sábado, 29 de septiembre de 2012

Más estupidez

Hace unos meses un amigo me puso esta canción: Somebody that I used to know. Por aquel entonces ya la había oído alguna vez, pero aun no estaba en todas partes a todas horas. Recuerdo que ya se preguntaba cómo era posible que una canción tan oscura estuviera teniendo tanto éxito.

Yo creo que es cosa de esta especie de depresión colectiva que vivimos. Y no puedo evitar preguntarme si el Ozymandias de turno le estará sacando todo el provecho posible.

Cosas como esta me hacen pensar que no, que no estamos dominados por gente poderosa e inteligente que sabe llevarnos por donde quiere. Si algún día sucede, no habrá nada que podamos hacer para evitarlo. Más bien creo que estamos dominados por gente poderosa y tan estúpida como el común de los mortales.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

De revoluciones y estupidez

Son tiempos extraños. Diríase que son tiempos de cambio, pero por ahora todo sigue igual. Ayer el intento de rodeo al Congreso. Y el intento de rodeo al Parlament. Y dentro del Parlament, un paso más para intentar independizar Cataluña. Muchos intentos de.

Ahora me ha dado por escuchar a Lluís Llach. Que si la gallina ha dit que no. Que el meu país es tan petit. Que si l'estaca, si tu l'estires fort per allà i jo l'estiro fort per aquí, segur que tomba tomba tomba. Que no és això, companys, no és això. Y venim del nord, venim del sud. Y ya que estaba, me he acordado de Labordeta y su Canto a la libertad.

Y con todo esto de fondo, me he puesto a leer Homenaje a Cataluña de George Orwell (sí, el mismo de 1984). Tal como está el patio, más vale recordar nuestro pasado no tan lejano.

martes, 25 de septiembre de 2012

Canciones de amor

Escucho canciones de amor y desamor. Y pienso en todas las filósofas del amor que he leído alguna vez. Cómo critican las canciones. Y por qué no me hablan de las que sí están bien, las que sí dan un mensaje positivo y bla bla bla. Porque debe haberlas, ¿no?

Hace años, mi canción de amor favorita era "Si et quedes amb mi" de Sopa de Cabra. Pensaba que eso era lo que yo quería. Me gustaba esta parte:
No vull guanyar cap guerra,
no vull ser el teu heroi,
no vull fer cap promesa,
no vull entendre el món.

(No quiero ganar ninguna guerra,/ no quiero ser tu héroe,/ no quiero hacer promesas,/ no quiero entender el mundo.)

Pero últimamente he visto que tampoco acaba de gustarme... Aunque ese trozo me sigue pareciendo bien, el resto creo que es el mismo amor paternalista de siempre. El chico repite una y otra vez que él le resolverá todos los problemas a la chica.

Empatizo con el sentimiento, no puedo evitarlo. A mí también me mola la idea de ser un flamante caballero-salva-princesitas. Pero que eso sí, una vez ha matado al dragón, se limita a tumbarse en el sofá y deja que la princesita de turno haga todo lo demás. (Bueno esta última parte no me mola tanto, aunque suele ir implícita, por lo menos parcialmente: "tú solo tienes que estar a mi lado")

También estos días he redescubierto (o quizá solo es que la he mirado con otros ojos, más de adulta y menos de niña) este clásico: Que tinguem sort. Me gusta como empieza. Con un "si..." condicional. Que esto de mantener una relación no es ninguna obligación. Que no hay chantajes. Que la puerta está bien abierta. Y también me gusta que lo plantee como un camino que se va andando poco a poco, en el que lo que importa es el día a día. Quizá me sobra eso de pedir que la vida "nos dé un camino largo". No tiene porque ser largo para que esté bien.

Pienso también en lo terrible que es el miedo a la soledad. Creo que muchos maltratos se aguantan simplemente por eso, el miedo a la soledad. Y pienso que yo ya no quiero tener miedo. Que haga lo que haga en la vida, no quiero que sea el miedo quien decida. Y quiero saber estar sola. Que ya habrá tiempo para dejar de estarlo.

martes, 18 de septiembre de 2012

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Voy a cerrar el blog. Por lo menos temporalmente. Me siento incapaz de mantenerlo abierto sin llenarlo de tonterías que no vienen a cuento. Y lo lamentaría. Y no quiero. Intentaré mantenerlo por aquí, con la esperanza de algún día volver a ser capaz de escribir como Anarres y no como el ser que me ha poseído. Ya veremos. También puede que algún día lo borre.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Divulgación

Adoro la ciencia. Sé de mucha gente que no le tiene ningún aprecio, o hasta la odia directamente. A mí me encanta.

El tema está en que lo que me encanta es la ciencia de verdad. Puede parecer una obviedad, pero alrededor de la ciencia hay toda una nebulosa que tiende a confundir a la gente, especialmente a la gente sin formación científica (pero no exclusivamente). ¿Y cual es esa ciencia de verdad? Muy sencillo, la que sigue el método científico. Me da igual de donde venga, la única cuestión relevante es esa, ¿sigue el método científico o no?

La ciencia funciona como una gran red. Los conocimientos se relacionan los unos con los otros, y son aceptados mientras se mantenga la coherencia entre los distintos nudos y mientras los nuevos datos que aparezcan encajen en ella. Faltaría algún matiz más, como la necesidad de que las afirmaciones puedan ser contrastadas (que es lo que excluye debates como el de la existencia de dioses o espíritus de lo que se considera un debate científico). Pero como idea general creo que sirve. Una de las grandes cosas de la ciencia es que no es orgullosa. Si los nuevos datos chocan con las teorías existentes, es perfectamente posible que un sector amplio de esa red tenga que ser revisada, llegando a ser completamente descartada y reiniciada, eso sí, aprovechando los datos previos (si son aprovechables).

Como fan de la ciencia, también soy fan de la divulgación científica. Ya hace años que trato de informarme sobre casi cualquier tema que me parezca científico. Soy muy curiosa. Desgraciadamente, también hace años que sospecho de ciertas personas que pretenden ser divulgadoras científicas... El caso que me resulta más grave y más triste es el de Eduard Punset. Aquí muchísima gente lo considera un sabio. Un ser casi místico. Que este sea el gran referente en divulgación científica de España me parece muy triste. 

Como contraposición, este programa me encanta: Quèquicom. Ciencia a distintos niveles, sobre cuestiones cotidianas, explicado de forma sencilla, con muchos ejemplos y escuchando a personas que saben de lo que hablan. En catalán, eso sí.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Mirando...

Ayer estuve en la proyección de una película de Erika Lust. Al final, apareció ella misma para responder preguntas, nos contó su visión sobre la pornografía "tradicional", los problemas que tenía con los actores y actrices, cómo decidió dedicarse a este mundillo, y un largo etcétera. Reconozco que por unos instantes me enamoré (intelectualmente hablando, si es que tal concepto existe).

Podría criticar cosas de la película, que no me convencieron o que me parecen muy mejorables. Pero paso. Solo diré que la disfruté un montón, y que si el porno siempre fuera así, yo me convertiría en una consumidora habitual. Y no es que sea nada extraordinario (bueno, desgraciadamente, sí lo es), su objetivo es simplemente reflejar relaciones sexuales explícitas con la máxima naturalidad posible.

Para escenas de sexo lésbico, nos recomendó Something about Nadia. Ya tengo ganitas de verla...

viernes, 7 de septiembre de 2012

El sueño de la razón

El sueño de la razón produce monstruos

"El sueño de la razón produce monstruos" de Goya.

Supongo que es de esas imágenes o frases que no tienen época. Siempre parece actual.

Me la encontré hace meses paseando por Suiza. Lugar extraño para ir a encontrarla. No era la primera vez que la veía. La frase recuerdo que ya me había inquietado muchas otras veces. Pero en Suiza... cobró vida. Vi la pesadilla, el horror. Está a la vuelta de la esquina, si nos despistamos, si volvemos a dejar que pase. 

sábado, 1 de septiembre de 2012

50%

Veo un entrevista a un "intelectual de izquierdas" (lo entrecomillo porque parece un status en sí mismo). En un determinado momento, se pone a enumerar a otros intelectuales a los que admira. Todos hombres. Creo que ni se da cuenta. También, sin darse cuenta, habla de la igualdad entre hombres como si fuera la igualdad total. Me entristece, porque por lo demás me encanta la mayor parte de lo que dice.

Veo otra serie de reportajes. Tratan sobre temas que me interesan mucho. Conservación de la naturaleza, junto con implicación social. Al final de cada uno de los capítulos, hacen un repaso de "los hombres y mujeres" que han aparecido en él, y que han dado su opinión o sus conocimientos. Esos "hombres y mujeres" resultan ser hombres en más de un 90% de los casos. Supongo que a ninguna de las personas que hay detrás de esos reportajes les ha parecido demasiado trascendente este hecho.

Recuerdo esa mesa de cierto programa en el que se hacen debates entre "expertos" (expertos en todo... o en nada). Más de 10 personas en la misma mesa, con ideas e ideologías muy distintas, solo una mujer. Me duele en los ojos, y a la vez me planteo cuantas veces en mi vida debo haberme encontrado la misma imagen sin darle la menor importancia.

He sido una gran defensora de que en cada puesto se debe buscar a la persona más idónea para ese puesto, independientemente de cualquier otra condición. Lo sigo pensando. Pero el problema de base no es fácil de resolver. Para la mayoría de gente sigue siendo muy difícil ver que una mujer puede estar tan bien preparada como un hombre; especialmente cuando se trata de ser una voz a la que escuchar. Solo en algunas temáticas cambia este panorama, cuando son "temas de mujeres" (e incluso así... no siempre).

En general, una mujer puede ser escuchada en petit comité, pero cuando llega el momento de propagar sus ideas, mejor que la voz la ponga un hombre. Sigue siendo así. Incluso cuando una mujer toma el rol de comunicadora, se da por supuesto que las ideas no son suyas y que en realidad su función es la de florero.

Lo que más me inquieta de esta historia es mi propia posición. ¿Cuantas veces sin darme cuenta caigo en el mismo error? Lo veo al escuchar música, ¿la proporción entre hombres y mujeres es la que debería? Intento corregirlo, sin tampoco forzarme (tampoco tendría sentido), pero la inercia es grande. O al leer libros. O leer otras cosas, como artículos. Si me lo planteo en artículos técnicos o científicos, ya es imposible, en los temas que me interesan casi no hay mujeres. Y en política... ¿cuantas veces se raja de las mujeres políticas con mucha más saña que a los políticos hombres? ¿De verdad es siempre merecido? Y si lo es, ¿por qué para ellas las referencias son "esa zorra" o "esa foca" o "ese marimacho"? Aunque esa ya es otra historia, la de los insultos. Otro día...