miércoles, 19 de junio de 2013

Esas pequeñas cosas...

Me dijo que me acercara con un gesto. Típico de "vamos a hablar de confidencias". A menudo este tipo de situaciones habían acabado con que me regalaba unas galletas de chocolate y me dijera lo guapa que era yo. Cosas de abuelas. Pero esa vez no. Esa vez le dio por preguntarme si estaba embarazada. Y cuando le dije que no, se enfadó. Y con la voz en alto, para que todo el mundo lo oyera, me preguntó si es que estábamos "averiados". Al parecer, que no tuviera hijxs para ella me situaba casi en la misma categoría moral que si le hubiera dicho que me dedicaba a la prostitución. Incluso por debajo de tener descendencia con un negro. Aunque supongo que aun hubiera sido peor que le dijera que iba a procrear con una mujer...

La excusa es fácil "estaba demente". Bueno, en el mejor de los casos, la edad solo hacía que dijera lo que pensaba. Como esa vez que hablábamos del piso en el que yo tenía una habitación y me preguntó por mis "compañerAs de piso". Y yo le dije que había un chico. Y soltó algo así como que cada noche tenía una para elegir... La siguiente vez que me preguntó por mis "compañerAs" no la corregí, me limité a un "muy bien" acompañado de una gran sonrisa.

Aquí dirás "cosas de abuelas". Y yo me acordaré de la vez que uno de mis primos, de mi edad, dijo que quería hacer recogida de firmas en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo. Y su madre lo apoyó. O me acordaré de esas veces en las que escuché comentarios a favor del "orgullo heterosexual" entre distintas personas de la misma familia. O de la vez que hablaban de "curar lesbianas" consiguiendo que les gustaran los hombres, como si así se les fuera a pasar lo de que les gustaran las mujeres.

Y por fin, reconoceré que me jodía un montón que me preguntaran por él cuando marchó por trabajo. Cada vez que me encontraba a alguien, en vez de preguntarme como estaba yo, me preguntaban como estaba él. Que cómo lo llevaba, que debía estar muy solo... Alguna persona llegó a regañarme diciendo que procurara que no se sintiera demasiado solo. Él. Siempre él.

Supongo que no se daban cuenta de lo contraproducente que era todo esto. Con cada una de estas, a mí solo me apetecía llevar una vida completamente lésbica.

3 comentarios:

  1. Crec que amb les persones grans si que hi ha un punt en què amb l'edat diuen el que realment pensen, tot i que potser altres ho han pensat per ells i només fan que fer-s'ho seu sense analitzar-ho.

    Amb la meva àvia el màxim era "procura trobar una noia que no sigui malgastadora" i al final sóc jo el que es gasta la pasta en roba, restaurants... :)

    Es poden buscar mil excuses, "són grans" "van viure altres temps", però el resum potser que a segons quina edat i segons també l'estat de salut d'aquesta persona val més passar per alt certs comentaris.

    Ara, amb la gent que viu els nostres temps i pren decissions actives que poden afectar la llibertat dels demés... poques excuses hi ha que no passin per una falta d'educació o la més pura debilitat mental.

    L'última part del post... m'entristeix molt.

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  2. Em sembla que per la teva àvia (i per la meva encara més), tampoc hagués estat ben bé el mateix pensar que tu et gastessis els diners o que ho fes "la teva xicota".

    I sí, en general és millor intentar passar per alt segons què, perquè sino, directament no t'hi relacionaries (que és casi casi el que va acabar passant en el meu cas). Però a vegades no és possible, no som de pedra. És important recordar que no som de pedra i que si ho fóssim, això no ens faria millors, sino més aviat al contrari.

    D'aquesta tristesa final estaria bé parlar-ne...

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  3. Pues la vejez va por barrios. Mi abuela materna se fue haciendo más abierta de mente con la edad. Y la madre de una tía política, una vez viuda confesó: "¡Llego ya a ser joven en esta y me van a pillar a mi casada! ¡Ja!".

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