sábado, 1 de septiembre de 2012

50%

Veo un entrevista a un "intelectual de izquierdas" (lo entrecomillo porque parece un status en sí mismo). En un determinado momento, se pone a enumerar a otros intelectuales a los que admira. Todos hombres. Creo que ni se da cuenta. También, sin darse cuenta, habla de la igualdad entre hombres como si fuera la igualdad total. Me entristece, porque por lo demás me encanta la mayor parte de lo que dice.

Veo otra serie de reportajes. Tratan sobre temas que me interesan mucho. Conservación de la naturaleza, junto con implicación social. Al final de cada uno de los capítulos, hacen un repaso de "los hombres y mujeres" que han aparecido en él, y que han dado su opinión o sus conocimientos. Esos "hombres y mujeres" resultan ser hombres en más de un 90% de los casos. Supongo que a ninguna de las personas que hay detrás de esos reportajes les ha parecido demasiado trascendente este hecho.

Recuerdo esa mesa de cierto programa en el que se hacen debates entre "expertos" (expertos en todo... o en nada). Más de 10 personas en la misma mesa, con ideas e ideologías muy distintas, solo una mujer. Me duele en los ojos, y a la vez me planteo cuantas veces en mi vida debo haberme encontrado la misma imagen sin darle la menor importancia.

He sido una gran defensora de que en cada puesto se debe buscar a la persona más idónea para ese puesto, independientemente de cualquier otra condición. Lo sigo pensando. Pero el problema de base no es fácil de resolver. Para la mayoría de gente sigue siendo muy difícil ver que una mujer puede estar tan bien preparada como un hombre; especialmente cuando se trata de ser una voz a la que escuchar. Solo en algunas temáticas cambia este panorama, cuando son "temas de mujeres" (e incluso así... no siempre).

En general, una mujer puede ser escuchada en petit comité, pero cuando llega el momento de propagar sus ideas, mejor que la voz la ponga un hombre. Sigue siendo así. Incluso cuando una mujer toma el rol de comunicadora, se da por supuesto que las ideas no son suyas y que en realidad su función es la de florero.

Lo que más me inquieta de esta historia es mi propia posición. ¿Cuantas veces sin darme cuenta caigo en el mismo error? Lo veo al escuchar música, ¿la proporción entre hombres y mujeres es la que debería? Intento corregirlo, sin tampoco forzarme (tampoco tendría sentido), pero la inercia es grande. O al leer libros. O leer otras cosas, como artículos. Si me lo planteo en artículos técnicos o científicos, ya es imposible, en los temas que me interesan casi no hay mujeres. Y en política... ¿cuantas veces se raja de las mujeres políticas con mucha más saña que a los políticos hombres? ¿De verdad es siempre merecido? Y si lo es, ¿por qué para ellas las referencias son "esa zorra" o "esa foca" o "ese marimacho"? Aunque esa ya es otra historia, la de los insultos. Otro día...

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