martes, 9 de febrero de 2016

resumen de pensamientos varios

[Aviso de contenido: suicidio, transfobia, abusos sexuales en la infancia, capacitismo]

Últimamente me sobra el tiempo para reflexionar y le doy vueltas a varias cosas.

Por una parte, mis pensamientos suicidas se han disparado. En ningún momento anterior de mi vida habían sido tan constantes e intensos. Dentro de mi cabeza he escrito varias notas suicidas, he pensado el cómo el dónde y el cuándo, y a ratos tengo la sensación de que me quedan pocos días de vida. Quizá no lo haga, igual que no lo he hecho hasta ahora. Pero aún así, esta sensación se va a quedar conmigo, este recuerdo. Y aprendo cosas, como que a pesar de que hace apenas una semanas (o un mes, ya) creía que estaba en uno de los mejores momentos de mi vida y me sentía apoyada, lo cierto es que estoy realmente sola.

Por otra parte, no he dejado de darle vueltas al tema del género y a la identidad de género, y a la propia imagen, y a cómo se percibe externamente. Creo que también tengo más claro que nunca que mi género es no binario y que si no lo exteriorizo es por miedo a la transfobia que sé que me encontraría si lo hiciera. Los últimos años seguía la política de identificarme como mujer como manera de mostrar que recibo la opresión machista y que esta opresión es de las que más ha marcado mi personalidad. Ahora mismo me doy cuenta de que esto no está reñido con tener un género no binario. Creo que las identidades políticas no me gustan a nivel conceptual, creo que son básicamente una manera de oprimir haciendo como que no.

Y pienso también en el tema de los abusos sexuales en la infancia. Por una artículo que leí recientemente y por un caso que está saliendo a la luz en Barcelona. Y porque cuando estoy sola es cuando más vuelvo a repasar mi vida, pensando en cómo he llegado hasta donde he llegado. No sé cómo clasificar mi experiencia, siempre tengo este miedo, como de decir que lo que he pasado es más de lo que realmente fue. Exagerar. Exagerar en cosas así está feo. Es de las cosas que más me bloquea cuando quiero hablar del tema. Envidio un montón a las personas que pueden hablar de las violaciones que han sufrido. Pero volviendo al tema, me jode no saber qué parte de mi personalidad en realidad son secuelas de esa época y del resto de violencias que sufrí durante mi infancia. Me siento una persona rota y sin solución.

También pienso en el capacitismo. En como se intersecciona con todo lo anterior. En cómo constantemente siento la presión por ser distinta a como soy. Que no basta que piense continuamente en el bienestar de la gente que me rodea, además tiene que parecerlo. La peor opresión que he sufrido es ésta. Pienso en cómo mis discapacidades surgen especialmente cuando estoy mal y en cómo cuando estoy bien llega a parecer que no existen. Mi silencio permanente ha vuelto y vuelve a darme miedo el cómo es percibido. Me da miedo que se perciba como un ataque. Me da miedo que se perciba como desinterés. Me da miedo porque lo hago sin darme cuenta. Me pierdo en mis ensoñaciones y no sé cómo salir de ahí. O peor, no quiero salir de ahí, hay momentos en los que nada de lo que sucede a mi alrededor mi interesa lo suficiente, más bien me agota. Me apetece compañía pero no demandas de que actúe de manera sociable. No puedo.

Pienso en el dolor. Siento dolor constante. No tengo miedo a sentir dolor, porque lo que temía sentir es lo que estoy sintiendo. Pienso en los efectos que tiene esto. En el odio y la rabia que me provoca, y en los efectos del odio y de la rabia. Sé que si me limito a tumbarme y esperar, el dolor no se irá nunca. Sé que la única solución pasa por salir. Igual que cuando estoy enferma de gripe sé que tengo que hacer el trabajo de cuidarme, dándome de comer, limpiando a nivel básico y el resto de cosas, ahora tengo que hacer el trabajo de mantenerme en movimiento. Aunque, igual que cuando tengo gripe, cualquier esfuerzo es agotador.

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