debería servir como autoformación, no como algo a exigir a las personas con las que nos relacionamos. Que una cosa me sirva a mí no significa que le sirva al resto de gente.
Eso no significa renunciar a cambiar el mundo ni significa no tener límites de ningún tipo. Sigo creyendo firmemente en la autodefensa y en la necesidad de espacios menos violentos. Es más que no creo que pueda cambiar las cosas mientras espero que el resto de gente actúe como lo haría yo. Es asumir que los conflictos están y estarán ahí, que igual que el dolor forma parte de la vida, también los conflictos y la violencia lo hacen. Que si a una hermana de sangre le aguantaría muchas cosas, no puedo pedirle a mis hermanas de lucha que sean siempre perfectas. Que por encima de la no violencia está el tener a alguien tendiéndote una mano cuando la necesitas.
La soledad es una forma de violencia realmente cruel y demasiado invisible.
Mostrando entradas con la etiqueta Alternativas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Alternativas. Mostrar todas las entradas
martes, 16 de febrero de 2016
martes, 3 de febrero de 2015
De necesidades y revisiones
¿Qué hacer con la necesidad? Revisamos muchos conceptos en nuestras vidas, revisamos el amor, las relaciones humanas en general, el "no es no", los límites, el consentimiento, los prejuicios, las estructuras de poder, cada una de las diferencias humanas. Lo revisamos todo y nos encontramos con una gran sopa de ideas con las que intentamos montar algo con sentido.
Cada vez que miro internet, la mismas páginas que solía abrir, me choca la cantidad de temas sexuales. A veces tengo la impresión que es lo único de lo que se habla. Leo una entrevista, interesante en muchos sentidos, que pone al mismo nivel la necesidad de comer y la necesidad de sexo. Me escandalizo por momentos. Quien opina así, ¿conoce de las hambrunas que hay en el mundo? Puede que sí, puede que aun conociéndolas le parezca que está al mismo nivel. Pero a mí se me revuelven las tripas y se me revuelve el cerebro con esa comparación. ¿Debería revisarme también por esto o está bien que no me guste?
¿Qué hacer con la necesidad? ¿Qué hacer con la necesidad de afecto? He escrito sobre esto tantas veces ya... Sigo pensando en ello. La teoría del poliamor está muy bien y suena genial. Y yo quiero eso, y más. Yo quiero todo. Quiero no sentir este deseo que parece insuperable por momentos y que me bloquea entera. Me bloquea las palabras, el pensamiento, el sentir de cualquier otra cosa. Quiero no enamorarme o hacerlo de otra manera. Quiero que me baste con lo que reciba, aunque sea poco. Pero no funciona solo con pensarlo, solo con racionalmente llegar a la conclusión de que sería mejor, no va así.
Extrapolo este sentir mío a otras personas en situación de necesidad afectiva. Que son más o menos, todas las personas que viven en el margen. Cada una con sus particularidades.
Luego pienso en el bulling y otras forma de presión social excluyente, algunas de ellas con violencia física incluida. Y pienso en nuestra super solución para arreglar los problemas del mundo, hablar hablar y hablar. Y lo mezclo también con mi experiencia con criaturas varias, y el ideal de una educación con perfecta paz, harmonía, buenos sentimientos y valores feministas.
Creo que el feminismo que me gusta se olvida sistemáticamente de las criaturas. Habla de adultismo, pero lo practica mientras lo hace.
Igual que se olvida de la pobreza, incluso mientras la sufre. Como si no fuera con nosotrxs, como si la exclusión por pobreza no fuera una realidad. Las personas que mueren de hambre ¿necesitan el sexo tanto como la comida? ¿Necesitan el afecto tanto como la comida? Me da la impresión que necesitan afecto, pero no tanto el sexo. Quizá soy yo que soy rara, lo asumo, es así, no soy una muestra representativa de la sociedad. He llegado a desear el contacto sexual con otra persona hasta el punto de sentir dolor físico, pero sigo pensando que el afecto y la comida son más importantes.
Leo sobre adicciones, leo con sorpresa una noticia en la que quien escribe se sorprende de descubrir que las adicciones tienen una componente emocional importante, que dependen de su situación personal. Lo que me sorprende es su sorpresa, ¿no es evidente esta conclusión? Me pasa a menudo, asumo que todo el mundo sabe lo que yo sé, pero no. Igual que yo no sé tantas cosas. La gente no suele tomarse bien cuando me sorprendo de que no sepan las cosas, y yo lo siento, no es con mala fe.
Las adicciones se superan mucho mejor con una buena situación personal y emocional. Bien, pero, ¿cómo llegamos a ella? ¿Nos dedicamos a "rescatar" a la gente? Eso no nos gustaba, porque es paternalista y el paternalismo no nos gusta. Es como lo de la pobreza, con 50 euros no voy a arreglar nada, y yo también estoy (teóricamente) por debajo del humbral de la pobreza, así que no hago nada. Hay tanta gente con tantas carencias afectivas que ¿cómo cubrir las necesidades de todas? Y más ¿cómo voy a hacerlo yo que también tengo grans problemas de carencias afectivas?
Yo no hubiera hecho nada con mi vida si no me hubieran ayudado, sería una sombra en vida o habría muerto. Cuando hablamos de dependencias y de capacidades siempre lo tengo presente. Yo también me siento discapacitada, solo que no de manera visible. Cada vez que veo a alguien hablando del tema "diversidad funcional" en parte me siento aludida, aunque a la vez me doy cuenta de que la persona que habla no me incluye en ese grupo. Es uno de mis cortocircuitos mentales cuando me muevo por el mundo, especialmente en espacios feministas. En cuanto a leído mujer, y a menudo, leída lesbiana, tengo un espacio para mí, pero luego se espera que me comporte de manera sociable. O quizá no se espera, pero lo siento así. ¿Cómo evitar eso? ¿Cómo hacer que todas las personas, con sus infinitas variaciones, se sientan aceptadas e incluídas?
En temas de poliamor, consentimiento y feminismo en general se dice eso de "pregunta". Yo pregunto mucho, pero entonces la gente se me queda extrañada. Me dicen que por qué pregunto tanto. Supongo que pregunto cosas evidentes, pero es que para mí no son evidentes. Pensaba, por ejemplo, en que cada vez que llegue el momento de "darse dos besos" debería preguntar. Y luego he pensado que nadie lo va a entender. O muy pocas personas. Y me pregunto qué sentido tiene que yo, que tengo inmensos problemas de sentir rechazo social, haga lo que para mí es un esfuerzo titánico como preguntar verbalmente algo que me parece tan intimo o tan contrario a las normas sociales, sabiendo que lo que más encontraré será rechazo. Y sin embargo, muchas personas dan dos besos sin querer hacerlo, sintiendo rechazo hacia el contacto físico a cualquier nivel. La única razón por la que lo haría es porque creo que soy de las pocas personas que se dan cuenta de ello.
Hay personas que sienten rechazo hacia cualquier contacto físico, y hay personas que si no son abrazadas y tocadas continuamente no se sienten acogidas. La única solución es preguntar, pero preguntar genera agotamiento, y a algunas personas, nos cuesta especialmente hacerlo. También a algunas nos cuesta más que a otras contestar cuando nos preguntan algo. ¿Cuantas veces debo haber sentido durante un instante que me iba a estallar la cabeza después de recibir una pregunta? Y me quedo callada durante un momento (antes solía ser bastante más tiempo), para poder gestionar mi agobio por una parte, y para poder ordenarme las ideas por otra (el problema es que me aparecen demasiadas posibles respuestas y no puedo darlas todas a la vez). Yo necesito recibir paciencia y ver muestras claras de interés en la otra persona para poder sentirme a gusto, y sin embargo, hay gente muy impaciente. A veces yo también lo soy. A veces pedirle a mi cabeza que deje de correr tanto para darle tiempo a hablar a otra persona, mientras me concentro para no dejar de prestarle atención ( y especialmente, que no note que mi cabeza quiere irse divagar sobre otros asuntos que no le incluyen), a veces me parece un esfuerzo sobrehumano. ¿Cómo se combinan ambas necesidades? Incluso en un mundo ideal sería difícil. En este, totalmente imposible.
Creo que el feminismo que me gusta a veces se pasa de optimista. Lo queremos todo y lo queremos ya. Así que por una parte pretendemos acabar con las normas sociales y por otra intentamos que todas las personas se sientan incluidas sin darles unas referencias (normas sociales) de guía. Lo que resulta es que se dan consignas que se van difundiendo hasta que aparecen ("se crean colectivamente") otras supuestamente mejores y se intenta que reemplacen o complementen las anteriores.
Un lío.
Y además, un lío que se da dentro de un sector de la población minúsculo.
Volviendo al principio. Más o menos todas las filosofías de no-monogamia con principios incluye un punto de partida que es una red afectiva. Se supone que es la garantía para aguantar todo el resto. Esas redes afectivas son las que se supone que compensan esa necesidad de que hablo, se supone que cubren la necesidad de afecto e incluso quizás otras, como la económica o la sexual.
El tema es... ¿quien forma parte de esas redes afectivas? En las representaciones que he encontrado hay básicamente cuerpos normativos, a menudo con bastante dinero. A veces son cuerpos con cierta disidencia de género, a veces son no blancos, pero poco más. Si las redes afectivas son, a efectos prácticos, un grupo de amigxs, creo que no se está cumpliendo el objetivo de acabar con la exclusión.
(Voy a publicarlo tal cual, aunque seguramente requiere bastante revisión y también me gustaría incluir algunos enlaces, pero ahora no tengo tiempo y no sé cuanto tardaré en tener tiempo y ganas de hacerlo)
Cada vez que miro internet, la mismas páginas que solía abrir, me choca la cantidad de temas sexuales. A veces tengo la impresión que es lo único de lo que se habla. Leo una entrevista, interesante en muchos sentidos, que pone al mismo nivel la necesidad de comer y la necesidad de sexo. Me escandalizo por momentos. Quien opina así, ¿conoce de las hambrunas que hay en el mundo? Puede que sí, puede que aun conociéndolas le parezca que está al mismo nivel. Pero a mí se me revuelven las tripas y se me revuelve el cerebro con esa comparación. ¿Debería revisarme también por esto o está bien que no me guste?
¿Qué hacer con la necesidad? ¿Qué hacer con la necesidad de afecto? He escrito sobre esto tantas veces ya... Sigo pensando en ello. La teoría del poliamor está muy bien y suena genial. Y yo quiero eso, y más. Yo quiero todo. Quiero no sentir este deseo que parece insuperable por momentos y que me bloquea entera. Me bloquea las palabras, el pensamiento, el sentir de cualquier otra cosa. Quiero no enamorarme o hacerlo de otra manera. Quiero que me baste con lo que reciba, aunque sea poco. Pero no funciona solo con pensarlo, solo con racionalmente llegar a la conclusión de que sería mejor, no va así.
Extrapolo este sentir mío a otras personas en situación de necesidad afectiva. Que son más o menos, todas las personas que viven en el margen. Cada una con sus particularidades.
Luego pienso en el bulling y otras forma de presión social excluyente, algunas de ellas con violencia física incluida. Y pienso en nuestra super solución para arreglar los problemas del mundo, hablar hablar y hablar. Y lo mezclo también con mi experiencia con criaturas varias, y el ideal de una educación con perfecta paz, harmonía, buenos sentimientos y valores feministas.
Creo que el feminismo que me gusta se olvida sistemáticamente de las criaturas. Habla de adultismo, pero lo practica mientras lo hace.
Igual que se olvida de la pobreza, incluso mientras la sufre. Como si no fuera con nosotrxs, como si la exclusión por pobreza no fuera una realidad. Las personas que mueren de hambre ¿necesitan el sexo tanto como la comida? ¿Necesitan el afecto tanto como la comida? Me da la impresión que necesitan afecto, pero no tanto el sexo. Quizá soy yo que soy rara, lo asumo, es así, no soy una muestra representativa de la sociedad. He llegado a desear el contacto sexual con otra persona hasta el punto de sentir dolor físico, pero sigo pensando que el afecto y la comida son más importantes.
Leo sobre adicciones, leo con sorpresa una noticia en la que quien escribe se sorprende de descubrir que las adicciones tienen una componente emocional importante, que dependen de su situación personal. Lo que me sorprende es su sorpresa, ¿no es evidente esta conclusión? Me pasa a menudo, asumo que todo el mundo sabe lo que yo sé, pero no. Igual que yo no sé tantas cosas. La gente no suele tomarse bien cuando me sorprendo de que no sepan las cosas, y yo lo siento, no es con mala fe.
Las adicciones se superan mucho mejor con una buena situación personal y emocional. Bien, pero, ¿cómo llegamos a ella? ¿Nos dedicamos a "rescatar" a la gente? Eso no nos gustaba, porque es paternalista y el paternalismo no nos gusta. Es como lo de la pobreza, con 50 euros no voy a arreglar nada, y yo también estoy (teóricamente) por debajo del humbral de la pobreza, así que no hago nada. Hay tanta gente con tantas carencias afectivas que ¿cómo cubrir las necesidades de todas? Y más ¿cómo voy a hacerlo yo que también tengo grans problemas de carencias afectivas?
Yo no hubiera hecho nada con mi vida si no me hubieran ayudado, sería una sombra en vida o habría muerto. Cuando hablamos de dependencias y de capacidades siempre lo tengo presente. Yo también me siento discapacitada, solo que no de manera visible. Cada vez que veo a alguien hablando del tema "diversidad funcional" en parte me siento aludida, aunque a la vez me doy cuenta de que la persona que habla no me incluye en ese grupo. Es uno de mis cortocircuitos mentales cuando me muevo por el mundo, especialmente en espacios feministas. En cuanto a leído mujer, y a menudo, leída lesbiana, tengo un espacio para mí, pero luego se espera que me comporte de manera sociable. O quizá no se espera, pero lo siento así. ¿Cómo evitar eso? ¿Cómo hacer que todas las personas, con sus infinitas variaciones, se sientan aceptadas e incluídas?
En temas de poliamor, consentimiento y feminismo en general se dice eso de "pregunta". Yo pregunto mucho, pero entonces la gente se me queda extrañada. Me dicen que por qué pregunto tanto. Supongo que pregunto cosas evidentes, pero es que para mí no son evidentes. Pensaba, por ejemplo, en que cada vez que llegue el momento de "darse dos besos" debería preguntar. Y luego he pensado que nadie lo va a entender. O muy pocas personas. Y me pregunto qué sentido tiene que yo, que tengo inmensos problemas de sentir rechazo social, haga lo que para mí es un esfuerzo titánico como preguntar verbalmente algo que me parece tan intimo o tan contrario a las normas sociales, sabiendo que lo que más encontraré será rechazo. Y sin embargo, muchas personas dan dos besos sin querer hacerlo, sintiendo rechazo hacia el contacto físico a cualquier nivel. La única razón por la que lo haría es porque creo que soy de las pocas personas que se dan cuenta de ello.
Hay personas que sienten rechazo hacia cualquier contacto físico, y hay personas que si no son abrazadas y tocadas continuamente no se sienten acogidas. La única solución es preguntar, pero preguntar genera agotamiento, y a algunas personas, nos cuesta especialmente hacerlo. También a algunas nos cuesta más que a otras contestar cuando nos preguntan algo. ¿Cuantas veces debo haber sentido durante un instante que me iba a estallar la cabeza después de recibir una pregunta? Y me quedo callada durante un momento (antes solía ser bastante más tiempo), para poder gestionar mi agobio por una parte, y para poder ordenarme las ideas por otra (el problema es que me aparecen demasiadas posibles respuestas y no puedo darlas todas a la vez). Yo necesito recibir paciencia y ver muestras claras de interés en la otra persona para poder sentirme a gusto, y sin embargo, hay gente muy impaciente. A veces yo también lo soy. A veces pedirle a mi cabeza que deje de correr tanto para darle tiempo a hablar a otra persona, mientras me concentro para no dejar de prestarle atención ( y especialmente, que no note que mi cabeza quiere irse divagar sobre otros asuntos que no le incluyen), a veces me parece un esfuerzo sobrehumano. ¿Cómo se combinan ambas necesidades? Incluso en un mundo ideal sería difícil. En este, totalmente imposible.
Creo que el feminismo que me gusta a veces se pasa de optimista. Lo queremos todo y lo queremos ya. Así que por una parte pretendemos acabar con las normas sociales y por otra intentamos que todas las personas se sientan incluidas sin darles unas referencias (normas sociales) de guía. Lo que resulta es que se dan consignas que se van difundiendo hasta que aparecen ("se crean colectivamente") otras supuestamente mejores y se intenta que reemplacen o complementen las anteriores.
Un lío.
Y además, un lío que se da dentro de un sector de la población minúsculo.
Volviendo al principio. Más o menos todas las filosofías de no-monogamia con principios incluye un punto de partida que es una red afectiva. Se supone que es la garantía para aguantar todo el resto. Esas redes afectivas son las que se supone que compensan esa necesidad de que hablo, se supone que cubren la necesidad de afecto e incluso quizás otras, como la económica o la sexual.
El tema es... ¿quien forma parte de esas redes afectivas? En las representaciones que he encontrado hay básicamente cuerpos normativos, a menudo con bastante dinero. A veces son cuerpos con cierta disidencia de género, a veces son no blancos, pero poco más. Si las redes afectivas son, a efectos prácticos, un grupo de amigxs, creo que no se está cumpliendo el objetivo de acabar con la exclusión.
(Voy a publicarlo tal cual, aunque seguramente requiere bastante revisión y también me gustaría incluir algunos enlaces, pero ahora no tengo tiempo y no sé cuanto tardaré en tener tiempo y ganas de hacerlo)
Etiquetas:
Alternativas,
Anarres,
Feminismo,
Poliamor
miércoles, 3 de septiembre de 2014
Tienes que ser independiente
Cada vez estoy más harta de las teorías que replantean todo el tema del amor romántico sustituyendo el "mi felicidad depende completamente de mi persona amada" por un "mi felicidad depende única y exclusivamente de mí". Esto no es verdad. Las personas dependemos las unas de las otras. Pedirle a alguien que no dependa de nadie es pedirle que sea eternamente infeliz, que se pase la vida intentando algo completamente imposible.
Como el rollo de los libros de autoayuda de "mejora tu autoestima". Como si una pudiera mejorar su autoestima así simplemente por decidirlo. Como si fuéramos burbujas aisladas. "¡Qué gilipollas, pudiendo decidir ser feliz, me dio por decidir no serlo!".
Mi felicidad depende de muchos factores. Por ejemplo, sí, de que me quieran, de que me cuiden, de que me mimen un poco de vez en cuando. No puedo no necesitar todo eso. Tampoco puedo volverme totalmente inmune a la influencia de los mensajes culturales como "por ser mujer vales menos", o "si crees que te gustan las mujeres y los hombres es porque no sabes lo que quieres", o "si no sabes socializar eres un bicho raro y mereces vivir marginada", etc.
En realidad son cosas que sabemos, por eso nos unimos, por eso buscamos personas afines. Pero enseguida nos olvidamos. Nos dicen "tienes que ser más independiente, no puedes poner toda tu felicidad en manos de otra persona". Y volvemos a fustigarnos, "no soy lo bastante independiente, ¡mierda!, no consigo dejar de amar, no consigo dejar de pensar en X, no consigo estar bien sin mimos de otras personas, no consigo estar bien sin que otras personas me digan lo maravillosa que soy, así que hay algo en mí que no está bien, no soy lo bastante feminista, no estoy lo bastante empoderada, no soy LA persona ideal".
Vivo en una sociedad que me enferma. Vivo en una sociedad enferma. No creo que nunca deje de ser una inadaptada, porque no puedo adaptarme a un imposible. Algunas cosas de mí no puedo cambiarlas y algunas otras no quiero cambiarlas. Por ser como soy, necesito mucha ayuda para estar bien. Una de las pocas cosas útiles que he aprendido es a respetar mis límites. Reconocer (ante mí, de entrada) que necesito a otras personas forma parte de ello.
Así que sí, creemos comunidades, busquemos maneras de depender emocionalmente un poco menos de personas individuales (lo de "toda la felicidad depende de mi pareja" es peligroso porque es poner todos los huevos en una sola cesta), busquemos objetivos vitales o cosas que nos guste hacer que no consistan únicamente en estar con otras personas, pero no me pidáis que sea una superhumana capaz de vivir sin nadie más.
Como el rollo de los libros de autoayuda de "mejora tu autoestima". Como si una pudiera mejorar su autoestima así simplemente por decidirlo. Como si fuéramos burbujas aisladas. "¡Qué gilipollas, pudiendo decidir ser feliz, me dio por decidir no serlo!".
Mi felicidad depende de muchos factores. Por ejemplo, sí, de que me quieran, de que me cuiden, de que me mimen un poco de vez en cuando. No puedo no necesitar todo eso. Tampoco puedo volverme totalmente inmune a la influencia de los mensajes culturales como "por ser mujer vales menos", o "si crees que te gustan las mujeres y los hombres es porque no sabes lo que quieres", o "si no sabes socializar eres un bicho raro y mereces vivir marginada", etc.
En realidad son cosas que sabemos, por eso nos unimos, por eso buscamos personas afines. Pero enseguida nos olvidamos. Nos dicen "tienes que ser más independiente, no puedes poner toda tu felicidad en manos de otra persona". Y volvemos a fustigarnos, "no soy lo bastante independiente, ¡mierda!, no consigo dejar de amar, no consigo dejar de pensar en X, no consigo estar bien sin mimos de otras personas, no consigo estar bien sin que otras personas me digan lo maravillosa que soy, así que hay algo en mí que no está bien, no soy lo bastante feminista, no estoy lo bastante empoderada, no soy LA persona ideal".
Vivo en una sociedad que me enferma. Vivo en una sociedad enferma. No creo que nunca deje de ser una inadaptada, porque no puedo adaptarme a un imposible. Algunas cosas de mí no puedo cambiarlas y algunas otras no quiero cambiarlas. Por ser como soy, necesito mucha ayuda para estar bien. Una de las pocas cosas útiles que he aprendido es a respetar mis límites. Reconocer (ante mí, de entrada) que necesito a otras personas forma parte de ello.
Así que sí, creemos comunidades, busquemos maneras de depender emocionalmente un poco menos de personas individuales (lo de "toda la felicidad depende de mi pareja" es peligroso porque es poner todos los huevos en una sola cesta), busquemos objetivos vitales o cosas que nos guste hacer que no consistan únicamente en estar con otras personas, pero no me pidáis que sea una superhumana capaz de vivir sin nadie más.
martes, 1 de julio de 2014
Vulnerabilidad
"pintándome esa expresión que las mujeres aprendemos a poner para convencer al mundo de que somos felices"
Tan necesaria. La posibilidad de enfrentarte al mundo fingiendo fortaleza para tapar la asfixiante vulnerabilidad que sientes.
Estábamos en una charla sobre cuerpos, gordofobia, divergencias corporales, muchos temas reducidos a eso, los cuerpos que se salen de la norma socialmente aceptada. Y cómo eso atraviesa a las mujeres o a las personas que no son hombres cissexuales. No sé ni de dónde salió el tema de la vulnerabilidad. Sentir la vulnerabilidad como un acto político. Racionalmente es una idea que aun se me escapa, pero hay un algo de mí que grita: "eso! es justo eso!"
[Mini spoiler de Juego de tronos] Sam dice "soy un cobarde". No quiere luchar, le da miedo sufrir, le da miedo morir. Y Jack entiende que se necesita un forma extraña de valor para llamarse cobarde a uno mismo. [Fin de los spoilers]
Cuantas veces leí/oí la expresión esa de "quitarme la armadura/coraza que me he ido poniendo con los años". Que suele ir acompañada de una breve de una breve explicación de lo mal que lo ha pasado la persona en cuestión. Leyéndolo una diría que es mejor no tener esa coraza, vivir sin ella. Pero cuando todo va mal necesitas poder fingir que todo va bien, que eres fuerte, con podrás con ello. Mostrar tu mejor sonrisa mientras te vas rompiendo. Aplacar la sensación de insoportabilidad con una gran sonrisa. "A mal tiempo, buena cara".
Si alguna vez reconoces que eres o has sido vulnerable, será cuando sientas seguridad. Sea porque ha pasado el peor momento, sea porque estás en un contexto en el que temporalmente puedes permitírtelo (por ejemplo, si estás con una persona con la que tienes especial confianza). Si cometes el error de mostrarte vulnerable cuando realmente estás (más) vulnerable, lo más fácil es que acabes mucho peor.
Ojalá alguien me lo hubiera contado así cuando era pequeña. Que no se trataba de "quitarse la armadura" sino de "encontrar espacios de seguridad". Y que encontrar esos espacios suele ser bastante más fácil si te proteges emocionalmente con una gran capa de superficialidad. Que no hay "personas con armadura porque lo han pasado muy mal" y "personas sin armadura porque han sido siempre felices", solo hay personas que se protegen la mayor parte del tiempo, porque no existen personas que no hayan sufrido. (Y con esto, estoy muy lejos de querer decir que todo el mundo ha sufrido por igual)
Creo que hablar de vulnerabilidad es político porque permite la creación de esos espacios de seguridad. Espacios donde compartir las penas y los dolores. Espacios en los que hay cuidados mutuos. Y también, espacios a partir de los que se puede dar la vuelta a las cosas, generar resistencias, pensar estrategias de supervivencia colectiva.
Tan necesaria. La posibilidad de enfrentarte al mundo fingiendo fortaleza para tapar la asfixiante vulnerabilidad que sientes.
Estábamos en una charla sobre cuerpos, gordofobia, divergencias corporales, muchos temas reducidos a eso, los cuerpos que se salen de la norma socialmente aceptada. Y cómo eso atraviesa a las mujeres o a las personas que no son hombres cissexuales. No sé ni de dónde salió el tema de la vulnerabilidad. Sentir la vulnerabilidad como un acto político. Racionalmente es una idea que aun se me escapa, pero hay un algo de mí que grita: "eso! es justo eso!"
[Mini spoiler de Juego de tronos] Sam dice "soy un cobarde". No quiere luchar, le da miedo sufrir, le da miedo morir. Y Jack entiende que se necesita un forma extraña de valor para llamarse cobarde a uno mismo. [Fin de los spoilers]
Cuantas veces leí/oí la expresión esa de "quitarme la armadura/coraza que me he ido poniendo con los años". Que suele ir acompañada de una breve de una breve explicación de lo mal que lo ha pasado la persona en cuestión. Leyéndolo una diría que es mejor no tener esa coraza, vivir sin ella. Pero cuando todo va mal necesitas poder fingir que todo va bien, que eres fuerte, con podrás con ello. Mostrar tu mejor sonrisa mientras te vas rompiendo. Aplacar la sensación de insoportabilidad con una gran sonrisa. "A mal tiempo, buena cara".
Si alguna vez reconoces que eres o has sido vulnerable, será cuando sientas seguridad. Sea porque ha pasado el peor momento, sea porque estás en un contexto en el que temporalmente puedes permitírtelo (por ejemplo, si estás con una persona con la que tienes especial confianza). Si cometes el error de mostrarte vulnerable cuando realmente estás (más) vulnerable, lo más fácil es que acabes mucho peor.
Ojalá alguien me lo hubiera contado así cuando era pequeña. Que no se trataba de "quitarse la armadura" sino de "encontrar espacios de seguridad". Y que encontrar esos espacios suele ser bastante más fácil si te proteges emocionalmente con una gran capa de superficialidad. Que no hay "personas con armadura porque lo han pasado muy mal" y "personas sin armadura porque han sido siempre felices", solo hay personas que se protegen la mayor parte del tiempo, porque no existen personas que no hayan sufrido. (Y con esto, estoy muy lejos de querer decir que todo el mundo ha sufrido por igual)
Creo que hablar de vulnerabilidad es político porque permite la creación de esos espacios de seguridad. Espacios donde compartir las penas y los dolores. Espacios en los que hay cuidados mutuos. Y también, espacios a partir de los que se puede dar la vuelta a las cosas, generar resistencias, pensar estrategias de supervivencia colectiva.
miércoles, 9 de abril de 2014
Me falta una palabra para esto
En este artículo de Píkara, hay el vídeo "Eaten by the heart" (en inglés), donde nos cuentan que besar "no forma parte de la cultura africana". Y donde se habla como de tener el "corazón roto" por cosas que no son el amor romántico tal y como lo entendemos en Europa. Creo que comparar vivencias entre distintas culturas es la mejor manera de darse cuenta de hasta qué punto esas vivencias son culturales. (Aunque echo de menos algún matiz, para el que me necesitaría también más conocimientos)
Hace tiempo que me está faltando una palabra para referirme a las personas con las que tengo un vínculo emocional importante para mí. Una categoría en la que las personas entren según la importancia que tienen para mí, y no según si tenemos adn común, o si mantenemos relaciones sexuales, o si nos vemos para hacer cafés (con o sin café), etc. Pienso que si me gustó el poliamor tal y como lo presentaba Brigitte Vasallo fue, entre otras cosas, por cómo pone el acento en el compromiso. Necesito ese compromiso. Me gusta el compromiso. Pero no entendido como privación de libertad o negación de mi ser. Así que me falta una palabra para decir "tengo un compromiso hacia esta persona". No una palabra que sustituya a "pareja", sino una que la amplíe, una en la que quepa también mi hermana o mi madre, una en la que el deseo sexual no sea una frontera sino una posibilidad más, una en la que ni siquiera sea indispensable la total reciprocidad.
¿Alguna sugerencia?
Hace tiempo que me está faltando una palabra para referirme a las personas con las que tengo un vínculo emocional importante para mí. Una categoría en la que las personas entren según la importancia que tienen para mí, y no según si tenemos adn común, o si mantenemos relaciones sexuales, o si nos vemos para hacer cafés (con o sin café), etc. Pienso que si me gustó el poliamor tal y como lo presentaba Brigitte Vasallo fue, entre otras cosas, por cómo pone el acento en el compromiso. Necesito ese compromiso. Me gusta el compromiso. Pero no entendido como privación de libertad o negación de mi ser. Así que me falta una palabra para decir "tengo un compromiso hacia esta persona". No una palabra que sustituya a "pareja", sino una que la amplíe, una en la que quepa también mi hermana o mi madre, una en la que el deseo sexual no sea una frontera sino una posibilidad más, una en la que ni siquiera sea indispensable la total reciprocidad.
¿Alguna sugerencia?
lunes, 24 de marzo de 2014
Y ahora qué
A veces pienso que no debería haber estudiado lo que estudié. Que debería haber hecho cualquier otra cosa. Incluso no estudiar nada.
Otras veces pienso que lo que echo en falta es precisamente dedicarle más tiempo y energías a los temas que decidí que me interesaban. Ingeniería, energía, recursos, todo eso sobre lo que ya no escribo nunca.
Hay días en que creo que me valdría encontrar cualquier proyecto ilusionante. Pero luego encuentro alguno, y sí, me ilusiono, pero solo un rato. Luego se me pasa. Me sabe a huída hacia adelante, y me digo a mí misma que no se me da bien autoengañarme. Y entonces me siento perdida y creo que nunca más podré volver a ser feliz, porque ya nunca más podré creer que existe un camino.
Dicen que nunca encuentras todas las respuestas, porque cuando crees que encuentras una, te aparecen nuevas preguntas que contestar. Una puerta que lleva a otras puertas. Así fue durante mucho tiempo para mí también, hasta que encontré algunas respuestas clave y dejaron de aparecer nuevas preguntas. Solo queda un persistente, angustiante y sin solución aparente, "¿y ahora qué?"
Puedo seguir escribiendo sobre feminismo (o algo parecido), sobre poliamor, sobre privilegios, sobre los problemas estructurales a nivel social. Quizá lo haga. Pero no resuelven el nudo. No está ahí el tema que no me deja dormir.
"¿Y ahora qué?" ¿Me apunto a un partido? ¿A un grupo político sin partido, como un grupo feminista o un grupo ecologista? ¿Busco un huerto urbano? ¿Me voy a vivir al campo? ¿Monto una comuna unipersonal? ¿Intento olvidarlo todo, trabajar en una empresa capitalista, si es que encuentro a alguna que quiera contratarme? ¿Dejo de vivir? ¿Sigo dando tumbos sin ton ni son hasta que por arte de magia la respuesta aparezca por sí sola? ¿Busco un maravilloso punto intermedio entre todas las anteriores?
La promesa del mito del amor romántico es que una vez lo encuentres todo lo demás se resolverá solo. Derribar ese mito duele, porque desaparece con él el último bastión de la fe en la magia. "Hemos matado a Dios". Hemos matado a la fe. Yo he matado la fe en la mayor parte de cosas en las que tenía fe. Apenas me queda la fe en que es mejor seguir vivendo. (Tengo el problema de que mi raciocinio opina que es mejor no hacerlo, y es así casi "desde siempre", así que mantengo apasionados debates conmigo misma en los que me aferro a la vida sin razón aparente).
Pasada la fase en que solo quería contarle a todo el mundo que "el rey está desnudo", he llegado al punto en el que caigo en que la que va desnuda soy yo. Y quiero esconderme, pero no puedo. Y a veces quiero volver a cuando no lo sabía, o por lo menos poder seguir fingiendo, pero eso tampoco puedo hacerlo.
Todo esto puede sonar a que mi gran problema fue dejar caer el mito del amor romántico. Pero no. El mito que me cayó a los pies fue el de "la humanidad siempre encontrará el camino para seguir adelante". O el de "las energías renovables son LA solución". En realidad, todos los "X es LA solución". No existe un "LA solución". No lo son las energías renovables, no lo es el poliamor, no lo es conocer tus procesos biológicos, no lo es echar a los líderes políticos de turno, etc, etc, etc.
M. me propuso que escribiera sobre lo que creo que debería ser. Quizá lo intente.
Otras veces pienso que lo que echo en falta es precisamente dedicarle más tiempo y energías a los temas que decidí que me interesaban. Ingeniería, energía, recursos, todo eso sobre lo que ya no escribo nunca.
Hay días en que creo que me valdría encontrar cualquier proyecto ilusionante. Pero luego encuentro alguno, y sí, me ilusiono, pero solo un rato. Luego se me pasa. Me sabe a huída hacia adelante, y me digo a mí misma que no se me da bien autoengañarme. Y entonces me siento perdida y creo que nunca más podré volver a ser feliz, porque ya nunca más podré creer que existe un camino.
Dicen que nunca encuentras todas las respuestas, porque cuando crees que encuentras una, te aparecen nuevas preguntas que contestar. Una puerta que lleva a otras puertas. Así fue durante mucho tiempo para mí también, hasta que encontré algunas respuestas clave y dejaron de aparecer nuevas preguntas. Solo queda un persistente, angustiante y sin solución aparente, "¿y ahora qué?"
Puedo seguir escribiendo sobre feminismo (o algo parecido), sobre poliamor, sobre privilegios, sobre los problemas estructurales a nivel social. Quizá lo haga. Pero no resuelven el nudo. No está ahí el tema que no me deja dormir.
"¿Y ahora qué?" ¿Me apunto a un partido? ¿A un grupo político sin partido, como un grupo feminista o un grupo ecologista? ¿Busco un huerto urbano? ¿Me voy a vivir al campo? ¿Monto una comuna unipersonal? ¿Intento olvidarlo todo, trabajar en una empresa capitalista, si es que encuentro a alguna que quiera contratarme? ¿Dejo de vivir? ¿Sigo dando tumbos sin ton ni son hasta que por arte de magia la respuesta aparezca por sí sola? ¿Busco un maravilloso punto intermedio entre todas las anteriores?
La promesa del mito del amor romántico es que una vez lo encuentres todo lo demás se resolverá solo. Derribar ese mito duele, porque desaparece con él el último bastión de la fe en la magia. "Hemos matado a Dios". Hemos matado a la fe. Yo he matado la fe en la mayor parte de cosas en las que tenía fe. Apenas me queda la fe en que es mejor seguir vivendo. (Tengo el problema de que mi raciocinio opina que es mejor no hacerlo, y es así casi "desde siempre", así que mantengo apasionados debates conmigo misma en los que me aferro a la vida sin razón aparente).
Pasada la fase en que solo quería contarle a todo el mundo que "el rey está desnudo", he llegado al punto en el que caigo en que la que va desnuda soy yo. Y quiero esconderme, pero no puedo. Y a veces quiero volver a cuando no lo sabía, o por lo menos poder seguir fingiendo, pero eso tampoco puedo hacerlo.
Todo esto puede sonar a que mi gran problema fue dejar caer el mito del amor romántico. Pero no. El mito que me cayó a los pies fue el de "la humanidad siempre encontrará el camino para seguir adelante". O el de "las energías renovables son LA solución". En realidad, todos los "X es LA solución". No existe un "LA solución". No lo son las energías renovables, no lo es el poliamor, no lo es conocer tus procesos biológicos, no lo es echar a los líderes políticos de turno, etc, etc, etc.
M. me propuso que escribiera sobre lo que creo que debería ser. Quizá lo intente.
lunes, 17 de marzo de 2014
Deshaciendo el nudo
Estoy con mi bla bla bla de costumbre. (En realidad si lo pienso, no me soporto, no puedo con mi bla bla bla, pero no tiene solución, intentar callar es peor)
Y me interrupen. La persona a quien yo había interrumpido.
- Se supone que no debes necesitar refuerzo emocional continuamente.
Dice. O algo parecido. Y algo me hace crack. Pero sigo con mi bla bla bla, eso es lo que hago siempre, seguir con mi bla bla bla, dándole la vuelta a mis palabras. A veces después de hacerlo llego a darme cuenta que estoy pretendiendo que he dicho algo completamente distinto a lo que realmente he dicho.
Pero volvamos a mi crack.
¿Por qué siempre se supone que una debe sentirse así o asá?
No debería necesitar un apoyo emocional continuo. Ahí me ha dado de lleno. También se supone que no debería sentirme como una mierda. Pero, ¡oh sorpresa! Lo que debería ser no cambia lo que es. Vivir en este mundo me enferma (literalmente), y sí, a menudo me siento como una mierda. De ahí toda la mierda de adicciones al amor romántico. No hay droga mejor para aliviar el dolor de vivir en este mundo.
No quiero teorías en las que se parta del supuesto de que voy a sentirme bien. No funciona. De verdad, lo he probado muchas veces. Quizá por unos días me vale, pero luego la hostia es tan monumental que me cuesta meses recuperarme. Así que no, no me pidáis que me sienta bien así porque sí. Yo necesito cosas básicas. Necesito cariño, necesito atención, necesito que de vez en cuando me digan cosas obvias, necesito olvidar "lo que debo hacer", necesito poder descansar. Necesito hacer cosas absurdas y creerme que no voy a quedarme sola por hacerlas.
Lo siento, no me valen teorías que solo funcionan en mundos de fantasía donde todxs venimos de experiencias neutras y somos emocionalmente estables y no metemos la pata. Mis experiencias previas traumáticas, mi inestabilidad emocional, mis grandes meteduras de pata son las las que me han traído hasta aquí. No soy un ser ideal que sigue una ecuación ideal. Y no me da la gana seguir sintiéndome culpable por ello.
Y me interrupen. La persona a quien yo había interrumpido.
- Se supone que no debes necesitar refuerzo emocional continuamente.
Dice. O algo parecido. Y algo me hace crack. Pero sigo con mi bla bla bla, eso es lo que hago siempre, seguir con mi bla bla bla, dándole la vuelta a mis palabras. A veces después de hacerlo llego a darme cuenta que estoy pretendiendo que he dicho algo completamente distinto a lo que realmente he dicho.
Pero volvamos a mi crack.
¿Por qué siempre se supone que una debe sentirse así o asá?
No debería necesitar un apoyo emocional continuo. Ahí me ha dado de lleno. También se supone que no debería sentirme como una mierda. Pero, ¡oh sorpresa! Lo que debería ser no cambia lo que es. Vivir en este mundo me enferma (literalmente), y sí, a menudo me siento como una mierda. De ahí toda la mierda de adicciones al amor romántico. No hay droga mejor para aliviar el dolor de vivir en este mundo.
No quiero teorías en las que se parta del supuesto de que voy a sentirme bien. No funciona. De verdad, lo he probado muchas veces. Quizá por unos días me vale, pero luego la hostia es tan monumental que me cuesta meses recuperarme. Así que no, no me pidáis que me sienta bien así porque sí. Yo necesito cosas básicas. Necesito cariño, necesito atención, necesito que de vez en cuando me digan cosas obvias, necesito olvidar "lo que debo hacer", necesito poder descansar. Necesito hacer cosas absurdas y creerme que no voy a quedarme sola por hacerlas.
Lo siento, no me valen teorías que solo funcionan en mundos de fantasía donde todxs venimos de experiencias neutras y somos emocionalmente estables y no metemos la pata. Mis experiencias previas traumáticas, mi inestabilidad emocional, mis grandes meteduras de pata son las las que me han traído hasta aquí. No soy un ser ideal que sigue una ecuación ideal. Y no me da la gana seguir sintiéndome culpable por ello.
lunes, 17 de febrero de 2014
Sobre castigos y perdones
Extracto de "Lo del golferío lo entiendo, pero ¿lo de los principios?", que a su vez lo extrae del libro The ethical slut:
Esta es la teoría. Y yo puedo estar bastante de acuerdo. Si alguien te engaña gravemente, debes actuar en consecuencia. Denunciarlo (socialmente, se entiende). Y alejarte de esa persona. Cómo actuar desde un punto de vista comunitario ante alguien que ha cometido una infracción a ojos de la comunidad es algo que se ha discutido ya bastante (como este artículo de Brigitte Vasallo).
He estado dándole muchas vueltas al tema de la culpa, el castigo y el perdón, y de las causas y las consecuencias. En el último año me he cabreado demasiado con demasiadas personas demasiado importantes para mí. Creía que el concepto de culpa era algo que tenía superado, pero descubrí que no, que lo seguía usando a pesar de todo... Especialmente al pensar en el castigo que sigue a la culpa. O la penitencia. Trato de evitarlo, trato de pensar en causas y consecuencias... "Alguien me hace daño (causa), así que me cabreo (consecuencia)". Y lo que sigue es el resultado de mi enfado. Pero planteándolo así, las ganas de que la persona que me hace daño lo pase mal no desaparecen.
Hasta aquí es más o menos sencillo. Revisión constante, pasarlo mal a ratos, pero el esquema es fácil. Recordar cual es el objetivo. ¿Quiero realmente hacerles daño? Lo cierto es que no. Recordar eso suele ser suficiente para que el esquema causas-consecuencias vuelva a funcionar bien. Y parte del cabreo se vaya diluyendo.
Pero no solo son causas y consecuencias sobre los actos de otras personas. También es sobre los míos. Y a veces, denunciar algo trae como consecuencia un mayor aislamiento. Y sí, alejo de mí a quien me hace daño... pero al alejar a personas que me importan, también me deja a mí un poco más sola de lo que estaba antes. Y al final, con tanta historia de cómo actuar éticamente, una acaba destrozada anímicamente.
Luego viene el perdón (perdón del castigo, castigo posterior a la culpa). ¿Se puede perdonar sin creer en las culpas ni los castigo? Me temo que no. Así que esto también va dentro del pack "consecuencias". El dolor se va suavizando (según el caso) y puede llegar un momento en que valga la pena recuperar la relación, en base a la suposición de que en el futuro os podéis dar mutuamente cosas positivas en ambos sentidos.
Pero, ¿realmente es justo enfocarlo así, sin más? En realidad, dentro de las causas que llevan a esta consecuencia (la reconciliación) puede que no sea todo tan bonito. "Sobre el papel todo aguanta", como me han dicho alguna vez. Pero a la práctica... Estoy harta de soledades. Muy muy harta de soledades. Harta de echar de menos. Harta de vacíos. Harta de dolor y de frustraciones. Necesito distraerme de todas las penas que he ido acumulando. Necesito risas. Necesito pasar página de tantos miedos. Y todo esto también va en la balanza.
Así que la justicia depende de lo que puedas permitirte. Si tu comunidad no te apoya cuando lo necesitas, no hay nada que puedas hacer individualmente para compensarlo. Si tu comunidad prefiere pasar página rápido rápido, no adaptarte a ello puede significar perder a tu comunidad. Creo que nunca había sido tan consciente de mi propia vulnerabilidad (dependencia de la comunidad) como en este último año.
Y luego está la otra cara de la moneda. He estado pensando también en qué pasa si eres la persona infractora (infractora de los códigos no escritos de la comunidad). Me imagino haciendo algo que no debo, y me imagino una hipotética comunidad actuando como creo que debe hacerse (según la suposición de que "lo que se debe hacer" es esto). Me imagino quedándome (por lo menos temporalmente) aislada de esa comunidad, expulsada. Y entonces tampoco le encuentro sentido.
De nuevo, creo que se trata más de saber dar apoyo a quien lo ha pasado mal que no de maltratar o aislar a quien ha hecho mal. El problema es que a menudo no es posible dar el apoyo comunitario necesario sin aislar parcial o totalmente a otra persona. Aquí empiezo a perderme bastante y asumo que no soy capaz de predecir el mejor camino a seguir en cualquier caso imaginable. Así que decido aceptar que solo tengo el primer paso: priorizar el apoyo a quien ha sufrido. Solo con eso, cambiaría todo. Una comunidad que dé apoyo es una comunidad que facilita que las personas cuenten lo que les ha pasado y eso en sí mismo es un freno a los abusos. Una comunidad que NO da apoyo, es una comunidad que condena (aunque sea sin pretenderlo) a quien ha sufrido un abuso.
No hay que avergonzarse de haberse creído las mentiras de alguien, y la mayoría en algún momento hemos dado nuestra confianza a alguien que resultó que no se la merecía. Es posible engañar a una persona honesta, pero esperamos que tengas la suficiente humildad para aprender de tus errores y que no te engañen dos veces.
Esta es la teoría. Y yo puedo estar bastante de acuerdo. Si alguien te engaña gravemente, debes actuar en consecuencia. Denunciarlo (socialmente, se entiende). Y alejarte de esa persona. Cómo actuar desde un punto de vista comunitario ante alguien que ha cometido una infracción a ojos de la comunidad es algo que se ha discutido ya bastante (como este artículo de Brigitte Vasallo).
He estado dándole muchas vueltas al tema de la culpa, el castigo y el perdón, y de las causas y las consecuencias. En el último año me he cabreado demasiado con demasiadas personas demasiado importantes para mí. Creía que el concepto de culpa era algo que tenía superado, pero descubrí que no, que lo seguía usando a pesar de todo... Especialmente al pensar en el castigo que sigue a la culpa. O la penitencia. Trato de evitarlo, trato de pensar en causas y consecuencias... "Alguien me hace daño (causa), así que me cabreo (consecuencia)". Y lo que sigue es el resultado de mi enfado. Pero planteándolo así, las ganas de que la persona que me hace daño lo pase mal no desaparecen.
Hasta aquí es más o menos sencillo. Revisión constante, pasarlo mal a ratos, pero el esquema es fácil. Recordar cual es el objetivo. ¿Quiero realmente hacerles daño? Lo cierto es que no. Recordar eso suele ser suficiente para que el esquema causas-consecuencias vuelva a funcionar bien. Y parte del cabreo se vaya diluyendo.
Pero no solo son causas y consecuencias sobre los actos de otras personas. También es sobre los míos. Y a veces, denunciar algo trae como consecuencia un mayor aislamiento. Y sí, alejo de mí a quien me hace daño... pero al alejar a personas que me importan, también me deja a mí un poco más sola de lo que estaba antes. Y al final, con tanta historia de cómo actuar éticamente, una acaba destrozada anímicamente.
Luego viene el perdón (perdón del castigo, castigo posterior a la culpa). ¿Se puede perdonar sin creer en las culpas ni los castigo? Me temo que no. Así que esto también va dentro del pack "consecuencias". El dolor se va suavizando (según el caso) y puede llegar un momento en que valga la pena recuperar la relación, en base a la suposición de que en el futuro os podéis dar mutuamente cosas positivas en ambos sentidos.
Pero, ¿realmente es justo enfocarlo así, sin más? En realidad, dentro de las causas que llevan a esta consecuencia (la reconciliación) puede que no sea todo tan bonito. "Sobre el papel todo aguanta", como me han dicho alguna vez. Pero a la práctica... Estoy harta de soledades. Muy muy harta de soledades. Harta de echar de menos. Harta de vacíos. Harta de dolor y de frustraciones. Necesito distraerme de todas las penas que he ido acumulando. Necesito risas. Necesito pasar página de tantos miedos. Y todo esto también va en la balanza.
Así que la justicia depende de lo que puedas permitirte. Si tu comunidad no te apoya cuando lo necesitas, no hay nada que puedas hacer individualmente para compensarlo. Si tu comunidad prefiere pasar página rápido rápido, no adaptarte a ello puede significar perder a tu comunidad. Creo que nunca había sido tan consciente de mi propia vulnerabilidad (dependencia de la comunidad) como en este último año.
Y luego está la otra cara de la moneda. He estado pensando también en qué pasa si eres la persona infractora (infractora de los códigos no escritos de la comunidad). Me imagino haciendo algo que no debo, y me imagino una hipotética comunidad actuando como creo que debe hacerse (según la suposición de que "lo que se debe hacer" es esto). Me imagino quedándome (por lo menos temporalmente) aislada de esa comunidad, expulsada. Y entonces tampoco le encuentro sentido.
De nuevo, creo que se trata más de saber dar apoyo a quien lo ha pasado mal que no de maltratar o aislar a quien ha hecho mal. El problema es que a menudo no es posible dar el apoyo comunitario necesario sin aislar parcial o totalmente a otra persona. Aquí empiezo a perderme bastante y asumo que no soy capaz de predecir el mejor camino a seguir en cualquier caso imaginable. Así que decido aceptar que solo tengo el primer paso: priorizar el apoyo a quien ha sufrido. Solo con eso, cambiaría todo. Una comunidad que dé apoyo es una comunidad que facilita que las personas cuenten lo que les ha pasado y eso en sí mismo es un freno a los abusos. Una comunidad que NO da apoyo, es una comunidad que condena (aunque sea sin pretenderlo) a quien ha sufrido un abuso.
Etiquetas:
Alternativas,
Anarres,
Injusticia,
Revolución
martes, 21 de enero de 2014
Hablar bien
"No solo se trata de hablar, se trata de hablar bien."
Hace poco me di cuenta que tanto darle vueltas a todo esto de las relaciones, el amor, el poliamor, etc. sí que me había servido de algo. En realidad son pequeñas cosas, pero las pequeñas cosas importan.
He estado viendo el vídeo de Victoria Rosa sobre cómo iniciarse en las relaciones abiertas (o en la no-monogamia en general). Me ha gustado básicamente la parte en la que hablan de comunicación, y señalan especialmente eso, que no se trata solo de ponerse a hablar, sino de hablar bien. Me recuerda a esa frase que leí hace años quien-sabe-donde, "no me quieras mucho, quiéreme bien". Señalan, por ejemplo, las inercias de pelearse, o de imponer posiciones, o de callar y cerrarse en banda.
Me he acordado de S. y de esa vez en la que nos pusimos a discutir por algo que no recuerdo. Y yo me puse en modo agresivo absurdo. Y ella me paró los pies y me cambió el chip completamente. Y me di cuenta de lo que estaba haciendo y de lo ridículo de la situación. Me había puesto en modo agresivo absurdo por la sencilla razón de que creía que era lo que tenía que hacer, es lo que pasa en las películas cuando una pareja discute (o dos personas que se quieren en general), que empiezan a atacarse mutuamente y cierran la puerta a cualquier posible comunicación sana. Y luego se arrepienten, pero ya es tarde... y lo pasan mal mucho rato, pero luego se reconcilian y entonces es todo precioso y superemocionante.
Cuánta mierda que he visto en mi vida...
Desde ese episodio con S. que trato de no olvidar en ningún momento que no quiero hacer lo que no quiero hacer. Es decir, si quiero a otra persona, así en general, no quiero hacerle daño, así que debo tratar de evitar comportarme como si quisiera hacérselo. Supongo que no siempre lo consigo, pero por lo menos la idea está ahí.
Y aun así Victoria Rosa insiste en que lo primero es ponerse a hablar. Que seguramente de entrada (y no solo de entrada) cometeremos errores, pero aun así hay que ponerse a ello.
Y aquí me he acordado de esa vez en la que me puse muy muy muy celosa con D. Ya habíamos decidido intentar un algo no monógamo. Y me sentí terriblemente celosa y creí que jamás de los jamases sería capaz de superarlo y que había cometido un terrible error creyendo que sí. Y me acordé de los sabios consejos que había leído sobre relaciones poliamorosas. Y decidí hacer lo que siempre decían: hablar. Así que se lo conté. Fíjate que tontería, solo eso, se lo conté. Y me respondió. Y por arte de magia, el 99% de los celos desaparecieron.
Puntos indispensables (no necesariamente en este orden):
- Saber por qué lo haces
- Comunicarse, a pesar de los miedos
- Tratar de comunicarse bien, empatizando con la/s otra/s persona/s
- Intentar saber qué es lo que quieres y qué es lo que no (marcar las líneas rojas)
Poco a poco he ido aprendiendo más sobre qué tipo de relaciones busco. Y lo he hecho extensivo a todo tipo de relaciones, incluyendo amistades, familia, gente-a-la-que-veo-a-veces, etc.
Por ahora el precio ha sido bastante alto, porque hay varias personas que eran importantes para mí a las que he alejado... De momento no he cerrado la puerta a nadie, y espero no tener que hacerlo, aunque si se da el caso aplicaré mi máxima de "lo importante son las personas, no las relaciones". Mejor que cada cual vaya por su lado que tratar de mantener una relación que solo nos hace daño... Y el balance no es tampoco tan malo, porque también he podido acercar a otras personas, y espero poder seguir en esa línea.
Hace poco me di cuenta que tanto darle vueltas a todo esto de las relaciones, el amor, el poliamor, etc. sí que me había servido de algo. En realidad son pequeñas cosas, pero las pequeñas cosas importan.
He estado viendo el vídeo de Victoria Rosa sobre cómo iniciarse en las relaciones abiertas (o en la no-monogamia en general). Me ha gustado básicamente la parte en la que hablan de comunicación, y señalan especialmente eso, que no se trata solo de ponerse a hablar, sino de hablar bien. Me recuerda a esa frase que leí hace años quien-sabe-donde, "no me quieras mucho, quiéreme bien". Señalan, por ejemplo, las inercias de pelearse, o de imponer posiciones, o de callar y cerrarse en banda.
Me he acordado de S. y de esa vez en la que nos pusimos a discutir por algo que no recuerdo. Y yo me puse en modo agresivo absurdo. Y ella me paró los pies y me cambió el chip completamente. Y me di cuenta de lo que estaba haciendo y de lo ridículo de la situación. Me había puesto en modo agresivo absurdo por la sencilla razón de que creía que era lo que tenía que hacer, es lo que pasa en las películas cuando una pareja discute (o dos personas que se quieren en general), que empiezan a atacarse mutuamente y cierran la puerta a cualquier posible comunicación sana. Y luego se arrepienten, pero ya es tarde... y lo pasan mal mucho rato, pero luego se reconcilian y entonces es todo precioso y superemocionante.
Cuánta mierda que he visto en mi vida...
Desde ese episodio con S. que trato de no olvidar en ningún momento que no quiero hacer lo que no quiero hacer. Es decir, si quiero a otra persona, así en general, no quiero hacerle daño, así que debo tratar de evitar comportarme como si quisiera hacérselo. Supongo que no siempre lo consigo, pero por lo menos la idea está ahí.
Y aun así Victoria Rosa insiste en que lo primero es ponerse a hablar. Que seguramente de entrada (y no solo de entrada) cometeremos errores, pero aun así hay que ponerse a ello.
Y aquí me he acordado de esa vez en la que me puse muy muy muy celosa con D. Ya habíamos decidido intentar un algo no monógamo. Y me sentí terriblemente celosa y creí que jamás de los jamases sería capaz de superarlo y que había cometido un terrible error creyendo que sí. Y me acordé de los sabios consejos que había leído sobre relaciones poliamorosas. Y decidí hacer lo que siempre decían: hablar. Así que se lo conté. Fíjate que tontería, solo eso, se lo conté. Y me respondió. Y por arte de magia, el 99% de los celos desaparecieron.
Puntos indispensables (no necesariamente en este orden):
- Saber por qué lo haces
- Comunicarse, a pesar de los miedos
- Tratar de comunicarse bien, empatizando con la/s otra/s persona/s
- Intentar saber qué es lo que quieres y qué es lo que no (marcar las líneas rojas)
Poco a poco he ido aprendiendo más sobre qué tipo de relaciones busco. Y lo he hecho extensivo a todo tipo de relaciones, incluyendo amistades, familia, gente-a-la-que-veo-a-veces, etc.
Por ahora el precio ha sido bastante alto, porque hay varias personas que eran importantes para mí a las que he alejado... De momento no he cerrado la puerta a nadie, y espero no tener que hacerlo, aunque si se da el caso aplicaré mi máxima de "lo importante son las personas, no las relaciones". Mejor que cada cual vaya por su lado que tratar de mantener una relación que solo nos hace daño... Y el balance no es tampoco tan malo, porque también he podido acercar a otras personas, y espero poder seguir en esa línea.
lunes, 23 de diciembre de 2013
Más vueltas sobre el amor romántico
De nuevo ando replanteándome todo el tema de las relaciones afectivas, el amor, la vida, las prioridades, los objetivos vitales, el tiempo del que disponemos, el tiempo que realmente usamos... Y las estructuras, claro. Las estructuras en todos los puntos anteriores. En esas estoy y encuentro que
RomaAlRevésEsPolítica ha vuelto a escribir algunas de sus reflexiones sobre la anarquía relacional (planeamiento en la línea del poliamor, pero con algunas diferencias conceptuales). La idea teórica que supone la anarquía relacional me tiene enamorada, aunque como suele pasarme, no tengo ni idea de cómo pasar de la teoría a la práctica.
También me he encontrado con que Nuria Varela ha estado escribiendo sobre el amor romántico y las relacions de pareja convencionales y recopilando algunas de las ideas con las que distintas feministas intentan desmontar sus mitos. Concretamente aquí, aquí y aquí. El tema de los mitos, por alguna razón irracional, creía que lo tenía asumido y "superado". Como quien ya se ha aprendido la lección. Pero no. No basta con saberlo, hay que seguir recordándolo, y aun así, una vuelve a pegarse las hostias de antaño. Aunque tener herramientas siempre ayuda a gestionarlo un poco mejor...
Y es que de eso es de lo que van todas las reflexiones sobre el amor y sobre las relaciones, de aprender a gestionar mejor. Nunca se trata de dejar de sentir, así que nunca se trata de erradicar todo sufrimiento. No pasamos a ser robots. Solo tenemos algunas herramientas más y tratamos de pensar qué es lo que queremos en nuestras vidas. Y a continuación seguimos dando palos de ciego, que es de lo que va la vida.
También me he encontrado con que Nuria Varela ha estado escribiendo sobre el amor romántico y las relacions de pareja convencionales y recopilando algunas de las ideas con las que distintas feministas intentan desmontar sus mitos. Concretamente aquí, aquí y aquí. El tema de los mitos, por alguna razón irracional, creía que lo tenía asumido y "superado". Como quien ya se ha aprendido la lección. Pero no. No basta con saberlo, hay que seguir recordándolo, y aun así, una vuelve a pegarse las hostias de antaño. Aunque tener herramientas siempre ayuda a gestionarlo un poco mejor...
Y es que de eso es de lo que van todas las reflexiones sobre el amor y sobre las relaciones, de aprender a gestionar mejor. Nunca se trata de dejar de sentir, así que nunca se trata de erradicar todo sufrimiento. No pasamos a ser robots. Solo tenemos algunas herramientas más y tratamos de pensar qué es lo que queremos en nuestras vidas. Y a continuación seguimos dando palos de ciego, que es de lo que va la vida.
Etiquetas:
Alternativas,
Anarres,
Feminismo,
Poliamor
martes, 3 de diciembre de 2013
C.
C. decide que esta noche deberíamos cenar algo. C. empieza a pensar en qué comeremos y llega a alguna conclusión.Visita la despensa y la nevera... y sale a comprar. C. vuelve de la compra, la guarda y empieza a cocinar. Un par de horas más tarde me llama, "a cenaaar". Cenamos mirando la tele, como siempre. C. termina antes que yo, pero se espera a que termine mi plato para levantarse y llevarse su plato y el mío. Yo me quedo embobada mirando la tele, y mientras, C. aprovecha para lavar los platos. El mismo ritual repetido una y otra noche.
C. es un hombre. Desde el feminismo teorizamos sobre el trabajo doméstico, las tareas de cuidado, cómo repartirlas, cómo valorizarlas. Desde los movimientos de izquierdas teorizamos sobre la creación de riqueza, el reparto del trabajo, la cooperación y la interdependencia. C. no habla demasiado, no suelta discursos, no justifica ni se queja ni pide nada a cambio. Se limita a hacer todo lo necesario.
A veces me ofrezco a ayudarlo y me dedico a pelar patatas un rato. A veces voy a comprar antes que llegue la hora límite y consigo preguntarle qué falta, qué necesita. A veces consigo hacer alguna maniobra para ser yo quien lave los platos, porque si lo hago diciendo que voy a hacerlo, nunca me deja. A veces lavo los platos a otras horas, lo que se ha acumulado por la mañana o al mediodía, aunque siempre es menos. A veces limpio un poco la cocina, o alguna otra zona común. Como gran cosa...
C. me cuida, siempre. Y me sonríe cada vez que nos cruzamos. Vivir con C. es hacer un cursillo avanzado de lo que es un hogar y de lo que es la familia, tal y como siempre había oído que debían ser. Por lo escrito hasta ahora, quizá pueda parecer que C. es mi pareja, pero nada más lejos... Nuestra relación se parece más a padre-hija que a otra cosa. A diferencia de la gran mayoría de personas a las que he conocido, aunque quizá dijeran otra cosa, C. cree realmente en la cooperación. Y la pone en práctica a cada momento.
Como ese día... A. estaba llorando, desesperado, como siempre que se enfada. C. lo cogió en brazos y se acercó a la ventana. Y empezó a decirle que se fijara en los coches. Y luego en las flores de los árboles. "Mira, ya están saliendo, aun son pequeñas, pero ya están creciendo; mira esa de allí, qué bonita, ya es grande". C. es el canguro ideal.
Yo no tengo el gen ese de limpiar y ordenar que se supone que tenemos todas las mujeres. A veces leo que las mujeres debemos aprender a no cuidar tanto, para equiparar las cosas. En mi caso no tiene mucho sentido, y de tenerlo, no me cuesta demasiado aumentar mi grado de tolerancia con el caos. Quizá por eso creo que lo mío es aprender a parecerme un poco más a C. en tantas y tantas cosas... Hacer el esfuerzo de recordar, siempre, que lo que dejo de hacer tendrá que hacerlo otra persona, y que cargar trabajo de más sobre otras personas no está bien.
C. es un hombre. Desde el feminismo teorizamos sobre el trabajo doméstico, las tareas de cuidado, cómo repartirlas, cómo valorizarlas. Desde los movimientos de izquierdas teorizamos sobre la creación de riqueza, el reparto del trabajo, la cooperación y la interdependencia. C. no habla demasiado, no suelta discursos, no justifica ni se queja ni pide nada a cambio. Se limita a hacer todo lo necesario.
A veces me ofrezco a ayudarlo y me dedico a pelar patatas un rato. A veces voy a comprar antes que llegue la hora límite y consigo preguntarle qué falta, qué necesita. A veces consigo hacer alguna maniobra para ser yo quien lave los platos, porque si lo hago diciendo que voy a hacerlo, nunca me deja. A veces lavo los platos a otras horas, lo que se ha acumulado por la mañana o al mediodía, aunque siempre es menos. A veces limpio un poco la cocina, o alguna otra zona común. Como gran cosa...
C. me cuida, siempre. Y me sonríe cada vez que nos cruzamos. Vivir con C. es hacer un cursillo avanzado de lo que es un hogar y de lo que es la familia, tal y como siempre había oído que debían ser. Por lo escrito hasta ahora, quizá pueda parecer que C. es mi pareja, pero nada más lejos... Nuestra relación se parece más a padre-hija que a otra cosa. A diferencia de la gran mayoría de personas a las que he conocido, aunque quizá dijeran otra cosa, C. cree realmente en la cooperación. Y la pone en práctica a cada momento.
Como ese día... A. estaba llorando, desesperado, como siempre que se enfada. C. lo cogió en brazos y se acercó a la ventana. Y empezó a decirle que se fijara en los coches. Y luego en las flores de los árboles. "Mira, ya están saliendo, aun son pequeñas, pero ya están creciendo; mira esa de allí, qué bonita, ya es grande". C. es el canguro ideal.
Yo no tengo el gen ese de limpiar y ordenar que se supone que tenemos todas las mujeres. A veces leo que las mujeres debemos aprender a no cuidar tanto, para equiparar las cosas. En mi caso no tiene mucho sentido, y de tenerlo, no me cuesta demasiado aumentar mi grado de tolerancia con el caos. Quizá por eso creo que lo mío es aprender a parecerme un poco más a C. en tantas y tantas cosas... Hacer el esfuerzo de recordar, siempre, que lo que dejo de hacer tendrá que hacerlo otra persona, y que cargar trabajo de más sobre otras personas no está bien.
Etiquetas:
Alternativas,
Anarres,
Realidades
martes, 9 de julio de 2013
Modelo energético
En Salvados hicieron un programa sobre el modelo energético que consiguió dar una sacudida a la gente. Ponía sobre la mesa el tema de que algo tan esencial como es la energía está controlado por muy pocas manos. Nada nuevo, lo interesante fue el punto de que pusiera el foco allí. De repente me encontré con que varias personas me preguntaban si lo había visto; personas que sabían que llevo tiempo obsesionada con las energías renovables. Y es que si lo digo yo, no importa demasiado, ya se sabe que me pierden las conspiranoias. Pero si quien lo dice es Jordi Évole, entonces es verdad y es que hay razones reales para preocuparse.
No, no lo vi, ni entonces ni durante meses. A fin de cuentas, yo ya sabía lo que iba a explicarme.
Dicen que después del programa, hubo presión por parte de las grandes compañías eléctricas para acabar con Salvados. Dicen que se evitó gracias a la presión ciudadana a través de una plataforma de recogida de firmas digital. Pero que aun así, la presión de las eléctricas frenó la segunda parte. La parte en la que seguía hablando sobre el problema de la energía y se enfocaba más sobre las energías renovables. A raíz de esto, se recaudó dinero (también a través de una plataforma digital, supongo que esto es lo que llaman "democracia 2.0") para rodar otro reportaje. En este no sale el periodista estrella y el ritmo del reportaje es muy distinto.
Lo enlazo porque creo que vale la pena propagar este tipo de iniciativas. Sin embargo, lo cierto es que algunas cosas del reportaje no me gustan mucho. Como que deje tan bien paradas las energías renovables, y además repitiéndose considerablemente. Como si todas las energías renovables fueran iguales y perfectamente limpias y revolucionarias en el mismo grado. Creo que el resultado es que da información sesgada. Y aun así lo enlazo, porque vale la pena propagar este tipo de iniciativas.
Estuve en una charla relacionada con todo esto y me gustó especialmente que remarcaran la capacidad democratizadora distinta para cada tipo de tecnología. Me gustó que hablaran de la necesidad de que las demandas y las decisiones sobre cómo afrontar los problemas energéticos tenían que llegar "desde abajo". Me hizo gracia, porque puede parecer que es un tema completamente técnico (igual que dicen que son técnicas las decisiones sobre economía) y no. Es político. Desde la técnica se puede aportar información que ayude a decidir. Y posteriormente se puede ejecutar. Pero la parte de las decisiones no es técnica en absoluto.
Hablaron también de "Soberanía energética". Y del "derecho humano a la energía". Este último concepto también me pareció muy interesante. A fin de cuentas, una cierta cantidad de energía es indispensable. A veces se piensa que "en la antigüedad" no se usaba energía, pero una de las imágenes mentales más típicas de "la antigüedad" incluye el fuego... y el fuego es energía. En Europa, antes de que nos diera por quemar carbón y otros combustibles fósiles, arrasamos con buena parte de nuestros bosques. Así que la solución no pasa por volver a la edad media, ni a la edad de bronce, ni a la de piedra (por lo menos a partir de que se extendiera el uso del fuego), porque en todas esas épocas se quemaba madera de forma descontrolada, con lo que tampoco eran sostenibles (seguramente esto habría que matizarlo mucho, pero como idea básica creo que es válida). Y hay que tener en cuenta que la población actual es mucho mayor que la que había entonces.
Aprovecho para enlazar la Plataforma por un nuevo modelo energético (que están detrás de Oligopoly2). Y también aprovecho para decir que a pesar de seguir sin tener dinero, me he hecho socia de SOM Energia. Si tengo que esperar a tener dinero, no lo haré nunca, y pocas cosas me parecen tan importantes como ésta.
No, no lo vi, ni entonces ni durante meses. A fin de cuentas, yo ya sabía lo que iba a explicarme.
Dicen que después del programa, hubo presión por parte de las grandes compañías eléctricas para acabar con Salvados. Dicen que se evitó gracias a la presión ciudadana a través de una plataforma de recogida de firmas digital. Pero que aun así, la presión de las eléctricas frenó la segunda parte. La parte en la que seguía hablando sobre el problema de la energía y se enfocaba más sobre las energías renovables. A raíz de esto, se recaudó dinero (también a través de una plataforma digital, supongo que esto es lo que llaman "democracia 2.0") para rodar otro reportaje. En este no sale el periodista estrella y el ritmo del reportaje es muy distinto.
Lo enlazo porque creo que vale la pena propagar este tipo de iniciativas. Sin embargo, lo cierto es que algunas cosas del reportaje no me gustan mucho. Como que deje tan bien paradas las energías renovables, y además repitiéndose considerablemente. Como si todas las energías renovables fueran iguales y perfectamente limpias y revolucionarias en el mismo grado. Creo que el resultado es que da información sesgada. Y aun así lo enlazo, porque vale la pena propagar este tipo de iniciativas.
Estuve en una charla relacionada con todo esto y me gustó especialmente que remarcaran la capacidad democratizadora distinta para cada tipo de tecnología. Me gustó que hablaran de la necesidad de que las demandas y las decisiones sobre cómo afrontar los problemas energéticos tenían que llegar "desde abajo". Me hizo gracia, porque puede parecer que es un tema completamente técnico (igual que dicen que son técnicas las decisiones sobre economía) y no. Es político. Desde la técnica se puede aportar información que ayude a decidir. Y posteriormente se puede ejecutar. Pero la parte de las decisiones no es técnica en absoluto.
Hablaron también de "Soberanía energética". Y del "derecho humano a la energía". Este último concepto también me pareció muy interesante. A fin de cuentas, una cierta cantidad de energía es indispensable. A veces se piensa que "en la antigüedad" no se usaba energía, pero una de las imágenes mentales más típicas de "la antigüedad" incluye el fuego... y el fuego es energía. En Europa, antes de que nos diera por quemar carbón y otros combustibles fósiles, arrasamos con buena parte de nuestros bosques. Así que la solución no pasa por volver a la edad media, ni a la edad de bronce, ni a la de piedra (por lo menos a partir de que se extendiera el uso del fuego), porque en todas esas épocas se quemaba madera de forma descontrolada, con lo que tampoco eran sostenibles (seguramente esto habría que matizarlo mucho, pero como idea básica creo que es válida). Y hay que tener en cuenta que la población actual es mucho mayor que la que había entonces.
Aprovecho para enlazar la Plataforma por un nuevo modelo energético (que están detrás de Oligopoly2). Y también aprovecho para decir que a pesar de seguir sin tener dinero, me he hecho socia de SOM Energia. Si tengo que esperar a tener dinero, no lo haré nunca, y pocas cosas me parecen tan importantes como ésta.
Etiquetas:
Alternativas,
Ciencia,
Energía,
Información
martes, 25 de junio de 2013
De brujas y medicina
Otro artículo que me parece esencial: Nuestros coños y la precariedad de siempre. Cuando defendemos la sanidad pública, ¿queremos lo que teníamos?
Cito un fragmento:
"Yo no quiero que me receten la píldora compulsivamente, cada vez que la regla se me viene cada 35 días en vez de 28, me sale un pelo en la punta de la nariz o me duelen los ovarios, en vez de decirme que me haga pajas, que me den masajes a la altura de los ovarios, que no vaya a currar, que pelos tiene todo el mundo y que lo raro de las reglas es que sean regulares."
Cito un fragmento:
"Yo no quiero que me receten la píldora compulsivamente, cada vez que la regla se me viene cada 35 días en vez de 28, me sale un pelo en la punta de la nariz o me duelen los ovarios, en vez de decirme que me haga pajas, que me den masajes a la altura de los ovarios, que no vaya a currar, que pelos tiene todo el mundo y que lo raro de las reglas es que sean regulares."
lunes, 24 de junio de 2013
Ombliguismo
Cuando hablamos de utopías, siempre imaginamos mundos distintos, mundos futuros donde se ha llegado a puntos estables donde la gente puede vivir bien y ser feliz. Ante esto, una tiene la tentación de llevar la contraria y mirar al pasado. ¿Tan malo era? Cada vez veo más razones para pensar que esto que llamamos "civilización" no es más que la mayor de las mentiras, el logro de referencia para cualquier propaganda política. Aquí un artículo indispensable sobre etnocentrismo, o de por qué deberíamos bajarnos los humos colectivamente.
martes, 21 de mayo de 2013
Enlaces varios
Esta entrada es básicamente para auto-enlazarme dos artículos de este blog (del que no es la primera vez que escribo). Ambos son bastante extensos, por lo que he empezado a leerlos, pero me está costando. Ojalá pudiera dedicarles más tiempo.
Uno, sobre el futuro de la energía. Aparentemente, optimista. El autor, como otras veces, defiende que el principal problema es el oligopolio en el sector y la corrupción política.
El otro, sobre el futuro de la agricultura. Empieza hablando de la comida que se tira, luego hace un repaso histórico, y supongo que va añadiendo aquí y allá lo que cree que pasará, o lo que debería pasar para ir bien.
Ya que estamos, aquí otro artículo que leí hace tiempo y que pensé en enlazar pero luego no lo hice (creo, que últimamente me cuesta recordar qué he publicado y qué no). En este caso, se trata de una visión sobre lo sucedido en la actualidad como si se contara en los libros de historia de 2070. Mini-fragmento: "Ah, y no me digan que soy pesimista, que al menos pre-supongo que la humanidad sigue existiendo en el 2070, aunque al ritmo que vamos a veces lo dude ..."
Uno, sobre el futuro de la energía. Aparentemente, optimista. El autor, como otras veces, defiende que el principal problema es el oligopolio en el sector y la corrupción política.
El otro, sobre el futuro de la agricultura. Empieza hablando de la comida que se tira, luego hace un repaso histórico, y supongo que va añadiendo aquí y allá lo que cree que pasará, o lo que debería pasar para ir bien.
Ya que estamos, aquí otro artículo que leí hace tiempo y que pensé en enlazar pero luego no lo hice (creo, que últimamente me cuesta recordar qué he publicado y qué no). En este caso, se trata de una visión sobre lo sucedido en la actualidad como si se contara en los libros de historia de 2070. Mini-fragmento: "Ah, y no me digan que soy pesimista, que al menos pre-supongo que la humanidad sigue existiendo en el 2070, aunque al ritmo que vamos a veces lo dude ..."
jueves, 9 de mayo de 2013
De embarazos y diversidades
Llevo días leyendo y pensando sobre el tema de la interrupción del embarazo en el supuesto de "malformación" (las comillas vienen porque considero que el concepto de malformación es subjetivo). La mayoría en el diario.es. Tenemos el artículo que escribió hace unos días Beatriz Gimeno, y un par más en el blog "De retrones y hombres" (a día de hoy este blog es lo que más me gusta de este periódico digital). En los comentarios de uno de ellos, hay el enlace a este otro. Creo que este último es el que más me gusta, quizá porque también es el más largo y detallado, así que lo recomiendo especialmente.
Tal y como se comenta, se trata de Derechos Humanos. Y como decía, o estás con ellos, o no lo estás. Y si crees que todos los seres humanos son iguales en el derecho a vivir, no puedes incluir supuestos distintos en su acceso a la vida, porque eso significa considerar que no todas las personas son igual de importantes (entre las personas ya nacidas, no en los fetos). Algunas reflexiones que me gustan especialmente:
- Si se puede abortar a las 22 semanas por "malformación", ¿por qué no se puede hacer libremente en cualquier otro caso?
- ¿Qué pensaríamos si en la India se permitiera el aborto en cualquier supuesto hasta las 10 semanas pero hubiera la posibilidad de abortar hasta la semana 16 en caso de detectar que el feto es de sexo femenino?
- No se puede presuponer el deseo de vivir (o la ausencia de él) de otra persona, sean cuales sean sus circunstancias.
- La decisión de interrumpir el embarazo es moral, no médica. No se debe pedir a la medicina que tome decisiones que no le corresponden.
Creo que se debería alargar la posibilidad de interrumpir el embarazo, por lo menos, hasta esas 22 semanas. En total libertad. Creo que no es necesario que lo ponga en la ley para que una mujer que sabe que quiere abortar desde un principio decida hacerlo lo más pronto posible. Me parece bastante intuitivo que cuanto antes se haga, más fácil será el proceso médico y la posterior recuperación (física).
Por cierto, sobre el tema de la interrupción del embarazo en general, me parece importante cargarnos el mito del trauma emocional que supone en toda mujer. Sobre el tema genérico, otro artículo de Beatriz Gimeno, en este caso en Pikara.
Tal y como se comenta, se trata de Derechos Humanos. Y como decía, o estás con ellos, o no lo estás. Y si crees que todos los seres humanos son iguales en el derecho a vivir, no puedes incluir supuestos distintos en su acceso a la vida, porque eso significa considerar que no todas las personas son igual de importantes (entre las personas ya nacidas, no en los fetos). Algunas reflexiones que me gustan especialmente:
- Si se puede abortar a las 22 semanas por "malformación", ¿por qué no se puede hacer libremente en cualquier otro caso?
- ¿Qué pensaríamos si en la India se permitiera el aborto en cualquier supuesto hasta las 10 semanas pero hubiera la posibilidad de abortar hasta la semana 16 en caso de detectar que el feto es de sexo femenino?
- No se puede presuponer el deseo de vivir (o la ausencia de él) de otra persona, sean cuales sean sus circunstancias.
- La decisión de interrumpir el embarazo es moral, no médica. No se debe pedir a la medicina que tome decisiones que no le corresponden.
Creo que se debería alargar la posibilidad de interrumpir el embarazo, por lo menos, hasta esas 22 semanas. En total libertad. Creo que no es necesario que lo ponga en la ley para que una mujer que sabe que quiere abortar desde un principio decida hacerlo lo más pronto posible. Me parece bastante intuitivo que cuanto antes se haga, más fácil será el proceso médico y la posterior recuperación (física).
Por cierto, sobre el tema de la interrupción del embarazo en general, me parece importante cargarnos el mito del trauma emocional que supone en toda mujer. Sobre el tema genérico, otro artículo de Beatriz Gimeno, en este caso en Pikara.
Etiquetas:
Alternativas,
Derechos Humanos,
Discriminación,
Feminismo,
Injusticia
lunes, 6 de mayo de 2013
Insultar
Tengo que aprender a insultar. Necesito saber insultar sin faltar a todas las personas a las que no quiero faltar. No quiero hablar de "tontos" ni "estúpidos". No quiero hablar de "hijos de puta". No quiero volver a decir "no soy tan lista", como si ser lista fuera mejor que no serlo. Y quizá sí, quizá sí, quizá me preocupo demasiado por personas a les que yo no les importaría una mierda. Pero así soy, y no, no quiero rechazarme a mí misma. Hay algo llamado Derechos Humanos, y si no estás con ellos, estás contra ellos. No aceptan matices. Y si estás con, eso incluye a todos los seres humanos, sin excepción.
Me da mucho mucho mucho asco leer un comentario pretendidamente feminista llamando "frikis y retarded" a los acosadores. Cuántas veces hay que oír o leer este tipo de cosas. Contra machistas, homófobos, racistas... Incluso, por increíble que parezca, también cuando se trata de apoyar a personas con diversidad funcional.
Me da mucho mucho mucho asco leer un comentario pretendidamente feminista llamando "frikis y retarded" a los acosadores. Cuántas veces hay que oír o leer este tipo de cosas. Contra machistas, homófobos, racistas... Incluso, por increíble que parezca, también cuando se trata de apoyar a personas con diversidad funcional.
sábado, 13 de abril de 2013
Viabilidad
Dentro de la temática "Peak Oil", encuentro un artículo sobre la viabilidad de una sociedad basada totalmente en energías renovables. Interesante lo de tener en cuenta que, una vez se ha generado la electricidad, cualquier proceso tiene un rendimiento mayor usando esta fuente de energía que otra de menor calidad (como serían las de origen fósil, como gas natural, petróleo o carbón). Por una vez el planteamiento es un poco más positivo.
Aunque aun estoy temblando después de que alguien me dijera que el futuro es el carbón. "Combustión limpia" lo llaman. E incluso se lo deben creer. Seguramente algún intento en esa dirección habrá, y seguramente ayudará a alargar un poco la agonía.
En mis muchas dudas existenciales, ahora no sé si intentar dedicarme a grandes infraestructuras de energías renovables, o intentar dedicarme a las pequeñas y más cercanas (y con peor rendimiento). Ambas cosas son completamente indispensables. Supongo que intentaré ambas, veremos si consigo dedicarme a alguna de ellas...
Y en cualquier caso, lo más indispensable de todo es una revolución: social, económica, política... Una revolución a todos los niveles.
Aunque aun estoy temblando después de que alguien me dijera que el futuro es el carbón. "Combustión limpia" lo llaman. E incluso se lo deben creer. Seguramente algún intento en esa dirección habrá, y seguramente ayudará a alargar un poco la agonía.
En mis muchas dudas existenciales, ahora no sé si intentar dedicarme a grandes infraestructuras de energías renovables, o intentar dedicarme a las pequeñas y más cercanas (y con peor rendimiento). Ambas cosas son completamente indispensables. Supongo que intentaré ambas, veremos si consigo dedicarme a alguna de ellas...
Y en cualquier caso, lo más indispensable de todo es una revolución: social, económica, política... Una revolución a todos los niveles.
Etiquetas:
Alternativas,
Anarres,
Economía,
Energía
miércoles, 3 de abril de 2013
Paso a paso
Me sorprende que sea capaz de llevarlo bien. Hay momentos en los que se me olvida que sí, que soy capaz. Es una reacción emocional, me recuerda a cierto poema que habla de eso, de momentáneamente volver a actuar mal al recordar cómo el miedo te impidió actuar bien. Como mi miedo a no dormirme, que a veces es tan fuerte que se me hace totalmente imposible dormir.
Pero luego recuerdo que estoy bien. Y al recordarlo se convierte en realidad. Porque sé que es verdad. La mente humana es muy extraña.
La posibilidad de explorar nuevas experiencias vitales, nuevas maneras de hacer las cosas, es un gran incentivo. Me aferro a mi curiosidad. Aunque el hecho de que sea todo nuevo también tiene sus contrapartidas, como es la falta de referentes, la incertidumbre, o la dificultad para hablar del tema. Afortunadamente para mí, ya de por sí suelo juntarme con gente lo bastante "peculiar" como para aceptar con naturalidad historias poco convencionales. Ahora tengo la duda de si intentar hablar más abiertamente sobre este tema. El no contarlo también quita presión...
Cuando me ataca la ansiedad, trato de centrarme en lo inmediato. La ansiedad es como un fluido no newtoniano. Cuando tratas de atacarla de frente opone mucha más resistencia. Pero si vas poco a poco, de repente es mucho más fácil de tratar. Este tipo de cosas deberían enseñarse en el colegio.
Hay quien dice que a las mujeres les gustan los hombres que las tratan mal (las personas que dicen estas cosas no suelen plantearse opciones más allá de la norma hetero y cis). No puedo hablar por otrxs, pero a mí nunca me ha gustado eso de que me traten mal. Suele provocarme que se me pasen las ganas de todo. En cambio, creo que nada me pone tanto como la ternura, el respeto... y que me dejen la puerta bien abierta para ir y venir según me apetezca.
(Releyendo me doy cuenta que, antes del último párrafo, lo escrito me valdría también para otros temas)
Pero luego recuerdo que estoy bien. Y al recordarlo se convierte en realidad. Porque sé que es verdad. La mente humana es muy extraña.
La posibilidad de explorar nuevas experiencias vitales, nuevas maneras de hacer las cosas, es un gran incentivo. Me aferro a mi curiosidad. Aunque el hecho de que sea todo nuevo también tiene sus contrapartidas, como es la falta de referentes, la incertidumbre, o la dificultad para hablar del tema. Afortunadamente para mí, ya de por sí suelo juntarme con gente lo bastante "peculiar" como para aceptar con naturalidad historias poco convencionales. Ahora tengo la duda de si intentar hablar más abiertamente sobre este tema. El no contarlo también quita presión...
Cuando me ataca la ansiedad, trato de centrarme en lo inmediato. La ansiedad es como un fluido no newtoniano. Cuando tratas de atacarla de frente opone mucha más resistencia. Pero si vas poco a poco, de repente es mucho más fácil de tratar. Este tipo de cosas deberían enseñarse en el colegio.
Hay quien dice que a las mujeres les gustan los hombres que las tratan mal (las personas que dicen estas cosas no suelen plantearse opciones más allá de la norma hetero y cis). No puedo hablar por otrxs, pero a mí nunca me ha gustado eso de que me traten mal. Suele provocarme que se me pasen las ganas de todo. En cambio, creo que nada me pone tanto como la ternura, el respeto... y que me dejen la puerta bien abierta para ir y venir según me apetezca.
(Releyendo me doy cuenta que, antes del último párrafo, lo escrito me valdría también para otros temas)
sábado, 23 de marzo de 2013
Reflexiones transversales
Llevo un par de meses bastante buenos a nivel personal, pero de nuevo se acerca una época de turbulencias y me da miedo no ser capaz de seguir manteniendo este estado de ánimo. Me doy cuenta de que voy a necesitar volver a encontrar cosas que me motiven, que es algo que últimamente conseguí casi de casualidad. Sé que es posible, pero me da miedo no encontrar las fuerzas pasa hacerlo.
En cierto modo, me estoy especializando en dos campos muy distintos: el de los problemas energéticos globales y el de los feminismos. Ya lo he contado otras veces, que sean campos tan distintos me genera una gran sensación de desubicación. Porque a menudo parecen excluyentes entre sí, y porque a menudo cada grupo de personas implicado en uno de estos campos mira por encima del hombro al resto, y a continuación cometen errores en el otro campo que me resultan muy deprimentes. Y sin embargo, en ambos casos la conclusión básica es la misma: es necesario un cambio de sistema económico y social.
Ese cambio necesita de estas dos fuentes de conocimiento y seguramente de unas cuantas más. Para mí es muy evidente, porque estoy en la intersección de los intereses de ambos grupos (y de algunos más). En ambos casos, de vez en cuando encuentro a alguien con quien momentáneamente creo estar de acuerdo en casi todo, hasta que dice o hace algo que me horroriza.
Aun así estoy en una fase optimista. Porque veo a gente haciendo cosas. Aunque sea a trompicones, aunque sea equivocándose, aunque siga siendo minoritario (lo de hacer algo), por lo menos veo a gente haciendo cosas.
Sigue dando miedo la palabra "radical". Como si fuera sinónima de "violencia". Y yo cada día me siento más radical, aunque no necesariamente violenta. Creo que es necesario reivindicar nuestro derecho a la defensa, pero también me doy cuenta de que la violencia lleva a un lugar aun más negro (en España tenemos bastante experiencia en este tema, aunque la memoria histórica se vaya perdiendo por inanición).
Mirando la tele oí que decían que el 80% de la gente en España apoya la candidatura para los Juegos Olímpicos. No he querido contrastarlo. Temo que sea verdad. Aunque la misma persona a continuación dijo una mentira tan grande como que económicamente siempre sale a cuenta. Como alguien me dijo, que pregunten a lxs griegxs.
También alguien me dijo (y tampoco me he atrevido a contrastarlo) que mientras en Cataluña se ha conseguido frenar temporalmente el fracking, en la Comunidad de Madrid se sigue el camino opuesto. La idea de que sea verdad me da ganas de llorar. Junto al Eurovegas y a los Juegos Olímpicos, estas medidas suponen exactamente lo opuesto a lo que se debe hacer para intentar tener una mínima posibilidad de supervivencia. Decía que la violencia debe evitarse, pero me pregunto, ¿cuando la gente descubra lo que significa hacer todo esto en un momento como éste, seguirá estando por las protestas pacíficas?
Quizá aleguen que no lo sabían. Quizá alguien lxs crea. Pero no será verdad. Porque si lo sé yo, lo saben ellxs, aunque prefieran mirar hacia otra parte.
Se están haciendo cosas. Como okupar terrenos. Con el nivel de paro que tenemos, no entiendo cómo no se hace más.
El consumo se desploma. Puede parecer malo, pero es bueno. Lo malo es qué tipo de consumo es el que se mantiene. En épocas difíciles, no se elige donde comprar, se compra donde se puede.
En realidad, la única solución es crear un mercado paralelo. Al principio me parecía una locura, pero según le voy dando vueltas le encuentro más y más sentido. Aunque sigue existiendo el punto complicado de cómo participar simultáneamente en ambos mercados, algo que va a ser necesario durante bastante tiempo. No se habla de él, pero ese mercado ya existe. Es la suma de muchos pequeños proyectos que están en marcha. Y deben crecer y deben encontrar la manera de complementarse entre sí. Creo que esto también lo he dicho, no es necesario tener euros si tienes las cosas materiales e inmateriales que necesitas.
El feminismo está muy bien, es muy necesario, pero debe conseguir incluir a los hombres. No sé cómo se consigue que los hombres se interesen por el feminismo. Tampoco sé cómo se consigue que las mujeres hablen de los problemas energéticos. O mejor, no sé cómo se hace para que en un debate haya tanto hombres como mujeres (e idealmente, personas con otras identidades) que debatan en igualdad de condiciones, de manera constructiva, y consiguiendo comprenderse. En el tema de la comunicación me siento a medio camino, no me siento mujer ni me siento hombre. Creo que es el aspecto en el que más queer me considero.
Y se debe hablar más sobre el concepto de familia. El anarquismo clásico lo hacía. Pero no basta con cargarse la idea y ya. Porque es necesario tener alternativas y porque hay mucha gente que tiene un vínculo positivo con su familia (aunque no sea idílico). Ahora pienso esto: no quiero tener hijxs de manera convencional, pero sí de manera no convencional. Eso no significa plantearme otras maneras de llegar a tener esx hijx, sino cambiar en concepto de maternidad/paternidad (me falta una palabra sin género para lo que intento transmitir).
Tengo muchas ideas de lo que creo que debe ser, pero son ideas que se quedan en mi cabeza. Vale, paso de monogamia estricta y me planteo el poliamor, pero no sé donde encontrar personas con las que pueda generar este tipo de vínculos. Vale, paso de querer tener hijxs en exclusiva y me planteo otras formas generar vínculos con niñxs, pero no sé ni por donde empezar a crear un algo con otras personas que me permita llegar a eso que me gustaría tener. Vale, paso de querer ser propietaria de todo lo que uso, pero no sé dónde encontrar personas con las que compartir ni sé cómo conseguir y gestionar lo que consigamos. Vale, me planteo una forma de trabajo más colaborativo, pero no acabo de ver cómo llegar a formar esas estructuras de trabajo, y aun menos, cómo conseguir escapar del Sistema, por muy cooperativistas que seamos.
En definitiva, me faltan personas que encajen con mis ideas, con la dificultad de que mis ideas son un conglomerado de cosas cogidas de aquí y de allá, y con la otra dificultad de que para conseguir que realmente fueran útiles y sirvieran para transformar la realidad, deberían llegar a ser mayoritarias. Este es el punto en el que estoy.
En cierto modo, me estoy especializando en dos campos muy distintos: el de los problemas energéticos globales y el de los feminismos. Ya lo he contado otras veces, que sean campos tan distintos me genera una gran sensación de desubicación. Porque a menudo parecen excluyentes entre sí, y porque a menudo cada grupo de personas implicado en uno de estos campos mira por encima del hombro al resto, y a continuación cometen errores en el otro campo que me resultan muy deprimentes. Y sin embargo, en ambos casos la conclusión básica es la misma: es necesario un cambio de sistema económico y social.
Ese cambio necesita de estas dos fuentes de conocimiento y seguramente de unas cuantas más. Para mí es muy evidente, porque estoy en la intersección de los intereses de ambos grupos (y de algunos más). En ambos casos, de vez en cuando encuentro a alguien con quien momentáneamente creo estar de acuerdo en casi todo, hasta que dice o hace algo que me horroriza.
Aun así estoy en una fase optimista. Porque veo a gente haciendo cosas. Aunque sea a trompicones, aunque sea equivocándose, aunque siga siendo minoritario (lo de hacer algo), por lo menos veo a gente haciendo cosas.
Sigue dando miedo la palabra "radical". Como si fuera sinónima de "violencia". Y yo cada día me siento más radical, aunque no necesariamente violenta. Creo que es necesario reivindicar nuestro derecho a la defensa, pero también me doy cuenta de que la violencia lleva a un lugar aun más negro (en España tenemos bastante experiencia en este tema, aunque la memoria histórica se vaya perdiendo por inanición).
Mirando la tele oí que decían que el 80% de la gente en España apoya la candidatura para los Juegos Olímpicos. No he querido contrastarlo. Temo que sea verdad. Aunque la misma persona a continuación dijo una mentira tan grande como que económicamente siempre sale a cuenta. Como alguien me dijo, que pregunten a lxs griegxs.
También alguien me dijo (y tampoco me he atrevido a contrastarlo) que mientras en Cataluña se ha conseguido frenar temporalmente el fracking, en la Comunidad de Madrid se sigue el camino opuesto. La idea de que sea verdad me da ganas de llorar. Junto al Eurovegas y a los Juegos Olímpicos, estas medidas suponen exactamente lo opuesto a lo que se debe hacer para intentar tener una mínima posibilidad de supervivencia. Decía que la violencia debe evitarse, pero me pregunto, ¿cuando la gente descubra lo que significa hacer todo esto en un momento como éste, seguirá estando por las protestas pacíficas?
Quizá aleguen que no lo sabían. Quizá alguien lxs crea. Pero no será verdad. Porque si lo sé yo, lo saben ellxs, aunque prefieran mirar hacia otra parte.
Se están haciendo cosas. Como okupar terrenos. Con el nivel de paro que tenemos, no entiendo cómo no se hace más.
El consumo se desploma. Puede parecer malo, pero es bueno. Lo malo es qué tipo de consumo es el que se mantiene. En épocas difíciles, no se elige donde comprar, se compra donde se puede.
En realidad, la única solución es crear un mercado paralelo. Al principio me parecía una locura, pero según le voy dando vueltas le encuentro más y más sentido. Aunque sigue existiendo el punto complicado de cómo participar simultáneamente en ambos mercados, algo que va a ser necesario durante bastante tiempo. No se habla de él, pero ese mercado ya existe. Es la suma de muchos pequeños proyectos que están en marcha. Y deben crecer y deben encontrar la manera de complementarse entre sí. Creo que esto también lo he dicho, no es necesario tener euros si tienes las cosas materiales e inmateriales que necesitas.
El feminismo está muy bien, es muy necesario, pero debe conseguir incluir a los hombres. No sé cómo se consigue que los hombres se interesen por el feminismo. Tampoco sé cómo se consigue que las mujeres hablen de los problemas energéticos. O mejor, no sé cómo se hace para que en un debate haya tanto hombres como mujeres (e idealmente, personas con otras identidades) que debatan en igualdad de condiciones, de manera constructiva, y consiguiendo comprenderse. En el tema de la comunicación me siento a medio camino, no me siento mujer ni me siento hombre. Creo que es el aspecto en el que más queer me considero.
Y se debe hablar más sobre el concepto de familia. El anarquismo clásico lo hacía. Pero no basta con cargarse la idea y ya. Porque es necesario tener alternativas y porque hay mucha gente que tiene un vínculo positivo con su familia (aunque no sea idílico). Ahora pienso esto: no quiero tener hijxs de manera convencional, pero sí de manera no convencional. Eso no significa plantearme otras maneras de llegar a tener esx hijx, sino cambiar en concepto de maternidad/paternidad (me falta una palabra sin género para lo que intento transmitir).
Tengo muchas ideas de lo que creo que debe ser, pero son ideas que se quedan en mi cabeza. Vale, paso de monogamia estricta y me planteo el poliamor, pero no sé donde encontrar personas con las que pueda generar este tipo de vínculos. Vale, paso de querer tener hijxs en exclusiva y me planteo otras formas generar vínculos con niñxs, pero no sé ni por donde empezar a crear un algo con otras personas que me permita llegar a eso que me gustaría tener. Vale, paso de querer ser propietaria de todo lo que uso, pero no sé dónde encontrar personas con las que compartir ni sé cómo conseguir y gestionar lo que consigamos. Vale, me planteo una forma de trabajo más colaborativo, pero no acabo de ver cómo llegar a formar esas estructuras de trabajo, y aun menos, cómo conseguir escapar del Sistema, por muy cooperativistas que seamos.
En definitiva, me faltan personas que encajen con mis ideas, con la dificultad de que mis ideas son un conglomerado de cosas cogidas de aquí y de allá, y con la otra dificultad de que para conseguir que realmente fueran útiles y sirvieran para transformar la realidad, deberían llegar a ser mayoritarias. Este es el punto en el que estoy.
Etiquetas:
Alternativas,
Anarres,
Economía,
Feminismo,
Revolución
Suscribirse a:
Entradas (Atom)