lunes, 27 de mayo de 2013

Experimentando con el poliamor

Mientras mi mundo se va cayendo a pedazos... a mí solo me apetece pensar en revoluciones íntimas y personales. Supongo que algún día lamentaré esto, igual que ahora lamento tantas cosas.

Cogí un camino complicado. Quizá demasiado. Aprendí que la mejor manera de estudiar para un examen es enfrentarse directamente a exámenes de años anteriores, sin anestesia. Y lo aplico a todo. Y así me va, que si consigo pasar dos meses seguidos estando bien, ya es.

Miro atrás y no sé en qué momento me alejé tanto ideológicamente de mis amigos. En qué momento decidí medir mis palabras para evitar conflictos que no me llevaban a ninguna parte. Cuando empecé a pedirles solo afecto y distracción. Quizá desde siempre. AmigOs. Porque siempre son amigOs, no amigAs. Luego alguien dirá que mi problema es que odio a los hombres.

Poliamor. Qué idea tan bonita. Yo no quería poliamor, por lo menos, no hace un año, y tampoco antes. Yo quería estar con él. Dormir con él cada noche. Recorrer una y mil veces ese cuerpo que conocía tan bien. Me gustaba pensar que era monogamia consciente. Placeres sencillos para personas sencillas. Pero al parecer no éramos personas tan sencillas.

Un día en mi vida llegué (o empecé a llegar) a la conclusión de que me gustaban las mujeres. Y me pregunté muchas veces cómo no me había dado cuenta antes. Y un montón de cosas de mi historia empezaron a encajar.

Otro día, unos cuantos años más tarde, llegué a la conclusión de que para mí la monogamia tal y como se establece socialmente no tiene sentido. Y de nuevo, me pregunté cómo me había pasado tanto tiempo pensando que sí. Si en mi recuerdo las épocas de querer a una única persona son más la excepción que la norma.

La primera vez que me di cuenta de que estaba enamorada de dos personas a la vez fue durísimo. Toda la vida escuchando la misma historia, dos personas se conocen, se enamoran, y son felices para siempre. Y ya no necesitan a nadie más. Si una persona vive en pareja pero se enamora de otra, es que no era lo bastante feliz en su primera pareja. Que estaba por estar, es decir, por cobarde. Y si quieres a alguien, harás lo que sea por esa persona, cruzarás océanos a nado, escalarás las montañas más altas, y por supuesto, renunciarás a lo que sea que tengas que renunciar.

Pero cómo vas a renunciar a amar a una persona a la que también amas. Cómo se elige eso. No se puede. Traté de hacerlo, me di mil cabezazos para derribar ese muro, pero no funcionaba. Finalmente decidí decirle a la persona con la que tenía algo parecido a una relación que lo dejáramos. En un alarde de nobleza mal entendida. Necesitaba "aclarar mis sentimientos". Como si hubiera nada a aclarar. Las quería a las dos "más que a nada en el mundo". Bueno, no. La quería más a ella, pero me daba terror hacerle daño. Así que asumí que ella prefería que yo la dejara, sin preguntárselo ni nada. Para qué, si todo el mundo sabe que lo peor de lo peor es que te pongan los cuernos.

Hace unos meses volví a cagarla de manera parecida. Esta vez fue incluso más absurda que la primera. Después de eso me dije que nunca más. Nunca más seguir jugando a ser lo que no soy. Y nunca más pretender saber lo que otras personas esperan de mí.

En las últimas semanas he probado la otra cara. La de cornuda consciente. O la de amante, "la otra". No estoy muy segura de con qué tópico me identifico más. Ninguno de los dos tiene realmente sentido... Es una experiencia interesante. Dolorosa a ratos, a ratos no. De momento van dos momentos muy malos que luego se me han pasado como por arte de magia. Raro. La mayor parte del tiempo es bastante fácil en realidad. Creo que esto es lo que más me sorprende. Es raro que sea fácil oír hablar a la una de las personas que quieres sobre otra persona con la que mantiene una relación. Es raro que resulte natural.

No sé cuánto tiempo seguiré así. No sé si "se me pasará", como se supone que debía pasárseme eso de la atracción por otras mujeres. Es agotador que el ambiente sea tan hostil. Y por otra parte, está eso de que tengo otras cosas más importantes de las que ocuparme. Techo-comida-futuro. Y tal.

3 comentarios:

  1. Pues sólo queda desearte que todo salga bien y seas feliz.

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  2. Se podrían dar muchas respuestas psicológicas a tus preguntas, pero al final, tanto pensar... cada uno termina decidiendo lo que quiere pensar, se autoconvence, y dado que el amor está en la cabeza y no en el corazón se decide a quien amar, o con quien queremos pasar el rato, tener afecto y distracción si quieres.
    Claro, no todos tienen las mismas influencias ni se dejan llevar de igual manera por los prejuicios adquiridos...

    Yo también te deseo suerte y que encuentres lo que quieres.

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  3. Gracias por los buenos deseos.

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