sábado, 9 de marzo de 2013

Realidades (I)

Hace unas pocas semanas se cumplieron los cuatro años desde que dejó su piso. Cuando me lo cuenta aun se le humedecen los ojos.

Llevaba 17 años viviendo en ese piso. Quizá al principio tenía ingresos suficientes para pagarlo. Un piso grande, en una zona cara de Barcelona... No sé cómo empezó, pero al final lo mantenía a base de realquilar habitaciones. Quizá pasó una temporada sin suficiente gente, o quizá su sueldo, que siempre fue irregular, tuvo un bajón temporal. El caso es que pasó unos meses en que solo podía pagar una parte del alquiler, y así, acumulando mes tras mes, se le acumularon unos dos mil euros.

Quizá debería haberse dado cuenta que no podía pagar ese alquiler, quizá debería haber buscado otro piso antes. Pero se quedó, imagino que porque 17 años son muchos, conocía sus vecinxs, conocía a la familia propietaria, y supongo que como tantas otras personas, al principio pensó que podría llegar a arreglar la situación.

Le pusieron una denuncia (o quizá el nombre legal sea otro, que de este tema sí que no sé nada). Aunque sin mediar papeles, como "en confianza", le dijeron que en realidad si no pagaba no pasaba nada, solo querían que dejara el piso. Tenía que elegir entre estas opciones: pagar lo que debía y seguir en el piso pagando mes a mes, o marchar y olvidarse de todas las deudas. Hizo sus cálculos... y decidió que no podía pagar, porque aunque resolviera la deuda, al mes siguiente volvería a tener problemas... Así que optó por marcharse.

Y este fue su mayor error, marchó sin exigir un papel firmado que lo explicara. Así que a continuación le exigieron la deuda. Y como se metieron abogadxs de por medio, el valor de la deuda se disparó... pasando de unos dos mil a unos diez mil. Una cantidad que jamás podrá pagar. Y ¿para qué? La familia que le pide el dinero tampoco llegará a recuperar tampoco nunca los dos mil euros que le pedía, y para conseguir exigírselos tuvo que poner más dinero de entrada (para pagar a los abogadxs).

Ahora tiene el sueldo embargado. Todo lo que sobrepase una cierta cantidad de dinero (algo más de seiscientos euros), se lo quitan. Además, como "morosa", no puede abrir cuentas bancarias, ni tantas otras cosas. Así que básicamente la han condenado a la pobreza.

Hace unas semanas se cumplían los cuatro años. Desde entonces el piso sigue vacío. Además, para tener opciones de volver a alquilarlo, han tenido que hacer reformas. El valor total de las pérdidas hasta ahora de la familia propietaria, probablemente esté por encima de los cien mil euros.

1 comentario:

  1. Son situaciones realmente absurdas... seguramente a esa familia le hubiera resultado más rentable (solo mirando el dinero) renegociar el alquiler, intentar llegar a algún acuerdo con la persona que vivía en el piso (que se entiende tenía cuidado de él). Además, para la persona que se queda sin casa sería una solución más justa... y en todo caso no tiene nombre lo que hace la familia de engañarla con la deuda pendiente.

    Yo ahora mismo aún tengo dudas de que hacer si vuelvo a mi país de origen... si intentar comprar un piso (y ser víctima de un banco) o alquilar un piso (y ser posible víctima de un arrendador)

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