martes, 16 de febrero de 2016

sobre violencias y opresiones

Creo que el poliamor y la no monogamia funcionan como un gran concurso de popularidad. Nada nuevo, lo nuevo es que se platee como algo "revolucionario" mientras repite el mismo patrón. Estoy harta de ver a personas oprimidas cuidando a personas con más privilegios recibiendo menos a cambio. Estoy harta de que las personas con más privilegios que reciben estos cuidados no se den cuenta de que están reproduciendo la misma mierda de siempre y que solo están usando ideas como la anarquía relacional como excusa.

También pasa algo parecido con todo el dicurso de estructuras de opresión. Nos lo creemos tanto tanto, que lo usamos como excusa para dar la espalda a personas más oprimidas. "Sí, ya sé que estás jodida por el racismo y el machismo que recibes, pero estás siendo capacitista, así que voy a ignorarte por completo". Este es el castigo por salirse del guión, por no llegar a la perfección discursiva, ahora vamos a ignorarte. "Es que me has dicho que el monosexismo no existe". O también, "es que no estás entendiendo lo que te digo, voy a volver a explicarte por qué tú tienes un privilegio mientras recibes hostias por todas partes y no hago nada para ayudarte".

¿Qué es lo que pedimos para que otra persona pueda acceder a nuestro excelso club donde "nos apoyamos mutuamente"? (Entre muchas comillas, porque como digo más arriba, dudo mucho que realmente sea apoyo mutuo). ¿Cuántas pruebas hay que pasar? ¿Cuántos conocimientos hay que tener? ¿Cuánto hay que exponerse? ¿Cuánto hay que tragar sin protestar porque si protestas no estás "gestionando tus emociones" correctamente?

Hace algún tiempo me di cuenta de que en general, si te estás sintiendo cómode es porque estás en situación de privilegio en el contexto en el que estás. Hay una especie de regla universal según la que cuánta más opresión sufres, menos comodidad sientes.

Hablamos de crear "espacios de seguridad", espacios "libres de violencias". Pero ahora mismo dudo que esto sea posible, siempre hay violencias. La autocontención es violencia, y el decir lo que piensas puede serlo también. Queremos un espacio donde "podamos decir las barbaridades que sea sin miedo", pero a la vez donde se respete a todas las personas presentes (y ya que estamos, también a las no presentes). Y esto no es compatible. El toque de atención de "te has salido en milímetro de nuestro discurso oficial" también es violencia. También hace que estemos permanentemente en tensión y que dejemos de hablar por miedo.

Creo que deberíamos asumir que la violencia existe y que no podemos huir de ella. Aceptar la inevitable contradicción en la que vivimos. Venimos de una cultura profundamente violenta, no es algo que podamos borrar. Las personas que han sufrido episodios graves de violencia son especialmente sensibles a algunas cosas y a la vez muchas veces reproducen violencia hacia sí mismas y/o hacia otros grupos oprimidos. No tenemos el superpoder de cambiar esto.

También creo que es muy capacitista pedir lo mismo a todas las personas. Pedir, por ejemplo, que sean capaces de gestionar sus emociones de tal manera que consigan no herir a nadie (ni a otres, ni a sí mismes). O entender que el hecho de sufrir una opresión no significa que no tengan privilegios. La idea de "el discurso se gana con discurso" es profundamente capacitista. Pero es que parte del problema está en que muchas personas que hacen reflexiones muy sesudas sobre opresiones no entienden realmente de qué va el capacitismo.

Creo que aprender sobre estructuras de poder y sobre mecanismos de opresión debería servir como autoformación, no como algo a exigir a las personas con las que nos relacionamos. Que una cosa me sirva a mí no significa que le sirva al resto de gente.

Eso no significa renunciar a cambiar el mundo ni significa no tener límites de ningún tipo. Sigo creyendo firmemente en la autodefensa y en la necesidad de espacios menos violentos. Es más que no creo que pueda cambiar las cosas mientras espero que el resto de gente actúe como lo haría yo. Es asumir que los conflictos están y estarán ahí, que igual que el dolor forma parte de la vida, también los conflictos y la violencia lo hacen. Que si a una hermana de sangre le aguantaría muchas cosas, no puedo pedirle a mis hermanas de lucha que sean siempre perfectas. Que por encima de la no violencia está el tener a alguien tendiéndote una mano cuando la necesitas.

La soledad es una forma de violencia realmente cruel y demasiado invisible.

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